Según cifras del Ministerio de Cultura y Mincetur, Machu Picchu recibió poco más de 1,5 millones de visitantes en 2024 y en lo que va de este año ya suma 858.941. Sin embargo, Santoyo advirtió que esta recuperación ha sido impulsada sobre todo por el turismo interno, mientras que el receptivo (visitantes extranjeros) sigue estancado.
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“Ya estamos viendo cancelaciones de reservas para el último trimestre de este año. Estimamos una caída de entre 15% y 18% en las visitas, lo que se traduce en pérdidas de entre S/50 y 55 millones solo en 2025”, precisó el dirigente. Además, recordó que en 2024 el Estado dejó de recaudar S/24 millones por boletos presenciales que no llegaron a venderse, una pérdida directa atribuida a la falta de gestión en la boletería.

El tren Hiram Bingham es el servicio de lujo de PeruRail para llegar a Machu Picchu. La operación de la ruta ferroviaria y la concesión del transporte al santuario están en el centro de la crisis que enfrenta el destino.
Para dimensionar la magnitud del problema, Claudia Sícoli, directora de la Carrera de Economía y Negocios Internacionales de la UPC, recordó que Cusco es el primer exportador de servicios turísticos del país, concentrando más del 60% de la exportación nacional de turismo, y que el sector de servicios representa más del 65% del empleo formal privado de la región.
Por su parte, Claudia Medina, presidenta de la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur), confirmó que los mercados —Europa, Asia y Estados Unidos— están reaccionando con preocupación a la escasez de tickets, los bloqueos y la inestabilidad. “Operadores internacionales están retirando al Perú de sus promociones y paquetes, privilegiando destinos que ofrecen mayor certeza. Pareciera que trabajamos para la competencia”, señaló.
De perderse el título de Maravilla del Mundo, Apotur estima que podría ponerse en riesgo hasta el 30% del turismo receptivo del país, lo que significaría cientos de miles de visitantes menos y pérdidas que podrían superar los US$1.000 millones anuales. “Tras ser declarada Maravilla del Mundo en 2007, Machu Picchu impulsó un crecimiento inmediato de más de 15% en la llegada de turistas internacionales. Ese impulso podríamos perderlo si no se actúa de manera urgente”, advirtió Medina.

El turismo en Machu Picchu aún no recupera los niveles prepandemia. La crisis de gobernanza y los conflictos sociales amenazan con frenar su recuperación.
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Sícoli advirtió que una caída de visitantes de 20% o 30% tendría un impacto directo en el empleo y el consumo en la región, considerando que el ticket promedio de un turista extranjero es de US$1.500. Además, alertó que las protestas actuales podrían revertir el crecimiento de más de 60% que tuvo la llegada de turistas internacionales en julio de 2025 frente al mismo mes de 2023.
Los gremios turísticos —entre ellos Canatur, Apotur, Aptae y Apavit— emitieron un comunicado conjunto en el que exigen declarar a Machu Picchu Activo Crítico Nacional, implementar un seguro de cancelación asumido por el Estado, digitalizar el 100% de las entradas e integrarlas al transporte, declarar el Estado de Emergencia en Cusco y crear una autoridad autónoma adscrita a la PCM para garantizar la continuidad operativa del destino.
Desde su perspectiva, Sícoli agregó que si Machu Picchu pierde atractivo internacional se desincentivarán las inversiones en hoteles, el nuevo aeropuerto de Chinchero y otros proyectos de infraestructura, generando una contracción del empleo del sector servicios. Planteó que el Gobierno asegure un ambiente de diálogo entre actores locales, mejore la gestión de boletos y transporte y brinde una experiencia eficiente y de calidad para restaurar la confianza del turista internacional.

El turismo es el principal sustento de miles de familias cusqueñas. La crisis en Machu Picchu amenaza con reducir las ventas de artesanías y otros productos locales. (Foto: Melissa Valdivia)
Santoyo advirtió que los efectos más graves recaerán sobre los sectores más vulnerables de la cadena: artesanos, guías, transportistas y pequeñas empresas de servicios. Solo por no alcanzar los niveles de 2019, la región registra 17.000 puestos de trabajo que no se han reactivado.
“Si no se revierte la situación, corremos el riesgo de que muchos empleos formales comiencen a desaparecer”, alertó Santoyo, quien además pidió instalar una mesa técnica de alto nivel que derive en la creación de una autoridad autónoma para la gestión de Machu Picchu, adscrita directamente a la PCM, y ejecutar el Plan Maestro que incluye accesos mecanizados y ampliación de circuitos para mejorar la experiencia del visitante.
Entre las medidas urgentes, Apotur planteó campañas de diversificación turística hacia el circuito nororiental, Arequipa, Puno y Loreto para reducir la presión sobre el santuario.
“El mensaje que estamos dando al mundo es que no podemos gestionar un espacio patrimonial de rango mundial. Eso tiene que cambiar ya”, concluyó.