Miles de personas acudieron este viernes 1 de noviembre al cementerio El Ángel, en el distrito de El Agustino, para rendir homenaje a sus seres queridos en el marco del Día de Todos los Santos. Desde tempranas horas, las familias llegaron con flores, velas y arreglos para decorar las tumbas de sus difuntos, manteniendo viva una tradición que combina la devoción y el recuerdo.
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El camposanto abrió sus puertas al público desde las 9:00 de la mañana y recibirá visitantes hasta las 5:00 de la tarde. Aunque desde media mañana ya se observaba un flujo constante de personas, se esperaba un mayor número de asistentes hacia la tarde. Muchas familias optaron por acudir temprano para evitar aglomeraciones y poder dedicar más tiempo a las oraciones y ofrendas.
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Cada 1 de noviembre, millones de fieles en el mundo conmemoran el Día de Todos los Santos, una solemnidad de la Iglesia católica que rinde tributo a todos los santos y mártires, tanto a los canonizados oficialmente como a aquellos cuya entrega espiritual forma parte del legado cristiano. En esta fecha, se realizan misas en templos y cementerios, donde los creyentes expresan su fe mediante rezos, cantos y gestos de memoria.
En Lima, los principales cementerios —como El Ángel y Presbítero Maestro— se convierten en puntos de encuentro para miles de devotos. Las visitas suelen acompañarse de música, alimentos típicos y símbolos religiosos que buscan rendir homenaje a la vida de quienes partieron.
La historia del Día de Todos los Santos se remonta al pontificado del papa Gregorio III (731-741), quien estableció el 1 de noviembre como fecha oficial de la celebración. Más adelante, el papa Gregorio IV extendió su práctica a toda la Iglesia durante el siglo IX, consolidando una de las conmemoraciones más representativas del calendario religioso.
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Con el paso de los siglos, la festividad se ha convertido en una jornada de reflexión, unión familiar y reafirmación de la fe, donde la memoria se transforma en esperanza y la tradición en un vínculo que une generaciones.

