Petro-Perú | Alejandro Narváez se va, dejando – El reportero andino

La vacancia de Dina Boluarte consumó esta determinación, dejando al economista apurimeño, coterráneo de la exmandataria, sin piso y sin su más firme sostén.

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Maro Villalobos

Perú

Así, la Junta General de Accionistas (JGA) de Petro-Perú se reunió en la mañana del 16 de octubre para tratar la remoción de Narváez Liceras frente a una apremiante solicitud del nuevo presidente de la República, José Jerí.

Esto “en el marco del compromiso de Gobierno con el fortalecimiento de la sostenibilidad fiscal y la eficiencia en la gestión de las empresas públicas”, explicó el Ministerio de Energía y Minas (Minem) en un comunicado.

En esa línea, la JGA “acordó por unanimidad” remover del cargo a Narváez y designar en su lugar (de forma interina) a Fidel Moreno Rodríguez, ingeniero industrial que se desempeñaba como vicepresidente y director no independiente de la estatal desde noviembre del 2024.

Para César Gutiérrez, expresidente de Petro-Perú, queda claro que el relevo de Narváez era una necesidad por su porfía de querernos vender “la quimera de la viabilidad económica” de la empresa, a pesar de su monstruoso endeudamiento de US$7.300 millones.

El presidente José Jerí instó a la JGA de Petro-Perú a remover a Alejandro Narváez.

El presidente José Jerí instó a la JGA de Petro-Perú a remover a Alejandro Narváez.

Advierte, sin embargo, que la JGA no cumplió con las formalidades establecidas en la Ley 28840 (Ley de Fortalecimiento y Modernización de Petro-Perú), la cual señala que los directores de la petrolera solo pueden ser vacados por “incumplimiento de los objetivos anuales o falta grave”.

Ello, ante la renuencia de Narváez a renunciar al cargo, como comúnmente se estila.

Fernando de La Torre, exgerente corporativo de finanzas de Petro-Perú, considera, sin embargo, que la remoción del economista apurimeño se justifica ampliamente por cuanto incumplió los objetivos anuales de la petrolera.

En el caso de Narváez, durante la primera mitad del 2025 su gestión ha generado pérdidas equivalentes a US$1,5 millones diarios y ha obligado al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a emitir bonos por US$285 millones”, indica.

No sólo eso. De la Torre remarca que Narváez Liceras ha legado al país una empresa “técnicamente en quiebra”, con un capital de trabajo negativo de US$2.300 millones y pérdidas acumuladas en el lapso 2022-2024 que exceden el patrimonio de la estatal (a diciembre del 2021).

Esto quiere decir, que la empresa fundada por el Gobierno Militar “ya no existe, murió en esos tres años, pues el capital que tenía ha sido consumido por sus pérdidas”, apunta.

A entender de Oliver Stark, expresidente de Petro-Perú, la salida de Narvaez “estaba cantada” por su estilo de gestión pública nefasta, la cual ha demostrado “su ineficacia e ineficiencia juntas”.

Petro-Perú debe nombrar a un administrador privado y vender su sede de Corpac, entre otras medidas de ajuste, para aliviar su crisis.

Petro-Perú debe nombrar a un administrador privado y vender su sede de Corpac, entre otras medidas de ajuste, para aliviar su crisis.

Así lo ha reconoce el Minem cuando señala que dispuso el cese de funciones del presidente de la petrolera como una medida destinada a fortalecer la gobernanza, optimizar la eficiencia operativa y garantizar la “sostenibilidad económica (de Petro-Perú) sin comprometer mayores recursos públicos”.

MEDIDAS DE AJUSTE

Lo que ahora toca hacer al gobierno transitorio presidido por José Jerí, es “tomar medidas de ajuste mucho más duras y dolorosas, que deben ser incondicionalmente apoyadas por la JGA”, apunta Stark.

Esto incluye: la gestión de la empresa por un administrador privado que deberá rendir cuentas mediante indicadores clave de rendimiento (KPI), la venta y/o concesión del edificio central en Corpac (San Isidro) y “otras soluciones planteadas hace más de un año” por el directorio previo al de Narváez.

Se trata de recomendaciones que el economista apurimeño se negó a implementar, pero que “siguen siendo la salida a los problemas de Petro-Perú”, anota Stark.

Todo esto podría quedar, sin embargo, en letra muerta, si el Ejecutivo no logra también la vacancia del gerente general de la petrolera, Oscar Vera, a quien muchos consideran uno de los principales causantes de los males que aquejan a Petro-Perú.

Y es que el funcionario trujillano sí cuenta con el sostén político que no tenía Alejandro Narvaz. Al respecto, fuentes de El Comercio señalan que Vera ha asegurado el respaldo del partido Alianza para el Progreso, de César Acuña – su valedor en los últimos tiempos – para no ser removido de su cargo.

Eso (removerlo del cargo) no creo que lo haga el presidente interino nombrado ayer, así que deben nombrar al nuevo a la brevedad”, anota Stark.

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