
El Instituto Geofísico del Perú (IGP) reportó un sismo de magnitud 5,3 la mañana del 8 de julio de 2025, con epicentro a 29 kilómetros al oeste de Pisco, en la región Ica. El evento ocurrió a las 6:40 a. m., a una profundidad de 53 kilómetros. La latitud se ubicó en -13.72 y la longitud en -76.47. La intensidad reportada fue III-IV en Pisco.
No se registraron daños mayores ni pérdidas humanas, según los primeros reportes. El movimiento causó alarma entre los habitantes de la zona, quienes desalojaron viviendas y locales por precaución. Autoridades locales y cuerpos de emergencia continuaron con monitoreos para descartar posibles daños estructurales y garantizar la seguridad de la población.
Desde el fuerte sismo del domingo 15 de junio, el Perú ha registrado temblores de regular intensidad que han puesto en alerta a la población; sin embargo, el Perú aún no cuenta con una alerta temprana que ayude a los peruanos a salvaguardar sus vidas, sobre todo en áreas críticas de la capital peruana.

Se recuerda que la posibilidad de predecir sismos es uno de los temas más discutidos en el país tras cada evento de magnitud considerable. El jefe del Instituto Geofísico del Perú, Hernando Tavera, ha declarado que no existe tecnología ni metodología científica capaz de anticipar la fecha, hora ni lugar exacto de un sismo. Ningún país en el mundo cuenta con mecanismos de este tipo.
El IGP insta a la población a no difundir rumores sobre supuestas predicciones y a informarse exclusivamente por los canales oficiales. La única herramienta de protección ante los sismos es la educación preventiva y la preparación familiar y comunitaria para afrontar emergencias.
Asimismo, el IGP ratificó que no es posible anticipar cuándo ni dónde se producirá un terremoto. Luis Adrianzén, director científico del organismo, recalcó que los intentos de predicción solo generan incertidumbre y pánico, además de carecer de base científica.
Las únicas recomendaciones eficientes pasan por la prevención y la adecuada preparación en los hogares, escuelas y centros de trabajo. El IGP recomienda realizar simulacros y diseñar planes familiares de emergencia.

Según estimaciones del gobierno peruano, un terremoto de gran magnitud en Lima y Callao podría afectar hasta 350 mil viviendas. La vulnerabilidad de las infraestructuras y la alta densidad poblacional convierten este tipo de escenarios en un desafío para los servicios de emergencia.
Las autoridades han reforzado las campañas de simulacros y emitido recomendaciones para el acondicionamiento de viviendas y edificaciones públicas. El fortalecimiento de la cultura de prevención se reconoce como clave para reducir el impacto de futuros sismos.

La mochila de emergencia es un elemento recomendado para todas las familias que viven en zonas de riesgo sísmico. Su objetivo es asegurar la supervivencia durante las primeras 72 horas después de ocurrido un desastre. Su contenido debe revisarse de manera periódica para asegurar que los elementos estén en condiciones óptimas. Elementos sugeridos para la mochila de emergencia:
Agua y alimentos:
- Botellas de agua embotellada (mínimo 3 litros por persona)
- Alimentos no perecederos como barras energéticas, frutas deshidratadas, latas de atún o carne, galletas saladas
- Comida de fácil apertura y consumo, con alto valor energético
Botiquín de primeros auxilios:
- Vendas, gasas, esparadrapo, algodón y soluciones antisépticas
- Analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínicos y medicamentos recetados
- Tijeras, pinzas y guantes desechables
- Artículos de higiene:
- Gel antibacterial, papel higiénico, toallas húmedas, jabón
- Cepillo y pasta de dientes, desodorante
Ropa y abrigo:
- Ropa interior, medias y cambio completo por persona
- Manta térmica o saco de dormir, impermeable, guantes y sombrero
Documentos importantes:
- Fotocopias de identificaciones, pasaporte, cédula y licencia de conducir
- Certificados de nacimiento, matrimonio, pólizas de seguro
- Dinero en efectivo en monedas y billetes pequeños
Artículos adicionales:
- Linterna y pilas de repuesto
- Radio portátil a pilas
- Silbato
- Encendedor o cerillos a prueba de agua
- Herramienta multiusos
- Cuerda y bolsas plásticas
- Cargador portátil para dispositivos electrónicos
La inclusión de estos elementos puede marcar la diferencia en la capacidad de respuesta y protección de las personas ante un evento sísmico de gran magnitud.