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Según informó RPP Noticias, el Poder Judicial de Tacna revocó una resolución de primera instancia emitida en mayo que rechazó el habeas corpus que presento la defensa legal de Cruz Arce. Con ello, salió en libertad.
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No obstante, la Corte Superior de Justicia de Tacna señaló que la libertad del reo no fue ordenada por ellos, sino que responsabilizó al INPE por su liberación.

Corte Superior de Justicia de Tacna responsabilizó al INPE por la libertad del sindicado líder de Los Pulpos.
A su salida, fue recibido por familiares, quienes lo esperaban con una camioneta rumbo a Puno.

John Smith Cruz Arce: el perfil del sindicado líder de Los Pulpos, hoy libre por beneficios penitenciarios pese a cruel y terrible prontuario. (Andina)
Según conoció El Comercio, Cruz Arce accedió al beneficio dos días de trabajo y estudio por uno de carcelería, en lugar de seis días de trabajo y estudio por uno de carcelería que le tocaba, al ser considerado como un reo común y no uno de régimen especial.

John Smith Cruz Arce: el perfil del sindicado líder de Los Pulpos, hoy libre por beneficios penitenciarios pese a cruel y terrible prontuario. (Andina)
No obstante, “Jhon Pulpo” purgaba –desde el 2008- una condena de 25 años por el asesinato de su expareja y por el homicidio de Benjamín Salinas Ferrel, alias “Benja”, a quien acribilló en su vivienda frente a su madre, región La Libertad.
Peligrosos vínculos de sangre
Cruz Arce es considerado uno de los delincuentes más peligrosos de Trujillo y figura clave en la historia criminal reciente del país. Es sindicado como presunto fundador de la organización criminal “Los Pulpos”, junto a sus hermanos Nilton y Miller Cruz. Este último fue autor del asesinato del suboficial PNP Mervin Cochado Pinto.
Además, es padre de Jhonsson Cruz Torres, alias “Jhonsson Pulpo”, incluido en la lista de los más buscados del país por secuestro y homicidio, con una recompensa de 500,000 soles por su captura.
Durante la década del 2000, “Jhon Pulpo” fue uno de los delincuentes más buscados en La Libertad. Su captura se produjo en el distrito trujillano El Porvenir, durante un operativo dirigido por el entonces jefe policial y ex ministro del Interior Octavio Salazar Miranda.
Así surgieron Los Pulpos
El general PNP en situación de retiro, Juan Carlos Sotil, destacado policía que fue director de Investigación Criminal y oficial de Inteligencia, explicó a El Comercio que la organización criminal conocida como Los Pulpos tiene un origen familiar y ha trascendido al menos tres generaciones. Cada una de ellas ha heredado el control de las actividades ilícitas y la inclinación al crimen de sus predecesores, adaptándose a las formas delictivas más rentables en cada época.
Surgieron en la parte alta del distrito de El Porvenir, en Trujillo, al norte del Perú. Uno de los fundadores identificados es Fader Cruz, quien habría dirigido a sus hijos John Smith Cruz Arce —alias “Jhon Pulpo”, actualmente recluido en el penal de Challapalca—, Milton Cruz Arce, conocido como “Milton”, y Miler Cruz Arce, alias “Miler” o “Doctor”.
Sus actividades criminales comenzaron con la usurpación agravada, el tráfico de terrenos y la extorsión económica, delitos que frecuentemente derivaban en lesiones graves y sicariato. Una vez empoderados en determinadas zonas, expandieron su accionar hacia la micro comercialización de drogas. Posteriormente, consolidaron su presencia en el hampa al integrarse a una facción conocida como Los Plataneros del Milagro, lo que les permitió ampliar su influencia en la región.
“Todos ellos han sido capturados y puestos a disposición de las autoridades fiscales y judiciales en varias oportunidades y, posteriormente, lograron su libertad. Desconozco bajo qué argumentos legales o exculpatorios, principalmente “Jhon Pulpo”, quien se perfilaba como el más sanguinario y avezado de los hermanos Cruz Arce”, declaró el general PNP (r) Juan Carlos Sotil, exdirector de Investigación Criminal.
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Con la caída y exposición mediática de Los Pulpos, emergió una nueva organización criminal: La Jauría Cruz Verde, liderada por Gringasho y otros sujetos que del mismo modo ganaron notoriedad en su momento. Sin embargo, en medio del auge de esta banda, apareció en escena Johnson Cruz Torres, hijo de Jhon Pulpo. Replicando el perfil violento de su padre, Johnson inició una escalada de venganza a través de asesinatos selectivos contra miembros de Cruz Verde. Así logró tomar el control del crimen organizado en La Libertad y dio origen a la organización Nueva Generación Pulpos.
“Por ello, no debía extrañar que, ante el auge de la minería ilegal y, principalmente, la minería criminal, estos extiendan sus tentáculos hacia la zona de sierra de La Libertad y también se dediquen a este rubro, desatando una ola de secuestros de personas vinculadas a esta ilícita actividad. En ese espacio se dan execrables acontecimientos como el corte de dedos y asesinatos de “víctimas”, aunque ya hubieran pagado “rescate” por su liberación, demostrando lo feroces que podían ser para lograr sus insanos propósitos”, agregó el experto policial.
A lo largo de su historia, esta organización ha acumulado una larga lista de delitos: tráfico de terrenos, extorsión, secuestros, sicariato, tráfico ilícito de drogas y minería criminal. Representa una amenaza directa para la paz social, la seguridad ciudadana y la institucionalidad del Estado peruano. Su estructura no solo opera desde las calles, sino de igual manera desde dentro de los penales, donde continúan articulando órdenes a través de redes de comunicación activas.
Además, Los Pulpos mantienen operadores y vínculos transnacionales en países como Argentina, Bolivia, Chile y Colombia, donde colaboran con otras organizaciones criminales, generando dinero ilícito que luego es lavado mediante estas redes internacionales. La magnitud de su operación ha dificultado su desarticulación, pues siguen manejando recursos económicos importantes con los que se abastecen de armas, corrompen autoridades y se mantienen en la clandestinidad.
“Debería iniciarse una operación muy similar a la que se ha ejecutado contra El Monstruo, en donde se ha dañado seriamente su estructura económica y su propia organización, quedando detenidos una treintena de sus integrantes, entre ellos familiares directos como la mamá y la pareja sentimental de este criminal. Trabajo de investigación e inteligencia muy serio y bien elaborado por la Policía Peruana, que debe ser protocolizado para el resto de bandas y organizaciones que se sienten impunes y siguen dañando a nuestra sociedad”, concluyó el general PNP (r) Juan Carlos Sotil.
Merchandising criminal

Organizaciones criminales exponen sus acciones y brindan servicios a través de redes sociales.
Los Pulpos, La Nueva Jauría y otras bandas ya no solo siembran terror con armas, extorsiones o secuestros. Hoy venden saludos personalizados, merchandising con sus emblemas e incluso membresías simbólicas en redes como Instagram, TikTok, Facebook y Telegram, todo a cambio de un pago.

Cuenta con más de 10.000 seguidores en TikTok.
Promovidas por los propios delincuentes, estas actividades forman parte de un márketing criminal que trasciende la violencia física. Ya no basta con imponer respeto por la fuerza; ahora buscan ganar seguidores, visualizaciones y popularidad en el mundo digital, ampliando así su influencia entre jóvenes y potenciales reclutas.
En La Libertad, al norte del país, estas bandas mantienen el control del crimen organizado. Una de las más temidas, Los Pulpos, es liderada actualmente por Johnson Smith Cruz Torres, prófugo de la justicia, acusado de delitos como extorsión, secuestro y tortura. Mientras que La Nueva Jauría está al mando de Gary Joel Montoya Arias.

Johnson Smith Cruz Torres.

Gary Joel Montoya Arias.
Esta inquietante realidad ha sido documentada por el investigador Julio Corcuera en su reciente libro “Extorsión: el negocio del miedo”, publicado con el apoyo de la Cámara de Comercio de Lima y la consultora GPS, donde advierte cómo el crimen ha encontrado nuevas formas de colarse en el imaginario colectivo y cómo funciona a profundidad el delito de extorsión en el Perú.
Según su investigación, las organizaciones promueven actividades como saludos personalizados, venta de stickers extorsivos, prendas con logos criminales y la circulación de dinero falso, conocido como “billetes G5”. Además, este Diario pudo verificar que, más allá de estos negocios paralelos, se ofrecen presuntos servicios de sicariato y todo puede ser pagado mediante billeteras digitales como Yape o Plin.

Los Pulpos en redes sociales ofrecen aplicativos bancarios falsos.

Páginas alternas que ofrecen ser parte de grupos vinculados a Los Pulpos.
En ese sentido, Corcuera advierte que la presencia criminal ya no se limita a la violencia física, a su vez opera desde lo simbólico y cultural, en espacios que aún no han sido suficientemente estudiados. “Hay manifestaciones culturales y dinámicas que nadie que yo conozca se ha dedicado a estudiar. Lo que hemos encontrado es la punta del iceberg”, señaló.
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El investigador explicó que no cree que Los Pulpos o La Jauría planifiquen de forma sistemática el contenido que difunden, y mucho menos que esté dirigido directamente por los cabecillas. “No obstante, es algo que se genera de manera orgánica”, afirmó. Además, señaló que, al igual que producen videos para redes sociales, incluso realizan eventos que involucran a la población común, “lo que promueve un estado de bienestar criminal”.

Aparentes sicarios ofrecen servicios en TikTok.
Corcuera indicó que algunos stickers con las iniciales “J.H.” hacen referencia a Jhon Pulpo, líder máximo de la organización, mientras que “J.H.S.” alude a su hijo, Jhonson Pulpo. Los stickers que muestran ángeles, en cambio, aluden a los sicarios. “Se han creado para validar, dividirse y no chocarse entre ellos en su mercado”, dijo.

Stickers extorsivos que se venden en redes.
Asimismo, resaltó que en los eventos organizados por estas bandas participan tanto niños como adultos. Estos últimos, conscientes del origen de los fondos que financian tales actividades, terminan validando a las organizaciones.

Stickers extorsivos que se venden en redes.
“Esto es un hallazgo. Quiere decir que el crimen se está moviendo con dinámicas culturales en otro espacio. Yo no quiero dar una explicación de algo en lo que no estamos en condiciones de proporcionar. Es un fenómeno que no solamente se limita a Los Pulpos”, concluyó.
El material difundido en redes —cargado de imágenes de armas, dinero manchado de sangre, fiestas con drogas y total impunidad— termina siendo un atractivo para jóvenes que aspiran a ese estilo de vida, sin dimensionar las consecuencias, explicó el experto en crimen organizado, Frank Casas.
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“Al no ofrecer un servicio propiamente criminal, sino también promocionar polos con una representación gráfica, lo que básicamente están comunicando es una invitación a construir una especie de cultura en relación a una actividad o grupo criminal”, explicó Casas.
Desde esta perspectiva, los grupos criminales buscan proyectar una imagen favorable de sus acciones, como hicieron en su momento los cárteles de droga mexicanos y colombianos.
“Hay que pensar esto como un proceso natural dentro de la lógica social de cómo muchas veces las industrias culturales o la información afectan el ciclo de vida de una persona, principalmente de los más jóvenes. Que ocurre desde cosas como la alineación de ciertos patrones culturales hasta actividades criminales. De hecho, hay muchas teorías criminológicas que explican precisamente cómo es que muchas de las conductas criminales surgen principalmente por este patrón estructural de anomias o de adaptación de valores que van en contra de la ley en un contexto de un país de bastantes obstáculos para tomar el camino de la legalidad como algo apropiado para el desarrollo”, añadió el experto en crimen organizado.
Casas subrayó la necesidad de abordar la seguridad desde un enfoque más amplio que el de la “mano dura” y las leyes, e incorporar una mirada social que priorice la educación y el desarrollo, especialmente ante las múltiples carencias que enfrenta la población.
