“Bueno, como solo hay una ruta, una vía en este punto, van a tener que ir en convoy. Cada locomotora jala alrededor de cinco coches”, fue lo que mencionó la asesora de la Municipalidad de Lima, Maali del Pomar, a RPP cuando se le consultó sobre el punto de partida del tren Lima-Chosica.
El vehículo traído en donación desde Estados Unidos solo tiene una vía férrea para funcionar, por lo que su uso solo sería posible en horarios de ida y de venida definidos, teniendo a Chosica como el punto de salida.
Según Pomar, se ha planteado que el primer convoy salga a las 4:00 a.m. con destino a Lima, y así cada cierto tiempo hasta que los 90 vagones y 20 locomotoras que se tendrán en total, lleguen a la estación Desamparados tras pasar por seis paraderos.
Y ya por la tarde, de esta misma forma, funcionaría el regreso a Chosica.
Solo el trayecto en un sentido, así como están las cosas, costaría alrededor de S/14, según indicó el propio ministro de Transportes, César Sandoval, quién dejó en claro que es un precio imposible de pagar para el ciudadano de a pie.
El último jueves, Sandoval convocó a una mesa de trabajo para el martes 22 a fin de sacar adelante la operación del tren. El principal invitado es el alcalde Rafael López Aliaga, quien ayer cuestionó las demoras y que la emisión de un expediente técnico condicione el inicio del transporte de pasajeros.
Pero más allá de las discusiones políticas, ¿qué es lo que realmente falta para que la locomotora empiece a rodar?
HABLAN LOS EXPERTOS
El ingeniero civil Jorge Gutiérrez, especialista en transportes, explicó a Perú21 que la actual infraestructura “no está preparada” para los trenes recién llegados.
Aseguró que el plan del alcalde debió haber empezado por un estudio amplio que considerara, por ejemplo, el uso de dos vías férreas para un mejor funcionamiento.
“Es posible (tener un solo riel) si hay un sistema de giro que permita al tren rotar, pero eso es incómodo, toma tiempo y es costoso. Lo ideal es tener un riel adicional”, dijo el experto.
Por otra parte, especificó que una “marcha blanca” no le otorga seguridad al pasajero y que hay un costo por la vida de cada persona que resulte lastimada en caso de que ocurra un accidente durante el tiempo que el tren ofrezca esas pruebas gratuitas.
“Los pasajeros no pueden ser como conejillos de indias. En términos de seguridad vial, la pérdida de una vida tiene un costo social. Si el tren no es seguro y hay problemas, eso genera un costo negativo para la sociedad. Todos estos son factores que la municipalidad debe evaluar”, aseveró el ingeniero.
Otra opinión recogida por este diario fue la del ingeniero de transportes Robert López, quien reafirmó lo dicho por el anterior especialista.
López informó que hay incertidumbre sobre cómo se van a integrar estos nuevos vehículos con la actual infraestructura.
Además, aseguró que el tren funcionaría de manera completa, ya con los acondicionamientos hechos, en un par de años.
“Estimo entre 18 meses a 24 meses, dependerá de la voluntad política del gobierno central con la Municipalidad de Lima si se ponen de acuerdo”, manifestó.
El ingeniero adelantó que la “tarifa técnica” estaría “sobre los 5 soles”, pero sostuvo que el estado tendría que subsidiar una parte, tal y como hace con el Metro 1 de Lima —cuyo precio es S/1.50— y así sea más cómodo para los usuarios.
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