Se acabó la paciencia. La indignación se desbordará este 20 y 21 de septiembre, cuando miles de jóvenes, colectivos y gremios salgan a marchar contra el régimen de Dina Boluarte y el Congreso de la República. Las convocatorias han tomado fuerza en redes sociales y en las calles, sumando a sindicatos, transportistas y organizaciones ciudadanas que rechazan la reforma de pensiones y el deterioro de la democracia en el Perú.
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Las movilizaciones han sido bautizadas como la marcha de la Generación Z, un movimiento que busca sacudir el orden político con símbolos de rebeldía y con la fuerza de una juventud cansada de la corrupción y la impunidad. Desde Lima hasta regiones como Cusco, Arequipa y Trujillo, los llamados a la protesta apuntan a convertirse en un nuevo punto de quiebre contra un Gobierno que nunca fue elegido en las urnas y un Parlamento que legisla de espaldas al pueblo.
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La convocatoria no es aislada. Se suma a la ola de manifestaciones que ya tuvo un primer pulso la semana pasada, aunque con asistencia limitada. Ahora, el respaldo de transportistas, el magisterio y diversos gremios laborales busca dar mayor contundencia a la jornada. El mensaje es claro: no se trata solo de los fondos de pensiones, sino de la dignidad, el empleo y el futuro de un país gobernado por élites insensibles a la realidad de la mayoría.
La chispa que encendió esta protesta fue la Ley 32123, aprobada por el Congreso con el respaldo de Boluarte, que favorece abiertamente a las AFP y recorta derechos de los afiliados. A eso se suma la inseguridad ciudadana, el alza del costo de vida y la persistente corrupción en las altas esferas. Todo ello ha generado un caldo de cultivo explosivo, donde la juventud se asume como protagonista de una lucha que busca recuperar la voz de la ciudadanía en la calle.
Generación Z contra el régimen: inspiración y rabia en las calles
La Generación Z, que en Nepal protagonizó movilizaciones históricas contra el abuso de poder, se ha convertido en un referente para los jóvenes peruanos. En redes sociales circulan afiches con símbolos de resistencia, como la bandera pirata Mugiwara: un estandarte con una calavera de sombrero de paja, tomado del anime One Piece, que ya ondeó en protestas internacionales. Para muchos, esta marcha representa el inicio de un despertar generacional frente a la indiferencia de las élites políticas.
Los colectivos organizadores han dejado claro que la protesta no se limita a un sector ideológico. Participan universitarios, trabajadores, organizaciones vecinales y agrupaciones sociales que ven en esta movilización una oportunidad para exigir un cambio profundo. La convocatoria se ha viralizado, rompiendo las barreras de los partidos tradicionales y apelando directamente a la indignación ciudadana.
Aunque las condiciones políticas del Perú no son las mismas que en Nepal, el malestar acumulado es un terreno fértil para que estas protestas crezcan. El descrédito de Boluarte, que gobierna sin legitimidad popular, y de un Congreso controlado por intereses privados, ha abierto un espacio para que los jóvenes marquen la pauta de la resistencia social.
El representante del grupo ‘Generación Z’, Wildalr Lozano, precisó que la movilización ha sido planteada como una protesta pacífica, lejos de cualquier acto de vandalismo o violencia. Señaló que la apuesta del grupo es que la presión ciudadana en las calles se exprese de forma ordenada, aunque advirtió que no tienen control absoluto sobre lo que pueda ocurrir, pues existen riesgos de infiltrados que intenten desvirtuar la marcha.
“Hacerle recordar a todas las personas que van a participar a la marcha que esto es una marcha totalmente pacífica. Nosotros no buscamos, nosotros no creemos como grupo, que haciendo cosas de vandalismo vamos a lograr cosas, nosotros consideramos que una marcha pacífica es lo mejor. Cabe recalcar que nosotros como grupo no podemos controlar todo lo que pueda pasar dentro de la marcha. Quién sabe si se pueden meter infiltrados en la marcha a hacer cosas, pero como le digo yo, todos estamos creando que la marcha es totalmente pacífica”, comentó.
Gremios y colectivos suman fuerza a la movilización
El respaldo de gremios ha dado mayor alcance a la convocatoria. Transportistas anunciaron que se unirán a las movilizaciones, denunciando la falta de medidas frente a la crisis del sector. El Sutep también ha confirmado su participación, señalando que la lucha no es solo por las pensiones, sino por el derecho a un país más justo y seguro para todos.
Diversos colectivos ciudadanos, como Voz Ciudadana, Jóvenes Líderes para el Perú y KeikoNoVa y Alianza Transportistas han reforzado los llamados a concentrarse en la Plaza San Martín desde las 5:00 p.m. El itinerario de la marcha incluye desplazarse hacia el Congreso, donde se prevé un fuerte resguardo policial. Pese a ello, las organizaciones insisten en que la protesta será pacífica, aunque no descartan que la represión vuelva a imponerse, como en manifestaciones anteriores.
Julio Campos, representante del gremio ‘Alianza Transportistas’ indicó que estarán presentes para respaldar a los jóvenes en su iniciativa, resaltando que la protesta cuenta con un carácter legítimo y necesario frente al actual escenario político. “Mañana estamos en la plaza San Martín, a partir de las cuatro de la tarde estamos llegando todos, ahí vamos a estar también acompañando a los jóvenes que ellos han convocado, dándole todo el respaldo, porque es justo y necesario”, dijo.
La articulación de estas fuerzas muestra un malestar que ya no puede ser contenido por discursos oficiales. La ciudadanía no solo cuestiona una reforma impopular, sino la continuidad de un régimen que se sostiene a base de pactos oscuros y blindajes políticos. La marcha del 20 y 21 de septiembre se perfila, así, como un ensayo de lo que podría ser un ciclo de movilizaciones más amplio, capaz de sacudir los cimientos del poder.
La juventud sigue de cerca lo que suceda con Delia Espinoza
Los organizadores de la marcha han dejado en claro que su indignación no se limita al rechazo a Boluarte y al Congreso, sino también a la defensa de las pocas autoridades que consideran legítimas. En sus mensajes públicos, la Generación Z ha identificado a la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, como una figura clave en la lucha contra la corrupción y el copamiento de las instituciones por redes delictivas.
El colectivo señaló que la permanencia de Espinoza es un símbolo de resistencia en medio de un Estado desbordado por pactos oscuros y blindajes políticos. Por ello, advierten que un eventual intento de removerla desde la Junta Nacional de Justicia no solo sería interpretado como una agresión directa a la independencia fiscal, sino como una provocación que podría intensificar aún más la movilización ciudadana.
“Este 20 21 es una muestra de lo fuerte que podemos hacer si estamos juntos. Por esta razón queremos brindar nuestro respaldo a la fiscal de la Nación, que está luchando diariamente por sobrevivir en este estado donde todas las instituciones han sido copadas por el crimen organizado queremos decirle a la Junta Nacional de Justicia que ni se atreva a sacar a la fiscal de la nación porque las cosas van a ser peores. Fiscal de la Nación, Delia Espinoza, estamos con ustedes”, se escucha en el video.
Al respaldar a la fiscal, los jóvenes buscan marcar una diferencia con las élites que controlan el aparato estatal. Para ellos, el destino de Espinoza es un termómetro de la verdadera voluntad de cambio en el país. Si las instituciones ceden a las presiones del poder político, aseguran que las calles responderán con más fuerza, porque la indignación ya no admite retrocesos.