La directora de radio La Decana, Guadalupe Apaza, negó que su medio haya organizado una emboscada contra Phillip Butters, quien el pasado 8 de octubre tuvo que salir resguardado por la Policía Nacional tras una tensa entrevista en Juliaca. La periodista afirmó que fue el propio equipo del comunicador quien pidió la entrevista en vivo y que la emisora actuó con responsabilidad para evitar cualquier incidente.
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Apaza explicó que la producción de Butters contactó a la radio el 26 de septiembre para solicitar un espacio en cabina como parte de su recorrido por la región Puno. Aclaró que el medio no promovió ni convocó a ninguna persona para protestar, y que la presencia de familiares de las víctimas de la represión de 2022 y 2023 fue espontánea, luego de que escucharan la transmisión en directo.
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“El día 26 de septiembre, me solicita por escrito, por WhatsApp, una entrevista. Pensé que era una conferencia de prensa, y me dice, no, queremos unos minutos en su medio, nos encantaría tener unos minutos en su medio. Entonces, ya, lo hemos aceptado. No acepté primero, consulté aquí con prensa, con todos, después de dos días le dije que sí, no era un problema”, comentó.
Según la versión de la directora, la entrevista se desarrolló sin contratiempos hasta que comenzaron a escucharse arengas desde la calle. El equipo de la radio decidió cerrar las puertas para resguardar a su invitado y evitar el ingreso de personas externas. “La cabina está al interior y nadie entró”, señaló. Butters permaneció en una oficina mientras se coordinaba con la Policía su salida de las instalaciones.
“Ingresó, sin obstáculos, a las siete y veinte más o menos (a la radio). Lo hice pasar yo, le di la bienvenida aquí a la delegada, le hago pasar a cabinas. Yo escuché voces, a las ocho, ocho y diez, a esa hora, en la calle, porque la cabina es interior. Lo comuniqué yo a mis compañeros que cierran la puerta y me dijeron que ya está cerrada la puerta. Yo no sabía cuánta gente había, pero se escuchaba las arengas, se escuchaba la bulla, porque había altavoces (…) Le comuniqué que no se podía salir, entonces, él me dijo: hay que llamar a la policía”, precisó.
Apaza sostuvo que el medio en ningún momento expuso la integridad física del precandidato presidencial. Afirmó que la cobertura fue estrictamente periodística y que se evitó cualquier contacto con los manifestantes. Recalcó que la emisora cumplió con su deber de proteger al invitado, pese a las acusaciones posteriores de Butters, quien insinuó haber sido víctima de una provocación.
La directora insistió en que no existió ninguna manipulación por parte de la radio ni coordinación con grupos locales. Subrayó que los asistentes a la protesta eran familiares de los fallecidos durante las movilizaciones en Puno y que su aparición respondió a un malestar legítimo frente a las declaraciones pasadas del conductor.
“No hemos salido, yo he estado aquí con ellos, coordinándonos, saliendo, y no sabíamos lo que iba a ser. La gente aquí se ha juntado así. Como le digo, estamos a dos cuadras de un mercado internacional. Entonces, han escuchado seguramente a la radio. Había bastante gente, pero cuando más se demoraba, más la gente se reunía. Es que aquí la gente sigue, no olvidas de sus fallecidos”, precisó.
A punta de huevos y piedras, Puno rechazó presencia de Phillip Butters
La llegada del precandidato Phillip Butters a Puno provocó una fuerte reacción ciudadana en Juliaca, donde manifestantes le arrojaron huevos y piedras mientras intentaba participar en un programa de radio. Ante el rechazo, el conductor tuvo que refugiarse en una oficina interna del medio y permaneció allí durante cerca de dos horas sin atender declaraciones a la prensa local.
Las imágenes difundidas muestran que la Policía intervino para proteger a Butters mientras abandonaba las instalaciones de Radio La Decana. Los agentes se colocaron entre él y los manifestantes para garantizar su salida con seguridad, usando escudos en algunos momentos.
El rechazo a su presencia en la zona tiene como trasfondo en las polémicas declaraciones del comunicador durante las protestas de 2022 y 2023, cuando manifestó posiciones violentas contra los manifestantes. En esta visita, intentó justificar esos discursos señalando que habrían sido sacados de contexto y que no estaban dirigidos al sur del país, sino a las movilizaciones de Lima.