Los partidos políticos definen este mes a sus precandidatos –en elecciones internas– para inscribirlos formalmente en diciembre. Ante este escenario y las fiestas navideñas, los especialistas concuerdan en señalar que la desconexión electoral se mantendrá aún hasta finales de enero del 2026, por lo cual no esperan mayores variaciones en los resultados que muestran las encuestas difundidas hasta la fecha. Recién desde febrero del 2026, podrían empezar a dar movidas significativas en las preferencias que se extenderían hasta la segunda semana de abril, cuando los electores deban asistir a las urnas de votación.
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—Tendencias—
El Centro Wiñaq realizó un estudio sobre la fluctuación de las preferencias electorales en las encuestas de los últimos comicios presidenciales, y pudo detectar ciertos patrones. Por un lado, tenemos un elector de derecha volátil que tiene un candidato a seis meses de los comicios pero que varía dentro del espectro; y por otro lado, un elector de izquierda que no tiene definida una opción a seis meses, y que termina eligiendo en las fechas más cercanas a la elección.
“El elector de derecha tiene mayor ansiedad previa. Porque los candidatos apuestan más por la divulgación a través de medios. Llegan más temprano, y conocen a los candidatos. Los electores de izquierda tienden a tomarse su tiempo, se manejan más en torno a la comunidad antes que la individualidad. La difusión es mas tardía en este caso”, explica Franco Olcese, socio del Centro Wiñaq, autor del estudio.
Olcese señala que desde febrero empezará la campaña y hacia las últimas semanas próximas a la elección es donde se termina definiendo el voto, aunque aclara que no es tan cierta la imagen de que un elector decide su voto en la cola. “No es que recién se pone a pensar en la cola por un candidato, es que tiene dudas, por ejemplo entre [Phillip] Butters y [Rafael] López Aliaga, y toma una decisión. No es tan abierto como se interpreta”, alega tras explicar que las movidas que vemos en la actualidad respecto a un grupo de precandidatos responden a la volatilidad del elector de derecha.

Estudio del Centro Wiñaq sobre la variación en las encuestas en los últimos procesos electorales.
—Voto estratégico—
Enzo Elguera, CEO de la encuestadora Imasolu, también considera que el electorado esperará hasta febrero para empezar a ver todas las candidaturas en campaña, y recién un mes antes de los comicios se empezarán a decantar las preferencias hacia una determinada opción.
“Lo que vemos ahora es un grupo de candidatos de un mismo espectro con un techo y entre ellos se están quitando votos, por lo que vemos mucha volatilidad. El electorado no va a esperar conocer hojas de vida, planes de gobierno, sino que buscará en su mayoría al candidato que conecte más emociones. Pero hay emociones buenas con las que puede empatizar un elector, así como emociones malas que pueden generar desilusión y terminar trasladando votos”, explica el analista.
Tanto Elguera como Olcese recalcan la importancia de que el Congreso apruebe el cambio normativo para que las encuestas se difundan hasta tres días antes de elecciones, debido al alto volumen de partidos políticos en contienda. Ambos analistas apuntan a la importancia que tendrá el voto estratégico en la campaña electoral del 2026.
“El fenómeno del voto útil puede crecer porque hay parte importante que puede cambiar su voto para apoyar a uno de los candidatos de su tendencia que tenga mayor opción a ganar. Esto podría capitalizar más el voto, y así puedan pasar los dos mejores candidatos”, dice Elguera.
