A pocos días de Fiestas Patrias, y en un gesto inesperado y emotivo, el papa León XIV saludó desde el balcón de su residencia de verano a un grupo de peregrinos peruanos procedentes de Piura, quienes llegaron hasta su residencia, en Castel Gandolfo, para —demás de pedir su bendición y expresar su apoyo al pontificado— hacerlo sentir más peruano que nunca.
La delegación, integrada por miembros de la Universidad de Piura (UDEP), participaba en una peregrinación por el Jubileo 2025. Aunque su llegada no estaba programada, el Santo Padre, al notar su presencia, se asomó al balcón para saludarlos sonriente y con la mano levantada.
REGALOS PERUANOS
Al ingreso, el grupo fue atendido por monseñor Edgard Rimaycuna, secretario personal del papa y natural de Chiclayo, quien recibió en su nombre los obsequios preparados con especial devoción. Se trata de una obra en filigrana del arcángel San Miguel, elaborada por el maestro orfebre Víctor Hugo Yarlequé, de Catacaos, y una bolsa de los tradicionales chifles piuranos.
“Es un honor entregar un arte que representa no solo a nuestra región, sino también la fe que llevamos”, mencionó uno de los peregrinos.
En tanto, al monseñor Rimaycuna le regalaron un pequeño imán de madera personalizado, un broche con el diseño del mapa del Perú, y entre un buen ambiente amotivo, le colocaron una escarapela.
Durante los días previos, los peregrinos participaron en una misa celebrada por el padre Juan Armas en las catacumbas del Vaticano, visitaron la Plaza de San Pedro, recorrieron los Museos Vaticanos y compartieron una tertulia espiritual con el padre Mariano Fazio, vicario general del Opus Dei.
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