La mandataria Dina Boluarte cruzó la línea de la neutralidad electoral. En una intervención oficial, pidió a la ciudadanía no respaldar a los “negacionistas” en las elecciones generales de 2026, un mensaje que la coloca como parte de la campaña y no como garante imparcial del proceso. Con este pronunciamiento, la jefa de Estado vulnera la obligación constitucional de no interferir en la competencia política impuesta en el artículo 186 de la Ley Orgánica de Elecciones.
Escucha la noticiaTexto convertido en audio
Inteligencia Artificial
Boluarte describió a los opositores que podrían postular en 2026 como figuras que “se disfrazan de corderos” para engañar a la población con promesas falsas. Además, insistió en que la población debe emitir un voto consciente y no dejarse llevar por discursos que prometen soluciones inmediatas. Estas expresiones, aunque revestidas de advertencias, representan una clara toma de posición en medio en contra de su oposición, dentro del proceso electoral aún en marcha.
TE RECOMENDAMOS
DINA BOLUARTE minimiza el paro y MINISTRO JUAN CAVERO bajo la lupa | ARDE TROYA con JULIANA OXENFORD
“Que en las próximas elecciones hay que mirar a quién le damos nuestro voto de confianza. Esas voces negacionistas se van a disfrazar de buenos corderos. (…) Pues no les crean, porque siempre desde donde han estado han petardeado el desarrollo de la patria. Apuesten por los buenos demócratas que sí quieren la patria. El 12 de abril veamos a quien le confiamos nuestro voto para que estén sentados en la cámara de diputados, en la cámara de senadores. No perdamos nuestro voto con esos actores, dizque líderes, de voces negacionistas”, comentó.
La intromisión de la presidenta no es un hecho aislado. En septiembre, el Ejecutivo ya había cuestionado la decisión de la Fiscalía de la Nación de solicitar la exclusión de Fuerza Popular, lo que se interpretó como un respaldo al fujimorismo. Ese comunicado de la PCM fue criticado como un inédito aval del Gobierno a un partido político, gesto que ya anticipaba un quiebre del principio de imparcialidad.
Este nuevo pronunciamiento se suma a un contexto en el que varios ministros de Boluarte evalúan dejar el gabinete para tentar cargos de elección popular en 2026. Así, mientras el Ejecutivo debería garantizar condiciones justas para todos los competidores, se convierte en un actor más de la campaña. Esta situación enrarece la contienda y erosiona la legitimidad del proceso electoral que se avecina.
Fernando Tuesta, exjefe de la ONPE: “La presidenta viola la ley y debe ser sancionada”
El exjefe de la ONPE, Fernando Tuesta, advirtió que las declaraciones de Boluarte representan una infracción directa a la ley de neutralidad. “La presidenta se tiene que abstener de dar declaraciones sobre el proceso electoral, sobre todo haciendo referencia efectivamente a quién se debe de votar y por quién no se debe votar. Ella está violando la ley y el Jurado Electoral Especial de Lima Centro debe sancionar como corresponde”, sostuvo.
Tuesta agregó, además, que la neutralidad se vulneró con el comunicado de la PCM en defensa de Fuerza Popular. Según Tuesta, en lo que va de este siglo no existían precedentes de un presidente inmiscuyéndose de manera tan abierta en un proceso electoral. Para él, Boluarte se desacredita como mandataria y agrava la situación cuando se sabe que varios ministros buscarán ser candidatos el próximo año.
“Ya había una violación de la neutralidad cuando se publicó un comunicado de la PCM en favor de Fuerza Popular (…) No ha habido precedentes en lo que va del siglo de inmiguirse los presidentes en los procesos electorales y hace muy mala presidenta, teniendo en cuenta además que varios ministros van a sumarse como candidatos a varios partidos que obviamente van a competir el próximo año”, dijo.
Dina Boluarte y sus antecedentes de injerencia electoral
Las recientes declaraciones no son aisladas. En septiembre, durante un acto oficial, Boluarte ya había pedido un “voto consciente” en las elecciones de 2026, llamando a la población a no dejarse engañar por promesas fáciles. Aunque no mencionó nombres, el mensaje fue interpretado como un deslinde hacia partidos de oposición y un intento de marcar la cancha electoral desde Palacio.
El Ejecutivo también emitió un comunicado en defensa del partido político Fuerza Popular, luego de que la Fiscalía solicitara su exclusión de las elecciones. En ese pronunciamiento se cuestionó abiertamente la capacidad del Ministerio Público para plantear tal medida. Este respaldo fue leído como una señal política de afinidad con el fujimorismo en plena campaña.
Estos hechos muestran un patrón claro: la presidenta no se limita a su función institucional y lanza mensajes que favorecen o atacan a ciertos partidos. Con ello, debilita la confianza en la imparcialidad del Gobierno y complica la competencia democrática rumbo al 2026.