Carlos Bruce vigila cada palabra desde el inicio de nuestra conversación. Son años de experiencia con la prensa, ha pasado por varios cargos de gobierno y, sin duda, sabe cuidar muy bien sus expresiones. Hablamos de su infancia, cuando vivía en la zona rural de Chacarilla del Estanque rodeado de campos de algodón y montando bicicleta juntos a sus tres hermanos, escoltados por perros que los defendían de cualquier peligro. Hablamos de su rol como alcalde de Surco, de su tirante, pero correcta relación con López Aliaga, de sus planes para comandar la Municipalidad de Lima y del futuro del país con casi 40 candidatos que habrá en las próximas elecciones. Hacia el final de de nuestra conversación, sin buscar entrometerme en su vida privada, confiesa lo que más le molesta: “A mí me rebela la forma que tienen algunos de juzgar a otros por cómo llevan su vida. Una vida que no se mete con la de los demás. Por eso es que soy liberal, porque creo que en una sociedad tú tienes derecho de vivir la vida como mejor te parezca, ejercer la profesión, oficio u ocupación que tú quieras —sin que estas sean, claro, dañinas al resto—, enamorarte con quien te quieras enamorar y ser feliz con quien tú quieras ser feliz”.
No es novedad que Carlos Bruce ha ventilado abiertamente sus decisiones políticas (como su salida de Avanza País tras la incorporación de Butters, entre otros) y también sus decisiones personales, pero le pregunto si cree que es necesario que los políticos revelen su identidad sexual, a pesar del rechazo que puedan tener por parte de los votantes. “Yo, personalmente, soy sincero y es algo que no voy a ocultar. Soy feliz con mi pareja y eso en lo absoluto mina mi capacidad de servicio público. Creo que es necesario que como políticos abramos esa parte personal de la vida, más aún si eres candidato a la Presidencia de la República. Desgraciadamente perdemos un poco nuestro derecho a la intimidad, pero creo que el elector tiene derecho a saber por quién vota y qué piensa sobre tal o cual tema la persona que lo va a liderar”.
Va por la alcaldía de Lima, ¿cómo manejaría el endeudamiento que tiene el municipio metropolitano?
Bueno, vas a tener que conversar de todas maneras con el Ejecutivo y ver de qué manera restructurar esa deuda, porque si no la paga el municipio de Lima, va a tener que pagarla el gobierno nacional. Es un tema que a los dos —tanto a gobierno nacional como gobierno local— le va a interesar reestructurar. No hay forma de que Lima pueda funcionar sin dar servicios a los vecinos, sin recoger la basura, sin hacer un mínimo de obras para aguantar tanto crecimiento poblacional. Yo calculo que ya debemos ser entre 12 a 14 millones de personas. Hay países del mundo mucho más chicos que eso.
¿Qué opina de la gestión de López Aliaga?
Pasa que el alcalde actual no pudo hacer varias cosas en sus dos primeros años que probablemente —estoy elucubrando— los invirtió en conseguir financiamiento. En el tercer año es donde ha tratado, de una manera muy rápida, de hacer estas obras que todavía no logra culminar, y ya dentro de pocas semanas tiene que dejar la alcaldía. Esa ha sido un poco su agenda y en el ínterin ha tenido este entredicho justificable, pero quizás de mi punto de vista mal manejado, con Rutas de Lima.
Ningún arbitraje le ha dado la razón y va perdiendo millones de la municipalidad.
Sí, y creo que por eso la mayoría de los limeños sensatos creemos que se trata de un contrato que comenzó corrupto, pero hasta que eso no se demuestre no puedes violar el contrato.
La conformación de Rutas de Lima podría cambiar vendiendo el 25% de Odebrecht, digamos que no va a retroceder el tiempo, pero por lo menos se podría avanzar.
Primero quisiera estar enterado de por qué no lo hizo. Porque efectivamente coincido contigo, era casi lógico: saquemos a ese socio corrupto, claro eso no significa que el contrato ya está santificado solo porque ya se fue el socio corrupto, pero por lo menos vamos avanzando y en tanto tenemos esta discrepancia con mano derecha con la izquierda tenemos un contrato que administrar, un contrato que ya está firmado y hasta que no sea revocado por una corte tienes que respetar y solucionar problemas que hay con ese contratista como por ejemplo las colas en los peajes que son insoportables. Vamos solucionando temas a la vez y no retrocediendo como, por ejemplo, estoy pensando en el pago electrónico que había hacia el sur de Lima, que ahora ya no lo hay y por qué los usuarios tenemos ahora que pagar los platos rotos por esta falta de entendimiento. La idea es ir solucionando problemas en tanto que demostramos que el origen de este contrato fue indebido, corrupto o inconveniente.
Y cree que además de financiamiento, en esos dos años ha podido realizar o solicitar los estudios para ejecutar obras o reformas que ahora avanzan al caballazo.
El problema es que no se ha hecho ni lo uno ni lo otro. Por eso creo que estos dos años fueron de aprendizaje y recién a partir del tercero se vio un poco de acción en algunas obras que aún no culminan como es el caso de la vía expresa, que es una extraordinaria obra en términos de transitabilidad, y que cuando termine va a ser una obra fundamental para que los limeños y también los surcanos, sobre todo, puedan trasladarse hacia el centro de la ciudad o hacia el sur de la ciudad. Pero ahora es una obra que, hasta que se haga los intercambios viales, no va a ser una vía expresa. Simplemente se ha hecho una avenida más, con semáforos, que, dicho sea de paso, no están bien instalados, que todavía no funcionan bien, que todavía no está bien señalizado y por eso es una vía que hasta ahora no se puede abrir porque ocasionaría atoro, retrasos y accidentes.
¿Cómo fue el trato entre López Aliaga y Surco cuando se inició la obra de la continuación de la Vía Expresa?
Bueno, es público que tuvimos nuestras diferencias, la Municipalidad de Lima empezó a derrumbar parques y juegos infantiles sin ninguna coordinación y además de manera innecesaria. Porque si nos hubiera dicho que retiremos los juegos infantiles, lo hacíamos porque esas tierras son de propiedad del municipio de Lima y sobre eso nunca ha habido discusión. No había que destrozarlos con maquinaria pesada, con el impacto que tuvo frente a los vecinos a las 2:00 de la mañana cuando empezaron a hacer ese tipo de trabajo, sin ninguna necesidad y ningún aviso. Entonces ocurrió, tuvimos nuestro entredicho y ya lo superamos, no por una necesidad personal, sino porque el alcalde distrital tiene que trabajar con el alcalde provincial para hacer las obras que beneficien la calidad de vida de la gente y eso es lo que hemos hecho ahí. Yo creo que tengo con él una buena relación de trabajo y es una relación que voy a mantener hasta el final de mi gestión.
Se ha deteriorado la comunicación incluso entre políticos, ¿qué hacer?
Hoy en día las formas destruyen el fondo. Yo creo que hay que hacer un fuerte llamado a la clase política para que todos aprendamos a entendernos o discrepar con altura. Está clarísimo, en el espectro político, que nadie tiene mayoría, por lo tanto, se van a agrupar personas que no coinciden 100% y van a tener que buscar los puntos de vista en común para poder sacar el país adelante y eso no se logra con adjetivos. Yo creo que el Perú necesita líderes que inspiren, que motiven y no líderes que insulten.
Hablamos también de Butters, Keiko, Álvarez… y tantos más.
Para muchos candidatos, la mayoría, lamentablemente, es muy difícil que puedan tomar un desayuno con su adversario, porque las diferencias son insalvables. Los adjetivos son de tal tono que hace imposible tender esos puentes y eso está muy mal. En nuestro país, lo bonito es que nuestra sociedad tiene una diversidad, también de puntos de vista y eso es extraordinario, que en esa diversidad podamos conversar y enriquecer una sociedad más diversa. Pero insultando va a ser difícil.
Esas formas llegan también a la calle. ¿Qué opinión tiene sobre la protesta actual?
El problema está en que en esta protesta hay gente infiltrada que azuza y provoca situaciones de violencia, porque cuando terminas viendo las broncas, no son todos, es un grupo minoritario que cree que tirar un ladrillo a un policía es un acto de protesta y no, eso es un intento de asesinato.
¿Cree que la protesta se ha vuelto más violenta, debido a que también la política actual lo es?
Bueno, una cosa es la violencia física y otra es que una política de gobierno no te parezca y no es comparable. Con un ladrillo puedes matar a alguien y siempre termina con pequeños grupos metidos en esos actos de violencia, muchos se retiran por temor a lo que pueda pasar o porque ese no era el sentido de ir a protestar. Pero sí, el elemento de violencia es el elemento que tenemos que retirar del discurso político y de las acciones de protestas totalmente justificadas.
¿Hay un antes y un después con las protestas que hubo con la salida de Castillo?
Bueno, analizando, el resultado fue terrible. Pérdidas de vidas humanas, propiedad pública destruida, ninguna posibilidad de acercamiento, porque podrían unas delegaciones sentarse en una mesa y conversar para solucionar el conflicto, pero no. Simplemente querían anarquía, que la turba decida el futuro del país y eso no es democracia. Eso es anarquía.
¿Ha sido Surco una buena práctica hacia Lima Metropolitana?
Sin duda. Surco es un distrito complejo porque tiene todas las clases sociales representadas, desde barrios con casas de cinco millones de dólares hasta barrios donde hay casas de adobe y calamina. Entonces tenemos todos los estratos sociales, son 52 km², más de medio millón de habitantes… así es que es una ciudad grande y diversa. San Isidro y Miraflores son distritos mucho más homogéneos. Surco tiene sus diferencias y cada sector tiene un tratamiento distinto.
Con ese conocimiento, qué necesita inevitablemente Lima y con urgencia.
Hay un primer tema que está sobre la agenda, aunque el alcalde no tiene total responsabilidad y es la inseguridad. Hay tecnología, hay que invertir. Se ha hecho aquí en Surco, hace un mes, en el centro de monitoreo más moderno que hay en el país con 2,000 cámaras conectadas con inteligencia artificial y funciona. Lima tiene que buscar una fórmula de hacer algo parecido. El segundo problema es la transitabilidad. No puede ser que los limeños desperdiciemos cuatro horas diarias para ir a trabajar y regresar a la casa. Algo que cada vez está peor. No te digo que todo se va a solucionar, pero por lo menos bajemos a dos horas, para ir mejorando.
¿Eso sería con dinero del Estado y por medio de concesiones?
Sí, pero te confieso que yo antes era bien amigo de las concesiones, pero visto como han pasado varios de estos contratos, ya no soy tan amigo. Hay cosas que bien podría haber hecho el Estado y quizás hubieran costado menos y hubieran terminado antes. Ya no creo que solo por ser contratos con privados, sean la panacea. Ciertas cosas sí funcionan bien, pero otras son de servicio público.
Y, ¿no es un riesgo depender del Estado, con el panorama que presentan los más de 30 candidatos a la Presidencia?
Lo que tenemos que hacer es obras de transitabilidad que no necesariamente signifique estar poniendo peaje para pagarle a un privado, eso no se puede hacer dentro de la ciudad. Para eso está el Estado, para eso pagamos nuestros impuestos, el Estado tiene un montón de plata. ¡Que deje de botar la plata en Petroperú y metámosla a solucionar el problema de tránsito que tienen más de 14 millones de personas que pueden ser los habitantes de Lima!
¿Cree entonces que podría solucionar ese problema, al menos en un 50%?
Mira, cuando fui ministro de Estado la primera vez y en el Perú no había un esquema de producción de viviendas, y el ministerio no tenía plata, se nos ocurren estas ideas del programa Mivivienda, Techo Propio o hipotecas largas, logramos una platita para probar y funcionó. Esos programas que diseñamos hace 20 años atrás, son los mismos que continúan hasta ahora. Voy a que, si se propone un proyecto con solvencia técnica y funciona, lo más probable es que el Estado se embarque en algo así.
¿Algún otro punto urgente?
Anexo a eso, Lima tiene que continuar recuperando su prestancia. Prolima está haciendo un buen trabajo y hay que continuar.
Todo esto con el resultado de la última encuesta, donde va primero a la alcaldía de Lima.
Lo de las encuestas es un indicador, pero un año antes no significa nada, quizás una tendencia, pero nada definitivo.
¿Se siente cómodo en el nuevo partido que lo acoge, Somos Perú?
Para comenzar yo he estado en dos partidos que ya han desaparecido, PPK y Perú Posible, y en el caso de Avanza País entró gente nueva, de un pensamiento más conservador y ha tenido un claro viraje que no tengo por qué compartir. En esos temas de libertades individuales, por ejemplo, mi pensamiento es muy distinto al del señor Phillip Butters y por lo tanto he buscado un partido que encuentro mucho más abierto y tolerante. Me siento muy cómodo en Somos Perú.