El exobispo de Juli, Ciro Quispe López, emitió un extenso comunicado en el que explicó las razones de su salida de la Prelatura del altiplano puneño, aceptada por el papa León XIV el 20 de septiembre. Según señaló, su dimisión fue fruto de “reflexión y oración” y negó tajantemente que existan denuncias en su contra.
“Hasta la fecha no tengo ninguna denuncia en el fuero civil, tampoco un proceso en el fuero eclesiástico. Rezo al Señor de la Vida para que un día la verdad salga a la luz”, afirmó el religioso, que además pidió perdón “a todos aquellos que ofendí con mis actos y palabras”.
En su mensaje, Quispe agradeció el cariño de las comunidades y aseguró que deja como legado a más de 20 sacerdotes, cuatro diáconos permanentes, sieet seminaristas y tres nuevas congregaciones religiosas en la jurisdicción.
También denunció haber sido víctima de difamación y acoso por parte de ciertos sectores y periodistas, lo que —según él— dividió a la población de Juli.
¿QUÉ ESCANDALOS PERSIGUEN AL OBISPO CIRO QUISPE LÓPEZ?
La renuncia de Quispe López no puede entenderse sin el contexto de los escándalos que sacudieron a la prelatura durante el último año.
En la ciudad de Juli se reportó de que el obispo mantenía relaciones paralelas con varias mujeres, algunas de ellas vinculadas a la institución eclesial. Testigos aseguran que estas situaciones derivaron en disputas internas e, incluso, en la filtración de audios, fotos y videos que afectaron su imagen.
El periodista de Puno del diario Sin Fronteras, Kevin Moncada, contó a la revista Hildebrant en sus trece que el caso estalló cuando dos de las supuestas parejas del obispo llegaron a enfrentarse casi a golpes al descubrir que él tenía varias relaciones a la vez.
“En abril del año pasado nos llegó la información de que una de las ‘supuestas queridas’ del obispo se había agarrado prácticamente a golpes con otra señorita. Ese fue el dato disparador. El caso salió a flote porque las mujeres se enteraron de que el obispo salía con varias de ellas a la vez y eso las enfureció”, dijo.
Prácticamente, el obispo habría tenido una “cartera variada” de amantes, que incluía monjas, novicias, empresarias y feligresas.
Otro de sus pecados se remonta hasta el 2022, el obispo Ciro Quispe fue acusado de estafar al empresario Bernabel Quispe Mamani. Le alquiló una casa de retiro de la Iglesia para que la remodelara, con una inversión de más de S/280,000. Sin embargo, ya había recibido US$22,000 de una donación internacional para ese mismo fin, dinero que nunca usó en la obra. Al quedar en evidencia, el obispo rescindió el contrato y desalojó al empresario.
Otro conflicto estalló en 2023, cuando intentó tomar el control de dos templos coloniales restaurados por el Estado. Las comunidades aymaras lo denunciaron públicamente y aseguraron que el prelado buscó dividirlos y sobornar a dirigentes para imponer su administración.
Estos casos, junto con los señalamientos de relaciones impropias con varias mujeres, han configurado un retrato complejo y cuestionado de la gestión de Ciro Quispe, cuyo desenlace fue la renuncia forzada al gobierno pastoral de la prelatura.
RENUNCIA BAJO SOSPECHA
El ahora exobispo aseguró que se retira “por decisión propia” y que inicia un tiempo de silencio y retiro espiritual. No obstante, su nombre sigue siendo tema de debate en Puno, donde algunos fieles exigen transparencia sobre lo ocurrido y otros mantienen gestos de apoyo hacia su figura.
La Iglesia local, en tanto, quedó bajo la administración apostólica de monseñor Giovanni Cefai, con la misión de recomponer la confianza de una comunidad marcada por la polémica.
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