La ciudad se prepara para los Juegos Panamericanos 2027. La Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) ha informado que en los próximos dos meses se dará inicio a una serie obras para poder optimizar el tránsito de las personas en la ciudad. En este caso específico, se proyecta la construcción de un nuevo óvalo en la intersección de la avenida Javier Prado Este con la avenida La Molina, así como un paso a desnivel en la avenida Javier Prado, a la altura de la intersección con Circunvalación del Golf Los Incas y la avenida Los Frutales.
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Según el Anexo del Decreto de Urgencia N.° 010-2024, publicado en el diario oficial El Peruano el pasado 13 de junio de 2024, estos proyectos responden al mejoramiento de la congestión vehicular que se experimenta en este tramo de principal acceso a La Molina.
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El documento oficial detalla que ambas construcciones forman parte de un paquete de inversiones autorizadas por el Poder Ejecutivo para poder facilitar el desarrollo de los Juegos Panamericanos 2027. Es así que se prevé la aprobación de licencias por parte de entidades públicas como el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) y la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU).
¿Cuándo empiezan las obras?
En entrevista con El Comercio, la regidora de la MML Giuliana Calambrogio brindó detalles específicos sobre los proyectos que en poco tiempo iniciarán sus operaciones. Explicó que el Óvalo La Molina tendrá una inversión estimada de S/12 millones. Actualmente, el proyecto está en fase de finalización del expediente técnico.
La regidora indicó que esperan tener la licitación adjudicada a mediados de este mes, por lo que se estima que el inicio de obra podría ser programado para finales de agosto del presente año. “En el mejor de los escenarios, la obra estaría lista para finales de enero o inicios de febrero del próximo año”, aseguró.
Se trata de un óvalo de aproximadamente 500 metros de extensión, que contará con semaforización inteligente, reordenamiento de accesos y un diseño urbano que pretende mejorar el flujo vehicular. Esta intervención surge ante la urgencia de descongestionar una zona crítica que soporta alto tráfico debido a su conexión con distritos como San Isidro, Ate y la zona industrial de Lima Este.
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Pese a las duras críticas que ha recibido la obra del Óvalo Monitor y el caos vehicular que genera en horas puntas, una vez más la MML apuesta por la construcción de una infraestructura similar. “Hoy por hoy se debe hacer lo que se puede. Lo que se debe hacer es mejorar el Óvalo de La Molina”, explicó la regidora Calambrogio.
En paralelo, la MML proyecta la construcción de un bypass, o paso a desnivel, entre la avenida Los Frutales y el Golf, con una longitud de 700 metros y una inversión de aproximadamente S/91 millones. Ambos proyectos están pensados para ejecutarse de manera simultánea. Además, según la vocera del municipio, las estructuras serán prefabricadas, lo que agilizará considerablemente los tiempos de ejecución.
“Nosotros esperamos que poniéndose en funcionamiento el ferrocarril Lima-Chosica, la Ramiro Prialé, la carga vehicular sobre las avenidas Javier Prado y La Molina disminuya”, comentó la regidora en relación a cómo la congestión vehicular podrá reducirse con las acciones que viene ejecutando el municipio.
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Sobre los impactos durante la construcción, Calambrogio precisó que aún no hay un plan de desvío aprobado, aunque ya se encuentra en proceso de autorización por la Gerencia de Movilidad Urbana. “Estos proyectos no se pueden ejecutar sin contar con los estudios de impacto vial correspondientes y los permisos necesarios. Ivermet, la entidad ejecutora, ya tiene solicitados los desvíos y los estudios técnicos requeridos”, aseguró.
En términos de impacto social, aunque no se ha especificado una cifra exacta de beneficiarios, la regidora subrayó que se trata de una obra que impactará positivamente a miles de vecinos no solo de La Molina, sino también de distritos colindantes como Ate, Surco y San Isidro.
Observaciones
Por su parte, el arquitecto urbanista Aldo Facho expresó que estas obras carecen de una visión integral y sostenida en el tiempo, lo que podría acarrear consecuencias negativas para la movilidad urbana y la calidad de vida de los ciudadanos.
“Todas las actuaciones que se den en las ciudades tienen que estar enmarcadas en un plan integral que evidencie cómo coadyuvan entre sí, cómo suman valor”. Según él, la falta de planificación está detrás de muchos de los problemas actuales, como el congestionamiento vehicular y la ineficiencia del transporte público.

No solo los vehículos de transporte privado quedaron atrapados en medio del tráfico, también sucedió lo mismo con los buses del Corredor Rojo y otras unidades de transporte público. (Foto: ARCHIVO GEC/Britanie Arroyo/GEC)
Facho resaltó que existen antecedentes de obras similares que fracasaron por no haber sido concebidas de forma estratégica. Sobre la vía expresa Javier Prado, señaló que fue una infraestructura que no se pensó de manera integral y tampoco se planificó previendo el transporte público de pasajeros, únicamente para para carros particulares.
Asimismo, advirtió que el patrón se repite con el bypass del óvalo Monitor y ahora con la nueva propuesta. “Estamos repitiendo una receta que ya sabemos que no nos da resultados buenos a mediano y largo plazo”, afirmó. Facho alertó que al resolver “un nudo, pero no el sistema”, lo único que se logra es trasladar el problema al siguiente punto de congestión.
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Además, subrayó que este tipo de obras pueden interferir con proyectos futuros mucho más relevantes, como la Línea 4 del Metro de Lima. “Estas obras que se están haciendo no están evidentemente pensadas de manera integral esto hace que el metro vaya más abajo todavía, con lo cual es más costoso”, concluyó Facho.
El Comercio se contactó con la ATU para conocer su posición respecto a cómo se afectarían las estaciones de la Línea 4 del Metro de Lima que están proyectadas a zonas cercanas a las construcciones, pero no obtuvo respuesta al cierre de esta edición.