Una jornada de peleas de gallos en el coliseo de Paramonga, en Barranca, terminó en tragedia cuando Jorge Castillo Corzo, reconocido criador de 55 años, murió tras ser herido por el ave que manipulaba.
Lo que comenzó como una actividad habitual para los aficionados a este espectáculo se convirtió en una emergencia que no pudo ser contenida a tiempo.
Castillo no tenía previsto participar en una pelea ese día, pero fue invitado por otros criadores para amarrar la navaja a un gallo ajeno, tarea en la que tenía experiencia. Al soltar al animal en el ruedo, este se volteó inesperadamente y lo atacó en el muslo derecho.
La cuchilla penetró con fuerza, causando una grave herida. Según testigos, el gallo fue descrito como “loco” por su reacción inusual al girar y atacar a quien estaba más cerca en lugar de enfrentar a su oponente.

UNA HERIDA MORTAL EN CUESTIÓN DE MINUTOS
La lesión fue letal. El médico legista Jorge Albínez Pérez confirmó que se trató de una herida punzocortante que comprometió la arteria femoral, con una profundidad de siete centímetros.
El sangrado fue tan intenso que Castillo comenzó a desvanecerse pocos minutos después del impacto, sin que se aplicaran primeros auxilios efectivos en el lugar del hecho.
De acuerdo con la familia, no hubo atención médica inmediata en el coliseo. Jorge Castillo fue trasladado en una moto lineal al centro de salud más cercano, donde llegó consciente pero muy debilitado.
Su hija arribó al establecimiento poco después y lo encontró aún con vida, aunque ya desmayado por la pérdida de sangre. Los médicos solo pudieron confirmar su fallecimiento cinco minutos después de ingresarlo, debido a un shock hipovolémico.
En la comunidad de Paramonga, Castillo era conocido no solo por su pasión por los gallos, sino también por su faceta familiar y artesanal. Criaba aves desde su juventud, ganando reconocimiento y trofeos, y elaboraba caponeras, mantas y llaveros con plumas y esporas. Su hija, Ana Mirela, lo describió como un padre amoroso que cocinaba para ella todos los días, preparaba chicharrones para el desayuno y la engreía con sus platos favoritos.
La familia señaló que, aunque los accidentes con gallos no son comunes, sí se han registrado casos de criadores con lesiones graves, como tendones cortados o extremidades afectadas. Sin embargo, una muerte como la de Jorge ha sorprendido profundamente al entorno gallero. El médico legista indicó que una compresión adecuada en la zona afectada pudo haber marcado la diferencia.
