El conflicto entre la minera Antamina y la comunidad campesina de Huaripampa se ha intensificado con un nuevo ataque. El viernes 19 de setiembre, una camioneta del personal de Antamina fue apedreada por un grupo de personas, en los limites de la propiedad de la minera cerca de la comunidad de Huaripampa.
Según pudo constatar el equipo de seguridad de la mina, un grupo de aproximadamente 25 personas llegaron hasta el lugar en camionetas y buses con la intención de ingresar a la propiedad de la empresa minera, al no conseguir su cometido empezaron a romper el cerco perimétrico de seguridad y lanzar avellanas.
En el lugar se ha podido identificar a uno de los asesores de la comunidad, Duberlí Pintado, quien se le ve escoltado por varias personas con mascarillas y capuchas.
Como se recuerda, Duberlí Pintado ya tiene una investigación en la fiscalía provincial penal corporativa de San Marcos-Huari, junto con otras 31 personas de la comunidad, por los sucesos vandálicos del último 22 de agosto del presente año. En aquella ocasión, los comuneros invadieron el campamento de Antamina e incendiaron maquinaria y vehículos valorados en 20 millones de soles.
Entre los denunciados también están el presidente de la comunidad, Roger Ariza Brioso, y su hermano, Darwin. Todos ellos enfrentan cargos por delitos graves, incluyendo daño al patrimonio, violencia y coacción.
CONFLICTO POR TIERRAS
La raíz del conflicto radica en la disputa por 184 hectáreas de tierra. La comunidad de Huaripampa afirma que esos terrenos son de propiedad ancestral y han sido afectados por las operaciones mineras, exigiendo una indemnización.
En contraste, Antamina sostiene que posee los argumentos legales que acreditan la propiedad, basándose en acuerdos de compra de tierras firmados con la comunidad en 1998, los cuales afirma que siguen vigentes.
El conflicto se desarrolla en medio de un pedido de diálogo, programado para el próximo 2 de octubre, entre los representantes de la comunidad de Huaripampa y representantes de Antamina.
Al cierre del informe, los comuneros seguían desplegados en la zona del proyecto con palos y avellanas. Estos pugnan por ingresar a un sector de la mina donde se encuentra el equipo de maquinaria pesada presuntamente para destruirlo.
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