Llamé a Del Castillo y me volteó la lógica complementaria en un tris: “La cohesión interna no solo tendrá un efecto interno, también tendrá un efecto electoral externo. Si ven al APRA unido esa será una buena noticia y tendrá impacto positivo en el electorado”, me dijo. Jorge, de paso, me admitió que fue él quien buscó a Mauricio, no al revés. Tampoco se encontraron de casualidad. En realidad, Mulder estaba retraído de la escena pública y se ocupaba, silenciosamente, de presidir la Comisión Política del partido. Algunos ‘compañeros’ apristas con quienes he conversado le reprochan no haber bregado por convocar un congreso partidario. Sin embargo, Mulder no ostenta la mayoría en esa comisión, de modo que la morosidad del aparato aprista en contraste con la vitalidad que ha adquirido la competencia interna, es responsabilidad colectiva.
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“La cohesión interna no solo tendrá un efecto interno, también tendrá un efecto electoral externo. Si ven al APRA unido esa será una buena noticia y tendrá impacto positivo en el electorado”.
Mulder está más identificado con el aparato partidario, pero Del Castillo es más popular dentro y fuera del partido. La defensa de la ex fiscal de la Nación, Patricia Benavides, le sirvió para mantenerse en el candelero. Cuando lo entrevistas, ves vibrar al político debajo del abogado. Benavides, de alguna manera, es una controversia y un pretexto que ha alimentado sus ganas de postular y lo ha hecho figurar modestamente en una encuesta (0.8% en la de CPI de mayo). Está sobrentendido que él presidiría la fórmula y no Mulder, quien se ha mostrado más interesado en encabezar la lista de diputados por Lima. Buen esgrimista, Mauricio prefiere el foro más dinámico y peleonero de diputados antes que el protocolo senatorial.
¿Pero saltará la valla una fórmula tan tradicional, tan limeña y asociada al status quo congresal? El anuncio lo hizo Del Castillo el lunes 4, al lado de Mulder y otro veterano aprista, César Zumaeta, en Pasos Perdidos del Congreso. Que un partido sin bancada aproveche ese escenario es una señal a contracorriente; pues la gran mayoría de precandidatos preferiría huir de allí. Pero los nostálgicos apristas, invitados por los trabajadores apristas del Congreso, fueron a celebrar el 46 aniversario de la muerte de Haya de la Torre. Este murió un 2 de agosto y el día 4 fue llevado al Congreso. Semanas atrás, como presidente de la Asamblea Constituyente, había firmado la Constitución del 1979.
La historia y la oratoria aprista capitanearían esa plancha; y la ilusión de muchos veteranos políticos es que se acabe el ciclo de la improvisación populista de los outsiders y el electorado se prende de estos veteranos duchos en historia del Perú, con experiencias de gobierno y verbo florido. Es una ilusión, repito; no un cálculo realista. No hay indicios de que tal péndulo se active. Es la misma ilusión que llevó a Alan García y a Lourdes Flores del PPC a aliarse en el 2016. Saltaron la valla raspando. Pero Jorge y Mauricio no son los únicos precandidatos, hay competidores que sí buscan la complementariedad y tienen otras ilusiones.
La secretaria general del partido, Belén García, me contó que ella conversa con todos los precandidatos e, incluso, ha organizado desayunos con algunos. Por ahora, Belén identifica a 6 precandidatos que han hecho pública su intención: Del Castillo, Carla García junto a Javier Velásquez Quesquén, Hernán Garrido Lecca, Enrique Valderrama, Juan Carlos Sánchez Montes de Oca y Rafael Zevallos (los dos últimos son consuetudinarios postulantes). Aunque la SG pudiera ser parte de alguna fórmula -hace un par de semanas se rumoreó que integraría la plancha de Del Castillo y Mulder- me dice que prefiere mantener su neutralidad.
Carla y Javier
El mismo día que Del Castillo anunció su precandidatura con Mulder; Carla García, la hija mayor de Alan García fruto de su primer matrimonio con Carla Buscaglia y voceada desde hace años como posible candidata, reafirmó sus ganas en un escueto post: ella, el ex primer ministro y ex congresista Javier Velásquez Quesquén y el abogado Humberto Abanto aparecen juntos en una foto con la leyenda “forjando una alternativa popular y provinciana”.
Llamé a Carla García y no solo me confirmó su intención sino que, de paso, me reveló que Del Castillo sí buscó la complementariedad: “Me buscó la semana pasada en Barranco [donde ella vive] y me contó que había conversado con Mauricio y quería que fuera parte de su plancha. Yo le agradecí, pero le dije que creía que debía haber un cambio. Y lo felicité y le deseé éxito”. Noté que la fórmula planteada por Carla está en aún construcción, de ahí que apareciera Abanto en el trío de la foto, dando a entender equívocamente que sería parte de la plancha. Abanto no está afiliado al partido, por lo tanto no puede postular en plancha. Solo podría ser designado dentro de la cuota de invitados a la lista congresal.
Carla tampoco me confirmó quién sería el candidato presidencial. “No lo hemos decidido, lo estamos consultando con nuestras almohadas”, ríe. Le recuerdo que su padre cuenta en su libro póstumo “Metamemorias” que él quería que Javier fuese el candidato aprista en el 2011, pero la directiva partidaria prefirió que fuera Mercedes Aráoz. “Lo sé, lo tengo presente; pero no se trata de yo vaya repitiendo qué es lo que quería mi padre”, me replica. La hija del único ex presidente aprista se ha impuesto una norma: “Amo a mi padre y conozco su pensamiento, edito sus libros; pero tengo mucho cuidado en no invocarlo en las reuniones del partido, porque podría entenderse que busco alguna ventaja”.
“[Del Castillo] me buscó la semana pasada (…) y me contó que había conversado con Mauricio y quería que fuera parte de su plancha. Yo le agradecí, pero le dije que creía que debía haber un cambio”.
Velásquez Quesquén también tiene presente a las “Metamemorias” y me recuerda que él trató de honrar la propuesta de García. Convocó un mitín en Chiclayo para preparar su lanzamiento; pero ese mismo día la comisión política anunció que proponían a Aráoz. “Soy muy provinciano, eso me ha mantenido distanciado de Jorge, Mauricio y la directiva. He estado, incluso, alejado del partido los últimos años”, me dice Javier. Pero hubo un giro en él. “Hace tiempo que vengo conversando con Carla, con Hernán [Garrido Lecca] y Humberto, para concertar una propuesta de recambio intergeneracional. No solo me refiero a edades, sino a caras e ideas”; me dice. Igual que Carla, dice que no está decidido si él o ella sería el candidato presidencial.
El recambio generacional tiene otro rostro, el del joven Enrique Valderrama, miembro de la comisión política. Le pregunté si se siente cerca de la propuesta de Carla y Javier. “La renovación aprista va a presentar una plancha y es altamente probable que el candidato sea yo. Hace unos días presentamos en San Juan de Lurigancho un equipo técnico de 45 personas, que incluye 4 ex vice ministros y varios directores de ministerios. Descarto que nos aliemos con otra fórmula, en especial con la de Del Castillo y Mulder”. Enrique es cercano a Velásquez Quesquén pero, según me dice, ello no determinaría que la corriente que representa tome partido por él.
Mulder ha dicho que la comisión política ha resuelto, recogiendo el clamor de las bases, que las elecciones internas sean bajo la modalidad ‘un aprista, un voto’, es decir voto universal de la militancia. Le pregunté a Belén García si en la comisión debatieron el riesgo que corrían de no cumplir con una nueva valla en nuestra normativa electoral: que vote por lo menos el 10% de afiliados. Me dijo que tienen alrededor de 44,600 afiliados en el padrón y que está segura de que pueden conseguir que vayan a votar, en todo el país, más de 4,460. Le pregunté lo mismo a Carla García y me respondió: “Si no logramos llevar 5 mil a votar, ya no sé para qué nos presentamos”. Ahora falta ver si tanta competencia interna tiene eco fuera del partido.