
El 31 de julio de 2025, alrededor de las 4:55 p. m., se reportó un incidente dentro de la nueva torre de control del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Un ascensor, con dos controladores aéreos a bordo, cayó desde el piso 7 al piso 6 mientras se desplazaban para relevar al personal en cabina.
Los afectados fueron Jhonatan Contreras Cabezas y Shirley Warthon, quienes lograron salir por sus propios medios desde el piso 6 y notificaron el hecho tras subir por las escaleras de emergencia. No se registraron heridos, pero el incidente evidenció deficiencias en el sistema del ascensor.
Según el reporte del controlador Jhonatan Contreras, el ascensor ya presentaba fallas: los botones no emitían señal, el intercomunicador no respondía y el botón de emergencia tampoco funcionaba al momento del incidente.
Este hecho puso en evidencia un riesgo directo para la seguridad operativa, considerando que los ascensores son el principal medio de acceso a los niveles superiores de la torre de control, donde se realiza la vigilancia y coordinación del tráfico aéreo.

Horas después, a las 6:53 p. m., Lima Airport Partners (LAP) clausuró ambos ascensores de la torre de control como medida preventiva. Sin embargo, el reporte indica que ningún trabajador de LAP acudió a verificar el incidente antes del cierre.
La medida afectó directamente el relevo de personal operativo, ya que los trabajadores entrantes y salientes tuvieron que utilizar únicamente las escaleras de emergencia, dificultando el cambio de turno en un área crítica para el funcionamiento del aeropuerto.
“Aproximadamente a las 6:53 p.m. (31 de julio) personal de LAP clausura ambos ascensores, perjudicando el relevo en la torre de control”, se lee en el reporte.

El 1 de agosto, Lima Airport Partners emitió un pronunciamiento oficial. Informó que uno de los ascensores, operado por CORPAC, presentó un “comportamiento inusual” durante su descenso, con vibraciones anómalas reportadas por los usuarios.
En respuesta, LAP activó una revisión técnica a cargo del especialista de TKE, fabricante del elevador. Según el informe registrado por el técnico, no existió riesgo alguno para los ocupantes durante el incidente.
La concesionaria también precisó que el segundo ascensor operó sin problemas durante el incidente, lo que permitió mantener la continuidad del servicio en la torre de control pese a las dificultades. En ese sentido, LAP reiteró su compromiso con la seguridad operativa del aeropuerto y aseguró que se mantendrán los procedimientos de revisión técnica para garantizar el correcto funcionamiento de los sistemas.

Pese a las limitaciones, la torre de control mantuvo su operatividad mediante el uso exclusivo de las escaleras de emergencia. El hecho no dejó víctimas, pero expuso una serie de vulnerabilidades en la infraestructura nueva del aeropuerto.