La Policía Nacional del Perú (PNP) está nuevamente en el ojo de la tormenta. Esta vez, por la compra de 168 vehículos de alta gama por más de S/ 17.3 millones, destinados exclusivamente para coroneles, generales y tenientes generales. La adquisición, lejos de fortalecer la labor operativa, se realizó —según documentos oficiales— para brindar “comodidad y soporte” a los altos mandos.
La indignación creció al conocerse que los fondos habrían salido de partidas destinadas a salud, pensiones y prestaciones sociales. En otras palabras, mientras los efectivos deben pagar de su bolsillo por atención médica y medicamentos, sus superiores reciben camionetas Audi, Toyota RAV4 y Corolla nuevecitas.

General de la PNP, Víctor Zanabria Angulo. Foto: GEC.
En medio del escándalo, el comandante general de la PNP, Víctor Zanabria, salió a dar explicaciones en una entrevista con Latina. Lejos de calmar las aguas, encendió aún más la indignación ciudadana con una frase que quedará marcada: “¿Qué quieren, que me movilice en bicicleta?”.
El alto mando defendió la compra asegurando que “por ley” los oficiales superiores tienen derecho a un vehículo. “La compra es una cuestión legal y se ha hecho en un proceso regular (…) Los presupuestos de compra están estipulados en el presupuesto general de la República (…) Por ley, a los oficiales superiores como coroneles y generales les corresponde asignarles vehículos (…) Se necesita vehículos comandos”, aseguró.
En tono desafiante, incluso comparó su situación con la de ejecutivos de medios de comunicación:
“El gerente de Latina, ¿qué tipo de vehículo tiene? Porque es el mejor vehículo para el gerente de Latina”, señaló sin responder directamente si se justificaba el gasto.
CONTRALORÍA INVESTIGA
La respuesta oficial llegó rápido. La Contraloría General de la República anunció que ha iniciado un proceso de recopilación de información para verificar cómo se realizó la millonaria compra. Un oficio dirigido al propio Zanabria solicita los antecedentes y detalles del proceso de contratación, mientras que otro, al coronel Walter Ramos, jefe de Logística de la PNP, exige la entrega del expediente completo.
El diario La República informó que fue el propio Zanabria quien dio la orden para ejecutar la compra y se asignó una de las 8 camionetas Audi adquiridas, valorizadas en más de S/ 1.6 millones.

Audi Q5
Uno de los datos más graves revelados es el origen del dinero. La Dirección de Economía y Finanzas de la PNP modificó internamente su presupuesto, retirando recursos de SALUDPOL, el fondo de aseguramiento en salud de la policía, actualmente en crisis. De ahí, se desviaron más de S/ 19 millones para la compra de vehículos, esquivando la obligación de elaborar una ficha técnica que justificara la inversión.
Según Transparencia del MEF, se afectaron partidas sensibles como pensiones, prestaciones sociales, bienes y servicios esenciales, dejando sin recursos a miles de policías en retiro y en servicio activo.
¿Y LOS POLICÍAS DE A PIE?
La brecha entre el alto mando y los policías de base nunca fue tan evidente. Mientras unos viajan en camionetas de lujo, otros compran con sus propios medios medicamentos, exámenes o incluso chalecos antibalas. En comisarías y hospitales se carece de lo básico, pero el discurso oficial habla de “incentivar a las personas”.
“Ese señor sigue llevando un Nissan Excel”, dijo Zanabria refiriéndose a un ex general, minimizando las críticas.
Porque claro, ese carro era bueno “cuando él era general”, pero ahora los tiempos han cambiado. Ahora se necesita “vehículos comando”. Claro, porque combatir el crimen desde un Audi debe ser más eficiente.