Reserva Nacional de Paracas cumple 50 años: – El reportero andino

Desde la cima del acantilado, el único movimiento apreciable a simple vista es el del mar reventando contra los peñascos cercanos a una estrecha playa. Pero un ojo entrenado es capaz de distinguir mucho más, incluso a decenas de metros de distancia. “Mira, ahí están”, dice la bióloga Patricia Saravia Guevara mientras señala uno de los islotes. Me entrega un par de binoculares y, enseguida, el panorama se transforma completamente.

Sobre las rocas –sólidas e inmóviles– va apareciendo vida en plenitud: una loba fina que amamanta a su cría, un individuo juvenil que persigue a otro sin descanso, un par de machos que saltan al agua y se pierden entre la espuma, otros que reposan al sol sin inmutarse.

Un grupo de lobos chuscos en la Isla San Gallán, al interior de la reserva. El acceso para los turistas es restringido, debido a que se trata de una zona de reproducción. En Paracas se han contabilizado más de 23 mil individuos de esta especie.
Un grupo de lobos chuscos en la Isla San Gallán, al interior de la reserva. El acceso para los turistas es restringido, debido a que se trata de una zona de reproducción. En Paracas se han contabilizado más de 23 mil individuos de esta especie. / Reserva Nacional de Paracas / Sernanp

Hace unos días, El Comercio recorrió un sector de la Reserva Nacional de conocido como Punta Arquillo, en el cual se ha priorizado la investigación científica, por lo que su acceso está restringido para los turistas.

En el lugar, se observó un grupo de más de 40 lobos finos, una especie amenazada que solo habita en las costas sudamericanas.

“Estamos en una época baja, la población está dispersa. Entre octubre y diciembre, su presencia es mucho mayor, porque vuelven para el período de reproducción. En esta zona hemos monitoreado entre 150 y 180 lobos [finos], relata Saravia, guardaparque y especialista de recursos naturales del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado ().

En la Reserva Nacional de Paracas hay una población de 638 lobos finos, la mayoría hembra (65%). Su dieta se compone principalmente de peces, pero también se alimenta de calamares y pulpos.
En la Reserva Nacional de Paracas hay una población de 638 lobos finos, la mayoría hembra (65%). Su dieta se compone principalmente de peces, pero también se alimenta de calamares y pulpos. / Joel Alonzo

Hace medio siglo, el 25 de setiembre de 1975, el autodenominado Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada creó la reserva a través de un decreto supremo firmado por el general Francisco Morales Bermúdez –en su condición de jefe del Estado– y seis de sus ministros.

El documento destaca que “la península constituye el hábitat de varias especies en peligro de extinción y otras que constituyen un atractivo para el turismo de vista”, por lo que era necesario preservarla.

Para el régimen militar, Paracas también tenía un valor simbólico. “El establecimiento de una reserva nacional […] permitirá conservar en su estado natural una parte de la bahía donde desembarcó el libertador don José de San Martín al mando de la expedición libertadora y donde tuvo lugar la concepción de la primera bandera nacional”, concluye la norma.

Durante el primer trimestre del 2025, en la reserva se registraron 26 nutrias marinas. Según la UICN, la especie “enfrenta un riesgo de extinción muy alto en vida silvestre”.
Durante el primer trimestre del 2025, en la reserva se registraron 26 nutrias marinas. Según la UICN, la especie “enfrenta un riesgo de extinción muy alto en vida silvestre”. / Christian Quispe / Reserva Nacional de Paracas

La reserva natural está compuesta por 335.000 hectáreas, un área mayor que la de toda Lima Metropolitana. El 65% son aguas marinas; y el 35% restante, islas y tierra firme.

La bióloga marina e investigadora Joanna Alfaro Shigueto explica que el caso de Paracas es especial, puesto que se trata de la primera reserva natural marítima establecida en el Perú.

“Cuando uno piensa en una reserva natural, muchas veces piensa en la selva, que es maravillosa, pero no en el mar o el desierto. En Paracas encontramos mucha biodiversidad y especies únicas, algunas de las cuales no podemos ver en otros lugares”, agrega la docente de la Universidad Científica del Sur.

Esta área protegida alberga a más de 1.500 especies de flora y fauna, algunas de ellas incluidas en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), tales como la nutria marina, el pingüino de Humboldt y el gaviotín peruano, entre otras.

En la mayoría de los casos, el ser humano es el principal responsable del daño –a veces irreversible– ocasionado a los ecosistemas.

“Las amenazas recientes incluyen caza local para consumo, mascotas o trueque, reducción de su fuente de alimento debido a la sobrepesca […] uso de dinamita para la pesca y severa mortalidad durante los eventos de El Niño”, advierte el “Libro rojo de fauna silvestre amenazada del Perú” (2018) sobre el pingüino de Humboldt, un ave que solo ocupa territorios costeros de nuestro país y Chile.

En Paracas también pueden observarse flamencos andinos o parihuanas, las aves que, según un relato de Abraham Valdelomar, inspiraron al libertador José de San Martín para crear la bandera del Perú.
En Paracas también pueden observarse flamencos andinos o parihuanas, las aves que, según un relato de Abraham Valdelomar, inspiraron al libertador José de San Martín para crear la bandera del Perú. / Christian Quispe / Reserva Nacional de Paracas

Ubicada a solo 250 km al sur de Lima –a cuatro horas por carretera–, la Reserva Nacional de Paracas es el quinto destino del país más visitado por los turistas locales, según información oficial del. En el 2024, acogió a 412.424 personas, 89% de las cuales eran peruanas.

El jefe de la reserva de Paracas, Gonzalo Quiroz Jiménez, comentó a El Comercio que ahora se trabaja en diversificar la oferta turística para captar un mayor número de visitantes extranjeros.

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“Estamos promoviendo el turismo vivencial, específicamente en el sector conocido como Rancherío, para quienes quieren conectarse más con la naturaleza y con actividades ancestrales como la pesca”, detalló.

Quiroz también informó que los turistas solo tienen acceso a un 5% del inmenso territorio de Paracas. Lejos del bullicio y el caos, la mayoría de la reserva se utiliza para el monitoreo e investigación de especies, pero también para actividades como la pesca artesanal, una de las principales fuentes de ingresos para las familias locales.

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Finalmente, Joanna Alfaro relató que como investigadora ha tenido acceso a áreas de Paracas desconocidas para la mayoría de peruanos.

“El acceso limitado permite que [la reserva] se mantenga en sus condiciones naturales. En Paracas encontramos lugares hermosos e increíbles. Cuando uno los visita, descubre por qué debemos estar orgullosos de vivir en el Perú”, contó.

Tres días después de que el gobierno militar creó la reserva, El Dominical, emblemático suplemento de este Diario, publicó un informe sobre Paracas.

Tres días después de que el gobierno militar creó la reserva, El Dominical, emblemático suplemento de este Diario, publicó un informe sobre Paracas.

“No desaparecerán” fue el titular de un informe publicado en El Dominical, el emblemático suplemento de este Diario, el 28 de setiembre de 1975, tres días después de que el gobierno militar creó la reserva.

En la nota se advierte que parte de “nuestra riqueza ictiológica corre el riesgo de ser extinguida por la acción depredadora del hombre”. Desafortunadamente, algunas cosas no han cambiado 50 años después.

Paracas tiene una extensión de 335.000 hectáreas, un área mayor que la de toda Lima Metropolitana. El 65% son aguas marinas y el 35% restante islas y tierra firme.
Paracas tiene una extensión de 335.000 hectáreas, un área mayor que la de toda Lima Metropolitana. El 65% son aguas marinas y el 35% restante islas y tierra firme. / Getty Images

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