“Salimos todos y regresamos todos juntos”, es la frase con la que los equipos brigadistas salen a las movilizaciones masivas en Lima producto del hartazgo social que hay contra el Gobierno del Perú y la creciente ola de crímenes. Sin embargo, no solo enfrentan a la represión policial, sino también la falta de atención médica especializada para atender a los heridos durante las protestas. Por ello, desde jóvenes universitarios hasta padres de familia toman la iniciativa de brindar los primeros auxilios a quienes lo necesiten y sin distinción alguna.
Desde el 2020, las marchas masivas, provocadas por la destitución del entonces presidente Martín Vizcarra y el rechazo a la investidura de Manuel Merino, tendían a terminar en violencia debido a los enfrentamientos entre la ciudadanía y efectivos policiales. Ante ello, surgieron colectivos brigadistas, quienes tenían como única finalidad resguardar a los manifestantes y, en muchas ocasiones, salvarles la vida al trasladarlos a tiempo a centros médicos cercanos. Artistas, paramédicos, abogados, padres de familia, estudiantes, entre otros, son quienes conforman los grupos de primeros auxilios y quienes decidieron por voluntad propia asumir este rol crucial en medio de un contexto de creciente violencia.
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Bored Perú (Brigada de Operaciones de Búsqueda y Rescate en Emergencia y Desastres). Foto: Sebastián Blanco
“No hay distinción para pertencer a Bored Perú”
Jorge P. (41), técnico de emergencia hospitalaria y padre de familia, contó a La República que su iniciativa de formar una brigada surgió en la provincia de Cañeta junto con sus amigos de barrio. Sin embargo, consolidó esta idea tras su llegada a Lima en el 2021, además de contar con experiencia militar y paramédica. Desde aquel año, Jorge asistió a las movilizaciones que se realizaban en el Centro Histórico de la ciudad. Fue en el 2022 donde inició como personal de apoyo en primeros auxilios para atender a los heridos de las marchas contra el gobierno.

Jorge P., líder de la brigada de rescate Bored Perú. Foto: Sebastián Blanco
En el contexto del rechazo a la investidura de Manuel Merino como presidente del Perú, Jorge P. fue testigo del actuar de la ciudadanía frente a la represión policial. Pese a ello, Jorge ha asistido a las manifestaciones junto a sus pequeñas, ya que su intención era agruparse con la ciudadanía y protestar ante la inacción del Gobierno contra la ola delincuencial. Con el transcurso de los años, Jorge forma el colectivo denominado Bored Perú (Brigada de Operaciones de Búsqueda y Rescate en Emergencia y Desastres), el cual agrupa a bomberos, rescatistas, paramédicos, ingenieros y cualquier persona que tenga la vocación de ayudar al prójimo.
Pese a que no han tenido un apoyo financiero, Jorge contó que poco a poco cada uno de los miembros han logrado adquirir los implementos necesarios para atender a los heridos. Asimismo, enfatizó que no hay distinción para que alguien pueda pertenecer a Bored Perú, ya que recientemente se han sumado amas de casa y jóvenes estudiantes. Con la finalidad de que sus voces sean escuchadas, ellos no solo ayudan a los civiles caídos, sino también protestan en cada una de las movilizaciones.
Asimismo, Jorge indicó que cualquier ayuda o contribución puede ser enviada con previa coordinación comunicándose al correo: [email protected] o al número 932748818. Al igual que muchas brigadas, ellos requieres de implementos básicos como esparadrapos, guantes quirúrgicos, cloruro de sodio, vinagre bully, algodón, alcohol, entre otros elementos.
“Salimos todos y regresamos todos juntos”
Johny G., (40) padre de familia y artista de la Escuela de las Bellas Artes, presta su servicio desinteresado desde las manifestaciones contra Manuel Merino en el 2020. Recientemente, se unió al grupo brigadistas “Bored Perú” a fin de prestar atención médica a todo ciudadano que lo necesite. “Trataba de auxiliarlos y sacarlos a un lado porque (los manifestantes) corrían riesgo ahí tirados sin que nadie los pueda auxiliar”, contó. Asimismo, detalló que en anteriores ocasiones ha asistido a las marchas junto con su menor hijo de 14 años, a fin de que también visualice la realidad del país.

Cordón policial en medio de las manifestaciones. Foto: Gabriela Coloma
De acuerdo con Johny, cuando caía una bomba lacrimógena al suelo, él lo agarraba con un guante grueso para que no se quemara por el calor. Tras ello, lo metía a una botella para luego agitarlo hasta que el gas se disipe. Sin embargo, Johny ha decidido incorporarse a las filas de brigadistas de Primeros Auxilios con la intención de ayudar a la ciudadanía. “No hay límite de edad, acá lo que importa es la vocación y ayudar al prójimo, prestos a servirles el cuidado médico necesario”, sostuvo para nuestro medio. “¿Por qué no ir y aportar? Empecé como desactivador de bombas y ahora estoy el la Brigada Bored Perú”, indicó.
Pese a prestar ayuda a los ciudadanos, Johny reveló que ha presenciado cómo sus compañeros han sido agredidos por efectivos policiales. “He visto cómo los botan, les gritan o amenazan. Todo está grabado, se difunde, pero el Estado se hace de la vista gorda”, lamentó tras enfatizar que, pese a esta situación, los brigadistas atienden a todos por igual, ya sean policías o civiles heridos. En ese sentido, Jhony hizo un llamado a la ciudadanía a asistir a las protestas para hacer respetar sus derechos y no quedarse callados. “Nosotros vamos tranquilos con cantos, arengas y miles de frases o carteles. Pero el tema se escapa de las manos por la policía, quienes nos limitan a ayudar a los afectados”, precisó.

Manifestante tendido en el suelo en medio de la represión polcial. Foto: Gabriela Coloma
Al igual que muchos, Johny lamenta que el actual Gobierno pisotee sus derechos, lo cual se refleja cuando asisten a las movilizaciones y son aprehendidos por la policía. Este panorama se evidenció cuando más de 10 jóvenes estudiantes fueron detenidos arbitrariamente en la División de Asuntos Sociales de la Policía Nacional del Perú (PNP) durante las manifestaciones del último 15 de octubre. Asimismo, fueron tratados como si fueran delincuentes, pues allanaban sus hogares sin motivo alguno. Tanto Johny como los demás brigadistas son conscientes de esta exposición y, sin embargo, su vocación ha cambiado.
“La idea es protestar de una manera consciente, sin ir a la violencia y al caos”, precisa. En ese sentido, Johny asegura que los brigadistas no discriminan a nadie. “Sea policía o manifestante, los atendemos por igual (…) nosotros tenemos la convicción muy clara de servir al prójimo. Todos por igual (…) Salimos todos y regresamos todos juntos. No callen, luchen por lo justo”, indicó Johny G. para nuestro medio.
“Así nos maltraten, seguiremos ayudando”
Jaqueline T. (22), estudiante de Enfermería, asiste a las marchas desde la primera convocatoria de la ‘Generación Z’. De manera independendiente, sin pertenecer a ningún colectivo y por propia convicción, ella fue a las movilizaciones para atender a los heridos usando sus conocimientos básicos en primeros auxilios y sus implementos. “Cuando intenté ayudar por mi parte, fui con mi propio equipo: máscara y casco. Pero los policías nos golpearon, pese a que estaba ayudando a un joven herido en la cabeza”, contó.

Atención brindada en por los brigadistas en las movilizaciones. Foto: Bored Perú
Tras la segunda ocasión en la que asistió a las marchas, Jaqueline contó que conoció a sus compañeros del colectivo Bored Perú y, pese a la represión policial, el colectivo se ha mantenido sólido. “Señores policías, a los jóvenes que están en las manifestaciones a quienes ustedes llaman vándalos, esos chicos también tienen derechos, son personas y no los van a estar tratando como animales”, denunció la joven estudiante de enfermería tras contar que en las últimas protestas ha presenciado que algunos manifestantes han sido golpeados hasta por 10 efectivos al mismo tiempo. “Vivimos en un país supuestamente democrático, somos seres humanos, no somos animales para tratarnos así”, lamentó.

Brigada Bored Perú dando los primeros auxilios a heridos. Foto: Sebastián Blanco
Ella se sumó a la brigada Bored Perú por vocación y propia convicción. Pese a que ha recibido golpes junto a sus compañeros en muchas ocasiones, Jaqueline enfatizó que seguirá ayudando a sus compatriotas heridos, ya sean civiles o policías. “En la última marcha a una de mis compañeras le metieron un puñetazo en el pecho y tiene solo 16 años. Ella se salió del colectivo”, sostuvo. Sin importar la situación, Jaqueline cuenta que durante las movilizaciones del pasado 15 de octubre, ella presenció que un efectivo policial se estaba ahogando. Ante ello, se acercó para auxiliarlo. “Yo quise ayudarlo, pero sus demás compañeros me empujaron. Si los policías van a actuar así ¿Qué podemos hacer?”, puntualizó.
“No tenemos miedo de salir a las calles a protestar”
Fiorela C. (25), abogada egresada en la Universidad de San Martín de Porres, acude a las manifestaciones desde el 2020 y es parte de las desactivadoras de bombas lacrimógenas de la brigada Nina Sonqo. Ante la recrudecida represión policial, Fiorela cumple el rol de impedir que los gases lleguen a la ciudadanía. “Cuando la policía dispara las bombas, nosotros las tomamos y la metemos a un bidón mezclado con agua y bicarbonato para desactivarla”, precisó para La República.

Colectivo Nina Sonqo en la marcha pacífica del sábado 25 de octubre. Foto: Fiorela C.
Según cuenta Fiorela, su principal motivación en asistir a las manifestaciones como brigadista desactivadora es evitar que la ciudadanía se ahogue con el gas lacrimógeno para que así continúen con la protesta y no cedan ante la represión policial. Del mismo modo, la joven detalló que las brigadas de Primeros Auxilios son quienes han salvado vidas en repetidas ocasiones. “Trasladamos a un herido de perdigón ocular. Nos dijeron que fue crucial la rapidez con la que lo derivamos, ya que pudo haber perdido la vista”, relató.
Cabe precisar que los heridos son trasladados a los hospitales cercanos por la misma ciudadanía, debido a la falta de instituciones públicas que presten sus servicios para socorrer a los afectados. “Es una vulneración terrible de los derechos fundamentales, de la salud y a la vida de quienes nos manifestamos”, contó. Uno de los aspectos principales que debe tener un brigadista es vocación y la convicción para cumplir este importante rol, además de tener conocimientos básicos en primeros auxilios. Por ello, Fiorela asegura que a lo largo de los años en los que ha asistido a las movilizaciones ha visto nutricionistas, paramédicos, bomberos, estudiantes, entre otras profesiones.
“Las manifestaciones no se deben evitar. La población debe seguir movilizándose. Si el poder pretende refugiarse en las armas para acallar las demandas de una ciudadanía organizada que está constantemente asediada por la violencia, la respuesta ciudadana debe ser exactamente lo contrario”, cuestionó la joven abogada ante la actual situación en la que se encuentra el Perú.
Y es que el temor de muchos peruanos ha llegado a las situaciones cotidianas, tan simples como asistir al trabajo o al colegio, en donde podemos perder la vida producto de la ola de violencia. “Tenemos miedo porque podemos morir al salir a trabajar, al colegio, en el transporte, pero a lo que no debemos tener miedo es salir a las calles a exigir que las autoridades cumplan sus funciones (…) No tenemos miedo de salir a las calles a protestar”, sostuvo. Por último, Fiorela hizo un llamado a la ciudadanía a que no solamente se sumen a las manifestaciones, sino también que asuman un rol importante en las mismas: ser brigadistas con la vocación de ayudar el prójimo sin distinción.
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