Desarrolladora atraviesa una etapa de expansión marcada por un cambio en el foco de su negocio. Tras concentrarse durante años en proyectos residenciales del segmento Lima Top, la empresa ha venido desplazando su estrategia hacia desarrollos de mayor escala en Lima Moderna, al tiempo que diversifica su portafolio con casas de campo, viviendas de playa y proyectos destinados exclusivamente al alquiler.
En el segmento urbano, la compañía mantiene varios proyectos en Lima. En San Isidro desarrolla Rosario, un edificio de 33 departamentos ubicado frente a la huaca Huallamarca, donde ya se ha colocado cerca del 60% de las unidades. En Jesús María, frente al Campo de Marte, avanza con un proyecto de tres torres que en conjunto sumarán 539 departamentos. La primera, de 192 unidades, ya fue terminada y registra ventas cercanas al 88%, mientras que la segunda torre, de 172 departamentos, fue recientemente lanzada.
Newsletter exclusivo para suscriptores


Edificio residencial desarrollado por Desarrolladora en la avenida Salaverry, en Jesús María.
En Surquillo, Desarrolladora ejecuta un proyecto de cuatro torres que totalizarán 868 departamentos. La primera torre, de 202 unidades, registra un nivel de ventas cercano al 97% y un avance de obra de 83%, lo que permitió iniciar la preventa de la segunda torre, de 222 departamentos. A ello se suma Jardines de La Colonial, un proyecto de dos torres en el Cercado de Lima, donde la primera etapa contempla 226 departamentos y el inicio de obra está previsto para los próximos meses.
Este portafolio refleja, según Antonio Espinosa, director de Nuevos Negocios de Desarrolladora, un giro deliberado hacia proyectos de mayor volumen. “Antes teníamos muchos edificios pequeños en distritos como Miraflores o San Isidro. Hoy preferimos concentrarnos en menos proyectos, pero de mayor escala, especialmente en Lima Moderna, donde vemos una demanda más fuerte”, señaló.

Antonio Espinosa, director de nuevos negocios de Desarrolladora, explicó la estrategia de crecimiento de la empresa y su portafolio de proyectos residenciales en Lima.
/
El perfil del comprador varía según el producto y la ubicación. En San Isidro, la demanda proviene principalmente de personas mayores que buscan reducir el tamaño de su vivienda manteniéndose en su distrito de origen, mientras que en proyectos como los de Jesús María o Surquillo, predominan familias y compradores que priorizan la cercanía a centros de trabajo y servicios. En otros casos, como las casas de campo y playa, el comprador suele adquirir la vivienda como segunda residencia o espacio de recreación.
En términos de precios, los proyectos urbanos de Desarrolladora en Lima Moderna se mueven, en general, con tickets que van entre S/350.000 y S/590.000 por unidad. En San Isidro, el valor por metro cuadrado se ubica en alrededor de US$2.500. En el caso de las casas de campo y playa, los precios oscilan entre US$140.000 y US$160.000, dependiendo del proyecto.

Espacio común con vista urbana en uno de los proyectos residenciales de Desarrolladora.
Además de la venta tradicional, la empresa ha incorporado en los últimos años proyectos multifamily destinados exclusivamente al alquiler. En alianza con Parque Arauco, Desarrolladora culminó recientemente un edificio de aproximadamente 145 departamentos en Miraflores, que se encuentra en etapa de colocación. “La rentabilidad del multifamily es menor que la de la venta, pero es un producto muy defensivo, de renta permanente, que protege frente a la inflación”, explicó Espinosa.
En cuanto a resultados, la inmobiliaria proyecta cerrar el 2025 con ventas cercanas a US$60 millones, lo que implicaría un crecimiento aproximado de 10% frente al 2024. Para el 2026, la compañía estima que podría registrar un aumento adicional de entre 10% y 15%, apoyado en la entrega de unidades y el avance de proyectos actualmente en ejecución, así como en nuevos desarrollos que forman parte de su cartera en evaluación. “Si no hay una hecatombe política, el negocio inmobiliario debería seguir creciendo”, comentó.

Edificio residencial que forma parte del desarrollo inmobiliario de Desarrolladora en Domingo Orúe, Surquillo.
El contexto político también es un factor considerado en la planificación. El 2026 será un año electoral en el Perú, lo que, de acuerdo con la empresa, influye en el ritmo de lanzamiento de proyectos y en las decisiones de inversión. A ello se suma la atención sobre los cambios regulatorios, como el nuevo reglamento de vivienda social, que, en opinión de la compañía, aún presenta limitaciones para atender de manera más flexible la demanda por unidades de menor tamaño y para fomentar el desarrollo del alquiler institucional en igualdad de condiciones frente al mercado informal.
La empresa apunta a sostener su crecimiento combinando proyectos de venta, desarrollos de renta y una mayor diversificación geográfica, incluyendo oportunidades fuera de Lima Metropolitana, donde ya evalúa nuevos terrenos para futuros lanzamientos.
