En su primera actividad oficial, José Jerí apareció en el penal de máxima seguridad Ancón I con las mangas remangadas, una camisa blanca y jeans. De inmediato fue comparado con el presidente de El Salvador, Nayid Bukele. Y no solo por el look.
Jerí y su aparato de prensa mostraron a reclusos sentados en el suelo con la cabeza gacha y los brazos entrelazados. La imagen es similar a las que se han exhibido desde el megacentro penal CECOT de El Salvador.
En su segunda participación, Jerí estuvo en San Juan de Miraflores, supervisando la ayuda a los damnificados del incendio en Pamplona Alta. Y esta madrugada, nuevamente, se hizo presente en un operativo de seguridad en el penal Miguel Castro Castro.
Las fotografías oficiales del penal Ancón I replicaron —en escala local— la misma estética del orden de Bukele: presos en fila, gesto de autoridad, silencio y control.
Para el analista político, José Carlos Requena, “pareciera que lo que busca Jerí es la proyección de una persona con las manos en los problemas de la gente”.
La imagen, señala, también recuerda un poco a Humala de la campaña 2011. Jerí, indica Requena, “claramente quisiera diferenciarse del gobierno que acaba de terminar”, lo cual es un poco complicado por la coalición parlamentaria que lo sostiene y su origen parlamentario.
En diálogo con Perú21, el analista opina que hasta el momento tenemos “algo puramente gestual” sin fondo y que no pasa de la foto. La imagen que pretende proyectar el flamante jefe de Estado va a estar muy atada a quién nombre en el despacho del Interior y “a alguna acción concreta que pueda demostrar”.
“El principal problema aquí es la seguridad, así que es en este campo en el que va a tener que demostrar algún resultado concreto. Creo que la gran complicación que tiene Jerí para esto es que él no parte con la hoja en blanco, a diferencia de un presidente que inicia funciones por mandato electoral. Él lo hace con un gran desgaste de la clase política en su conjunto, y forma parte de esta desde el año 2021, en muchos casos con puestos relevantes. Entonces, esa es una complicación que va a tener que superar”, advierte Requena.
Y agrega: “Creo que, en términos de comunicador, por lo menos si uno compara la gestión que ha tenido en el Parlamento, tiene mucho más voluntarismo, mucha más actividad que sus predecesores, pero eso no necesariamente se va a traducir en un respaldo ciudadano marcado”.
EL PENAL DE EL SALVADOR Y LAS CÁRCELES PERUANAS
El complejo penitenciario de El Salvador que fue inaugurado en 2023 alberga a los pandilleros de la Mara Salvatrucha y las dos facciones de Barrio 18, grupos que sembrarn el terror en el país durante años.
El CECOT tiene una población de 14,532 reclusos. Defensores de los derechos humanos, consideran que hay cerca de 20,000.
La cárcel, símbolo de la guerra contra las pandillas, es modelo para muchos. Para otros, “es un moridero de concreto y de acero”.
El reclusorio, según el gobierno de Bukele, incluye pabellones de confinamiento de reos, sistema de videovigilancia, control de acceso con escáner corporal y de paquetes, cerco eléctrico de 2,1 km de longitud, celdas de castigo y 19 torres de vigilancia.
En las cárceles que han sido visitadas por Jerí y que han sido parte de los operativos sorpresas se han encontrado celulares, droga y accesorios de comunicación.
Para nadie es un secreto, que en los penales peruanos se planifican muchos actos de extorsión.