‘El túnel sí existe’. Seguramente has visto esta portada usada una y otra vez como un ataque contra La República. Lo que muchos no saben es cómo surgió esa acusación y por qué se convirtió en un ataque tan repetido. Durante años buscan instalar la idea de que nuestro diario reveló la existencia del túnel utilizado en la operación de rescate de la residencia del embajador japonés en Lima para alertar al grupo terrorista MRTA.
Escucha la noticiaTexto convertido en audio
Inteligencia Artificial
Una versión que no coincide con los hechos y que es parte de un montaje político para desacreditar al diario.
TE RECOMENDAMOS
LÓPEZ ALIAGA VUELVE A SER NOTICIA POR SUS IRREALES PROMESAS | LA VERDAD A FONDO CON PEDRO SALINAS
Aquí te contamos qué pasó realmente.
6 de marzo de 1997.
El corresponsal de la cadena inglesa WTN, el periodista mexicano Miguel Real Fierros, recibió una comunicación radial del cabecilla del MRTA, Néstor Cerpa Cartolini. El terrorista anunciaba que, tras escuchar lo que él creía que eran ruidos de excavación, suspendía el diálogo con el gobierno de Alberto Fujimori en busca de una solución pacífica. Según él, estos sonidos indicaban un plan militar en marcha.
El propio Cerpa lo dijo así:
“Desde hace tres días nosotros hemos venido escuchando algunos ruidos debajo de lo que podría ser el suelo de la residencia. Y esto, desde hoy [jueves] en la madrugada se está dando con mayor intensidad. Todo indica que existe, o por lo menos hay la intención desde nuestro punto de vista, de preparar un plan militar utilizando una táctica de ataque externo e infiltración interna”.
A 78 días del secuestro, con 72 rehenes retenidos, Cerpa pidió la presencia de observadores para que constataran lo que él aseguraba escuchar:
“Esperamos que hoy o mañana venga la comisión de garantes para que ellos mismos puedan escucharlo. Tiene que aclararse al país esto.”.
7 de marzo de 1997.
Al día siguiente, tres de los diarios más importantes del país en esa época —La República, El Comercio y Expreso— llevaron en portada la misma noticia: la existencia de un plan militar que incluía la construcción de un túnel.
Esa información coincidía con lo que Cerpa había denunciado, aunque el gobierno de Fujimori seguía negándolo.
La República tituló:
“El túnel sí existe. Hace dos meses, La República inició un paciente seguimiento de las excavaciones. Hoy publicamos un sensacional testimonio de nuestra investigación”, y publicó un plano de la residencia japonesa.
El Comercio también lo confirmó. Su portada señalaba:
“MRTA suspende el diálogo con Gobierno. Ello se debería a la existencia de un túnel hacia residencia de embajada del Japón”
El diario incluía un plano obtenido por su propia unidad de investigación:
“Por la misma ruta que emplearon los terroristas del MRTA para ingresar a la residencia del embajador del Japón, se habría cavado un túnel para introducirse a la casa tomada”.
Ese mismo día, Expreso publicó:
“Cerpa siente ‘ruidos extraños’. Exige explicación de por qué se le mueve el piso. Cabecilla terrorista teme que Policía esté construyendo túnel”.
El diario acompañó la noticia con la foto de un albañil trabajando en una vivienda cercana a la residencia, acompañada con el siguiente texto: “¿Túnel? Un vivero ubicado en el número 341 de la calle Burgos, cerca de la residencia tomada por el MRTA, se ha convertido en objeto de discordia y paralizado las conversaciones entre terroristas y gobierno. Según Néstor Cerpa, cabecilla de los secuestradores, desde allí se está construyendo un túnel que serviría para una operación militar de rescate de los rehenes. Pero la Policía asegura que las obras tienen como fin habilitar un falso piso”.
Mientras tanto, los reporteros de la Unidad de Investigación de La República —Edmundo Cruz y Óscar Libón— bajo el título de “El SIN construyó túnel” informaron que sus investigaciones, realizadas desde enero, coincidían con lo que Cerpa Cartolini había descubierto: un plan militar para rescatar a los rehenes mediante una excavación subterránea.
El Comercio reportó que sus propios periodistas habían constatado lo mismo: “La posibilidad de ingresar a la residencia de la embajada de Japón a través de un túnel, en caso de que se tuviera que recurrir a una medida de fuerza, fue planteada por la Dirección de Inteligencia del Ejército (Dinte), en diciembre del año pasado, reveló ayer una fuente de un servicio de inteligencia”.
Incluso el director de expreso Manuel D’Ornellas, escribió que lo manifestado por el líder terrorista Cerpa Cartolini no hacía más que confirmar un rumor que circulaba desde hacía semanas: “(Cerpa) ha denunciado ayer lo que era un rumor, o un secreto a voces, Lima desde hace semanas: que el gobierno estaba perforando un túnel por debajo de la residencia del embajador japonés”.
D’Ornellas incluso criticó al gobierno que hablaba de un acuerdo negociado y no de una acción armada: “En todo caso, nada le puede impedir al Estado peruano tomar todas las providencias del caso para preparar un desenlace armado a utilizarse contingentemente en el caso de que las conversaciones para una solución pacífica fracasen. Lo reprobable, en tal eventualidad, sería que los trabajos efectuados lo fuesen de manera tan torpe, que se descubriera la perforación del túnel, anulando el eventual factor-sorpresa”.
La República, a diferencia de otros medios, había investigado la construcción del túnel desde la segunda quincena de enero, pero no publicó la información de inmediato para salvaguardar la vida de los rehenes, ante la posibilidad de que los terroristas pudieran tomar represalias.
Cuando Cerpa Cartolini habló de la existencia del túnel y congeló el proceso de diálogo la situación era diferente.
Solo entonces, el 7 de marzo de 1997, La República, junto con otros medios nacionales e internacionales, difundió la información que se complementó con la investigación que había realizado desde enero, es decir, desde dos meses antes. La portada ‘El túnel sí existe’ nunca puso en riesgo ni a los rehenes ni a los comandos rescatistas. La construcción del túnel había sido expuesta por el propio cabecilla del MRTA y era de conocimiento internacional.
El 22 de abril de 1997, la operación militar de rescate —Plan Chavín de Huántar— se ejecutó exactamente como había sido planeada, con un túnel subterráneo.
Afirmar que La República alertó a los terroristas no tiene sustentó. No tuvieron forma de conocer la existencia de la portada. Afirmar que La República puso en riesgo la vida de los rehenes, tampoco tiene evidencia alguna.
La portada “El Túnel sí existe” recién empezó a utilizarse como una patraña política a partir del proceso de re-reelección de Alberto Fujimori para desacreditar al medio que más destapes ha realizado sobre la corrupción y los crímenes del régimen Fujimorista y su socio Vladimiro Montesinos.
Una mentira que, hasta hoy, siguen repitiendo quienes buscan desacreditarnos por hacer nuestro trabajo.
