La docente de Educación, Judith Annie Bautista Quispe, denunció haber sido víctima de acoso sexual y hostigamiento laboral desde el año 2021, por parte de su colega nombrado Julio Adalberto Tumi Quispe, catedrático del programa de Matemática de la Universidad Nacional del Altiplano (UNA) de Puno.
Pese a las pruebas y testimonios presentados ante la Comisión Disciplinaria y el Tribunal de Honor, la institución archivó su denuncia el pasado 26 de septiembre y no le renovó contrato para el semestre académico 2025-II. La Fiscalía de Puno mantiene abierta una investigación penal contra el denunciado, mientras que la afectada apeló el fallo interno y continúa a la espera de una respuesta definitiva.
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Oficina de Eduardo Mancha, presidente de la Comisión de Hostigamiento Sexual de la UNA – Puno. Foto: Cinthia Álvarez/La República
Denuncia por acoso hacia docente en la UNA – Puno
Según el testimonio de Judith Bautista, el acoso se inició en 2021 a través de un presunto chantaje sexual. El docente nombrado habría condicionado su apoyo en un concurso de cátedra a cambio de favores sexuales. Tras rechazarlo, comenzó a recibir hostigamientos reiterados tanto en el ámbito académico como laboral.
Durante los años 2021 y 2022, la situación se habría mantenido bajo un clima de presión constante. En 2023, al enterarse de que el mismo catedrático volvería a integrar el jurado del concurso en el que debía participar, la docente decidió retirarse temporalmente y trabajar en otra universidad de Amazonas. Sin embargo, al regresar a la UNA Puno en septiembre del año pasado, las agresiones sexuales y laborales, según su versión, continuaron.
Bautista relató que en diciembre de 2023 decidió formalizar la denuncia ante el Tribunal de Honor de la universidad, instancia que derivó el caso a la Comisión Disciplinaria para Actos de Hostigamiento Sexual (creada en 2019, en cumplimiento del Decreto Legislativo N.° 1410). El proceso se extendió de febrero a agosto de 2024. En ese lapso, el denunciado viajó a Estados Unidos por una pasantía, pero al regresar, según la denunciante, habría iniciado una serie de represalias en su contra.
“Comencé a recibir memoriales en mayo, cuando él ya sabía de mi denuncia. Algunos docentes y estudiantes se prestaron para desprestigiarme”, declaró Bautista. La docente asegura que varios alumnos fueron presionados para presentar quejas en su contra y exigir su cambio de cursos, bajo amenazas de represalias académicas.
Memoriales, tomas de facultad y desprestigio
Durante las audiencias, la Comisión de Hostigamiento Sexual recomendó al denunciado abstenerse de cualquier represalia. No obstante, Bautista afirma que poco después se organizaron grupos de estudiantes para cuestionar su desempeño, acusándola de ausencias y maltrato psicológico sin pruebas documentadas.
El conflicto escaló en junio, cuando estudiantes amenazaron con tomar la facultad si no era reemplazada. “Decidí pedir mi cambio para evitar más problemas, pero luego volvieron a aparecer nuevos memoriales”, narró. Según sus registros, en los audios de reuniones estudiantiles se escucha a uno de los promotores incitar a repetir las acciones de un grupo anterior “para sacar a la profesora”.
El caso fue revisado por el Vicerrectorado Académico, que tras evaluar las pruebas y escuchar a las partes determinó que no existían motivos para cambiarla. Sin embargo, el ambiente laboral siguió deteriorándose. La denunciante sostiene que en las semanas siguientes aumentaron los ataques verbales, los rumores sobre su vida privada y las insinuaciones machistas, incluso de colegas mujeres. “Me han hecho ver como si yo fuera la culpable, como si hubiese provocado. Me han dicho que le tendí una trampa al profesor”, declaró.
Hostigamiento y aislamiento
Durante su relato, Bautista describió un entorno de violencia simbólica y machismo institucional. Afirmó que fue objeto de comentarios sobre su personalidad, apariencia y origen amazónico, y que colegas llegaron a insinuar que había provocado el acoso. “Me dijeron que yo tenía la culpa (…) Me han destruido como profesional y como mujer. No me merecía tanto daño y ensañamiento”, señaló.
También dijo haber mensajes intimidatorios y ataques en redes sociales. Incluso sus padres fueron contactados. La docente asegura que todo esto busca silenciarla. “El señor sigue trabajando tranquilo, como si nada hubiera pasado. Y yo, que he denunciado, me han sacado”, resume y afirma: “Hay más estudiantes y en los comentarios de las redes sociales afirman que no es el único docente. Han mencionado varios nombres, pero parece que se tapan entre ellos”.
Entre los elementos presentados por Bautista figuran audios, informes psicológicos y medidas de protección judicial otorgadas por el Juzgado de Familia de Puno. El expediente del 3 de septiembre, emitido bajo el nombre Informe N° 10-2025-SI-UNA-PUNO, fue elaborado por el secretario de instrucción de la Comisión de Hostigamiento Sexual, quien recomendó abrir un proceso administrativo disciplinario y separar al docente denunciado. No obstante, el Tribunal de Honor desestimó el informe y archivó la denuncia.
UNA – Puno archiva denuncia de acoso sexual pese a pruebas
El 26 de septiembre, la Comisión presidida por Edgar Mancha Pineda resolvió archivar el caso. En declaraciones a este medio, Mancha señaló que no podía ofrecer mayores detalles por respeto a ambas partes, pero precisó que “ambos ya fueron notificados” y que “si existe disconformidad, la parte afectada puede apelar ante el Tribunal de Apelaciones”.
Consultado sobre la situación laboral de la denunciante, indicó que “los docentes con denuncias administrativas o penales activas no pueden participar en nuevos contratos hasta que se resuelvan sus casos”. Esta fue la base que utilizó la universidad para excluir a Bautista de la renovación de su contrato. Sin embargo, la docente sostiene que esta medida es una represalia. “Es un castigo por haber denunciado”, señaló.
Según Bautista, el denunciado le habría mandado intermediarios para pedir que retire la denuncia. “Ha hecho creer también que yo he tenido una relación en pregrado con él, que esto es una venganza”, afirmó. Además, atribuye esta inacción a intereses políticos internos. Sostiene que el presidente de la comisión, Edgar Mancha, habría mantenido vínculos previos con el denunciado, lo que explicaría, según ella, la falta de medidas concretas.
La Ley Universitaria y el Reglamento Interno de la UNA establecen que las denuncias por hostigamiento sexual deben garantizar la protección de la presunta víctima. En este caso, el denunciado habría divulgado el proceso y buscado apoyo entre colegas y estudiantes. La República se contactó sobre el caso con la presidenta del Tribunal Disciplinario, (y Decana de la Facultad de Ciencias Contables y Administrativas), Lily Trigos Sánchez, quien solo indicó que “se encuentra fuera del país”.

Documento de la apelación en la investigación interna. Foto: cortesía.
Silencio institucional
Tras la decisión del Tribunal de Honor, Bautista presentó una apelación formal el 10 de octubre ante el Tribunal de Apelaciones de la UNA Puno. Según el reglamento universitario, la institución debía responder en un plazo máximo de cinco días hábiles, plazo que venció el 20 de octubre sin pronunciamiento. Hasta el cierre de este informe, la universidad no había emitido un comunicado oficial sobre el estado del expediente administrativo ni sobre las medidas de protección internas.
La situación ha dejado a Bautista sin fuente de ingreso. “Tengo una hija pequeña y me quedé sin trabajo por denunciar. Me siento sola y desprotegida. Ahora no sé qué voy a hacer, emocionalmente estoy decaída, no tengo ganas de levantarme”, declaró. Según indicó, su puntaje de evaluación era perfecto (30/30) y nunca antes había tenido observaciones en su desempeño docente.
Ella indicó que su situación se complica porque se ve en la obligación de abandonar Puno. “Esta es la única universidad aquí, entonces debo conseguir en otros lugares. Solo me apena mi hija. No soy de aquí y ahora, otra vez, ir a una ciudad a empezar de cero. De repente me tenga que separar mi hija por estos temas hasta que hasta que me establezca y nadie ha tenido creo esa sensibilidad de pensar en uno”, contó.
Ella espera que la apelación sea admitida y se revise el informe original del secretario de instrucción que recomendaba la sanción del docente. “Quiero que se haga justicia, que no haya más mujeres que puedan ser chantajeadas por esta clase de sujetos. Porque él es un acosador, no soy la única víctima, está acostumbrado a hacer ese tipo de cosas”, expresó.
Según su testimonio, existiría otra persona afectada. “A raíz de la denuncia que yo hice en los medios locales ha venido una víctima. Me llamó, me contactó y fue a hablar con las autoridades, porque a esa persona el señor la ha violado. Según lo que me contó la señora, fue hace 12 o 13 años”. La presunta víctima le habría dicho a Bautista que no podía salir a los medios para respaldar su denuncia, ya que no deseaba exponer a su hijo adolescente.

El punto 3 correspondería a la razón por la cual a la docente no le renovaron el contrato. Foto: UNA – Puno.
Testigos confirman acoso y encubrimiento
Medios locales de Puno difundieron testimonios de testigos que confirman los señalamientos de Bautista. César Calsin, egresado de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNA, aseguró que declaró ante la comisión universitaria sobre el hostigamiento. “Alzo mi voz porque es una injusticia lo que ocurrió con la docente Judith Bautista”, expresó. Según el joven, tres docentes (Wenceslao Q., Elio R. y Godofredo Huamán), habrían mentido para proteger al denunciado ante el Tribunal de Honor. Además, denunció que existían amenazas hacia quienes colaboraran con la investigación. “La escuela profesional pidió a los estudiantes ponerse contra la denunciante”, afirmó.
El egresado también describió un ambiente de abuso y favoritismo en el programa de Matemática. Según dijo, un laboratorio era conocido informalmente como “el matadero de Tumi”, apelativo con el que se aludía al espacio donde el docente presuntamente acosaba a alumnas. César considera que el caso fue archivado mediante “actos de favorecimiento” y pidió que la Comisión de Hostigamiento Sexual investigue todas las denuncias vinculadas al profesor nombrado.
Denuncia penal en curso
Pese al archivamiento interno, el proceso judicial continúa en curso. La Fiscalía Provincial Penal de Puno investiga el caso bajo el delito de acoso sexual, según la denuncia registrada. El abogado de Bautista ha solicitado la ampliación de medidas de protección y la revisión de los documentos que sustentaron el archivo universitario.
El expediente penal continúa abierto y, según Bautista, el abogado del investigado ya se apersonó al proceso. La denunciante, por su parte, rendirá su declaración ante la fiscalía este 25 de octubre.
Docente lamenta haber denunciado
Judith Bautista es la clara muestra de las brechas que aún persisten en las universidades públicas frente al acoso y la violencia de género. La docente afirma que seguirá adelante con las vías legales. “No es justo, por el mensaje que se está dando. Es un precedente negativo para todas aquellas mujeres que queremos denunciar”, cuestiona, y agrega: “De repente una estudiante va a quedar jalada o perjudicada en los cursos que enseñan por salir a denunciar a estos acosadores”.
Hasta el momento, el catedrático Julio Adalberto Tumi Quispe continúa en funciones en la UNA Puno. El Ministerio Público evalúa los elementos presentados y determinará si corresponde formalizar la investigación preparatoria. Mientras tanto, la denunciante enfrenta la incertidumbre laboral y emocional tras haber señalado a un colega con poder institucional. “Lamento haber denunciado. Tal vez si no hubiese denunciado estaría trabajando”, concluyó.
Canales de ayuda
Si eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”. Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente.
Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados). Recuerda que, ante una emergencia, los números de teléfono a los que te puedes comunicar son el 116, número de los bomberos, o al 105, número de la Central de Emergencia de la Policía Nacional del Perú.
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