Los años ochenta, en el Perú, fueron de los más agitados de su historia republicana. El país vivía una hiperinflación, los grupos terroristas azotaban nuestra sociedad y muchos compatriotas emprendieron la partida a otras tierras, buscando un futuro inmediato y mucho mejor.
Carlos Palacios, por esos tiempos, jugaba al fútbol en Sporting Cristal, mostraba condiciones, pero en casa las cosas no iban bien y decidió partir a los Estados Unidos. En esa decisión estaba el gran cambio de su vida.
¿Por qué decidiste irte del país?
Era 1982, yo había nacido en el Rímac, pero vivía en el centro de Lima, muy cerca del puente Santa Rosa.
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La situación económica era terrible, mi barrio era muy peligroso, donde abundaba la droga y la criminalidad y con mi familia vivíamos en extrema pobreza.
¿Sentiste que era el momento de irte?
Yo jugaba en Sporting Cristal, me veían condiciones, pero en casa todo estaba mal y con mi madre y un hermano menor, nos fuimos apoyados por mi familia.
Detengámonos un momento: ¿Cuál era tu puesto en el fútbol?
Volante creativo.
¿El puesto de Julio César Uribe?
Y de Roberto Palacios, que es mi compadre espiritual, porque soy padrino de su hijo.
¿Quién fue tu técnico?
El profesor Víctor Pasache y don Alberto Gallardo.
Regresemos al viaje, ¿Cómo empezó la historia en el norte de América?
Llegué y no sabía el idioma. Me presente a estudiar a la universidad en la carrera de Ciencias Contables.
¿Te sirvió la pelotita para desarrollarte en los estudios?
Gracias a jugar fútbol fui becado. Debía sacar buenas notas y defender mi casa de estudios.
¿Con qué peruanos te cruzaste?
Con Martín Álvarez, que después defendió los colores de Puerto Rico, y Álvaro Barco, que hoy es directivo de Universitario de Deportes. A ambos los tuve de rivales.
¿Cuál fue tu primer trabajo?
En una fábrica de bolsas de plástico. Trabajaba 8 horas ininterrumpidas, donde no había horario para almorzar. Ibas haciendo tus labores y comiendo al mismo tiempo.
¿Qué otro ‘cachuelo’ apareció?
Repartía periódicos en las casas.
¿Fue difícil sociabilizar con tus compañeros de aula?
Nadie hablaba español, por mi forma de pronunciar las palabras, se burlaban de mí.
¿Con quién te tocó estudiar?
Había europeos y africanos.
¿Cómo es un estadounidense?
Es práctico y hasta cierto punto distante.
¿Qué aprendiste?
Los latinos sabemos que debemos estar juntos y entre nosotros hacer fuerza para apoyarnos.
¿Y cómo empezó tu trabajo como Contador?
Me gradué y empecé a trabajar en un bufete. Un año fue suficiente para darme cuenta como se movía el sistema.
¿Qué decisión tomaste?
Fundé mi propia empresa, empecé a trabajar con pocos clientes, pero crecimos y hoy damos servicios a más de cinco mil clientes.
Hoy que la vida te sonríe, ¿ayudas a otros compatriotas?
Tenemos la fundación ‘Carlos Palacios’ y otorgamos becas de estudio a jóvenes latinoamericanos que tienen capacidad, pero pocos recursos económicos.
¿Es para todo migrante?
Pero siempre se dará un cariño especial a mis compatriotas.
¿Llevas artistas peruanos?
En nuestras fiestas de julio, auspicio los eventos, y llegan talentos peruanos que están en Perú.
¿Y en el día a día?
Cuando un peruano llega a nuestra empresa, a realizar un trámite, no le cobramos el trámite, porque me recuerda a mí cuando recién pise el suelo de Estados Unidos.
Por todo ello fuiste premiado
El premio ‘Orgullo peruano en el exterior’ me hace sentir que estoy en la ruta correcta.
¿Cuál sería el mensaje?
Que entre peruanos debemos tendernos la mano.
Muchas gracias por la entrevista
Gracias a ustedes por darme la oportunidad que me conozcan mis compatriotas.