José Jerí cumple este lunes 10 de noviembre un mes desde que, como titular del Congreso, asumió la presidencia de la República ante la vacancia de Dina Boluarte.
Se trata de una gestión que logró desmarcarse de su antecesora en lo comunicacional y apostó por remarcar el protagonismo del presidente; pero cuyos resultados concretos en materia de lucha contra la inseguridad ciudadana, tema que el propio gobierno puso como su eje central, aún no se reflejan en cifras o cambios perceptibles para la ciudadanía.
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En su primer mes, su todavía novel gestión alcanzó estabilidad -al menos dentro de los estándares de la política peruana- apelando a una estrategia comunicacional centrada en la imagen del mandatario y de su ensayado protagonismo en la lucha contra la inseguridad ciudadana. A fines de octubre, una primera encuesta de Ipsos sobre su gestión encontró que alcanzó un 45% de aprobación ciudadana.
Sin embargo, de acuerdo con analistas consultados por El Comercio, la estrategia política de explotar la imagen del presidente será sostenible y será contraproducten al largo plazo si no va de la mano con resultados que sean percibidos por la ciudadanía. A la fecha, el gobierno no ha ofrecido un balance concreto de las cifras o los ‘logros’ del actual estado de emergencia. Por el contrario, los resultados preliminares apuntan a que los crímenes durante la gestión de José Jerí mantienen las cifras alarmantes visto en la gestión de Dina Boluarte.

Marcha de la Generación Z del 15 de octubre de 2025. Foto: Antonio Melgarejo/ @photo.gec
Los primeros días del gobierno de José Jerí estuvieron marcados por la incertidumbre en torno a su gabinete, que tardó casi una semana en formarse, y por las marchas de la ‘generación Z’ en su contra. Las más significativa fue la del 15 de octubre, en la que el músico Eduardo Ruiz ‘Trvko’ murió por el impacto de una bala disparada Luis Magallanes, un policía que iba vestido de civil. El caso es investigado por la fiscalía con el suboficial en libertad.
Sin embargo, las posteriores jornadas de protestas fueron perdiendo fuerza, mientras el gobierno sostuvo múltiples reuniones con gremios de transportistas, alcaldes y gobernadores regionales para perfilar una estrategia contra la inseguridad ciudadana. El resultado fue la declaratoria de un estado de emergencia, una medida que no dio resultados durante el gobierno de Dina Boluarte pero que ahora se vendió bajo el lema “de la defensiva a la ofensiva”.
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Las acciones vinculadas al estado de emergencia fueron, además, el escenario para que José Jerí tomara protagonismo ante las cámaras: intervenciones en penales, operativos de control de identidad y reuniones constantes con mandos policiales. Durante estas, casi como un uniforme presidencial, viste con pantalones jeans azules y camisas blanca con las mangas remangadas, a las que ha sumado un gorro que dice ‘Policía’.
Las transmisiones en vivo de las actividades presidenciales mediante Tik Tok, una red social de público joven y hasta ahora poco aprovechada por los políticos peruanos, también se hicieron frecuentes.
José Jerí aprovecha cada oportunidad para responder preguntas al paso de los reporteros que cubren su agenda o para participar en actividades y foros, como el CADE 2025. Ambos fueron aspectos que sus antecesores, Dina Boluarte y Pedro Castillo, optaron por ignorar. Eso sí: a la fecha aún no da una entrevista larga a un medio nacional o internacional.

José Jerí en operación de supervisión de penales con el jefe del INPE, Iván Paredes, y la PNP. Las actividaes del presidente en penales y comisarías han sido una de las imágenes más constantes de su gestión (Foto: Presidencia / INPE)
Bajo la lupa
“El estilo de José Jerí es diametralmente opuesto al de Dina Boluarte. Al ser más joven, entiende de forma distinta las redes sociales, las sabe explotar de forma activa. Pero hay un problema: esto puede resultar siendo un boomerang, porque hoy todo el poder político está en su figura”, opina Mabel Huertas, analista política y socia fundadora de 50+1. “Sus ministros no tienen mayor brillo o manejo político. Y un presidente no puede ser el fusible, no puede quemarse. Creo que tanta exposición eventualmente podría causarle daño”.
Huertas considera que Jerí mostró buenos reflejos políticos para atravesar los primeros días de su gobierno, en particular en comparación a los que tenía Dina Boluarte. Sin embargo, añade que su protagonismo en la estrategia contra la inseguridad ciudadana solo será positivo “siempre y cuando haya un fondo, haya una estrategia y haya resultados”.
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Añadió que si bien hoy se puede pensar que José Jerí cuenta con la protección del Congreso para llegar hasta julio del 2026, el tema de la inseguridad ciudadana sigue siendo “altamente sensible” y puede gatillar el descontento ciudadano en cualquier momento. No obstante, el ingreso a la parte álgida de la campaña electoral a partir de diciembre también puede servir “como una válvula de escape para la ansiedad de la ciudadanía”.
Rober Villalva, analista y especialista en comunicación política, recordó que todo gobernante necesita de transmitir su mensaje a la ciudadanía para construir consensos, lo que puede llevar a “convertir a todo tipo de acción de gobierno en un show mediático”. “Eso puede funcionar mientras la mientras dura la ‘luna de miel’, mientras la población te da un aire, te da el beneficio de la duda. A eso está jugando el gobierno”, dijo.

Durante su gestión, la vacada expresidenta Dina Boluarte esquivó los micrófonos de la prensa, casi no hacía actividades al aire libre y no tenía perfiles propios en redes sociales.
Villalva consideró que Jerí entendió la necesidad que hay en la política contemporánea de comunicarse a través de las redes sociales con un público más joven y evitar que el silencio del gobernante, como ocurría con Dina Boluarte, sea aprovechado por otros actores. No obstante, añadió que “si no hay soluciones a los problemas del día a día, o por lo menos no hay esa proactividad política de intentar solucionar, esta suerte de espectacularidad mediática puede desinflarse en cuestión de semanas”.
“Lo que está haciendo el presidente, por ahora, es ‘entretener’ a la audiencia. Y está bien el entretenimiento, pero después la población va a pedir resultados”, agregó. “Si no diseña políticas públicas que solucionen los problemas o que intenten solucionar los problemas de la sociedad, José Jerí terminará convirtiéndose en un recuerdo pasajero de la de la política peruana, un administrador más de circunstancias pasajeras, pero con presencia en TikTok”.
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Los resultados, hasta el momento, no parecen haber llegado. De acuerdo a cifras del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), se han registrado 147 homicidios durante el gobierno de José Jerí, hasta el 7 de noviembre. Es decir, en promedio, cinco crímenes al día, según detalló el ingeniero y analista de datos, Juan Carbajal.
Los días más trágicos de la actual administración han sido el 12 de octubre y el 31 de octubre con 12 y 11 asesinatos registrados, respectivamente.
Durante los último 29 días del gobierno de Dina Boluarte, entre el 11 de setiembre y 9 de octubre, cuando fue vacada, se dieron 174 homicidios con un promedio de seis al día.

José Jerí en una actividad con la Policía. (Foto: Presidencia)
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Para el exministro del Interior Rubén Vargas, las medidas adoptadas por el gobierno de José Jerí en materia de inseguridad “han sido, básicamente, de corte populista, en busca del aplauso fácil”. En contraste con el giro que hubo entre Dina Boluarte y José Jerí a nivel comunicacional, el especialista encuentras una continuidad entre ambas gestiones sus repuestas ante la delincuencia: “La consecuencia es que el crimen seguirá creciendo. Nada ha cambiado. Estamos en la misma línea que siguió Ecuador hasta terminar en una situación de explosión y de descontrol”, lamentó.
“La declaratoria del estado de emergencia es casi una prolongación de lo que hacía el gobierno de Boluarte, no hay nada distinto. Decían que iba a ser diferente, que se pasaba de la reacción a la acción. En realidad, es básicamente lo mismo”, dijo. “La segunda medida, como respuesta política a las protestas del sector transporte, fue crear una división antiextorsión; pero eso va en la misma línea de anteriores medidas del gobierno de Boluarte, que creó divisiones similares contra el crimen organizado”.
Vargas añadió que es positivo que el presidente haya puesto la atención en los penales como estrategia contra la delincuencia, pero criticó que “la supuesta mano firme” no haya llevado al cambio del jefe de Instituto Nacional Penitenciario (INPE). “Habiendo encontrado él mismo fallas garrafales o males endémicos en los penales, como bases de operaciones para el crimen organizado, ¿por qué no se ha cambiado al jefe del INPE? ¿Por qué no se ha declarado una reestructuración radical?”, cuestionó.
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A través de X, la Presidencia de la República indicó, el último domingo, que el Sinadef registra muertes, pero no delitos. Agregó que esta es responsabilidad del INEI, el Ministerio del Interior y de la Policía Nacional.
“[El Sinadef] es una herramienta médica del Minsa para certificar defunciones, no para medir criminalidad”, señaló.
