
Junior Dioses, residente permanente de Estados Unidos con “green card”, fue detenido por más de un mes por las autoridades migratorias tras regresar de un viaje a Perú, donde visitó a su familia. A pesar de contar con toda la documentación necesaria para su reingreso, Dioses vivió una pesadilla que lo mantuvo bajo custodia durante 50 días, a pesar de ser un residente legal que vive en Utah desde hace más de 20 años.
El 28 de abril, Dioses aterrizó en un aeropuerto de Texas después de haber estado en Perú. Sin embargo, fue detenido por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Lo retuvieron durante dos días en el aeropuerto y luego lo trasladaron a un centro de detención en Conover, Texas, donde permaneció 48 días más. En ese tiempo, las autoridades iniciaron un proceso de deportación en su contra, lo que lo dejó completamente desconcertado.
En una entrevista con Fox 13, Dioses compartió su sorpresa y frustración: “Yo soy de Perú. Vivo en los Estados Unidos. Tengo 23 años aquí, tengo familia”. A pesar de vivir en el país durante más de dos décadas, el proceso que vivió al regresar de su viaje fue tan inesperado como traumático.

El tiempo que Dioses pasó en custodia resultó ser una verdadera pesadilla. Después de ser detenido en el aeropuerto de Texas el 28 de abril, la situación empeoró cuando fue informado de que se le iniciaría un proceso de deportación.
“Le dijeron que no solo lo iban a detener, sino que también iban a iniciar un proceso de deportación”, explicó Crayk, su abogado, en una entrevista con Fox 13.
Durante sus 50 días de detención, Dioses estuvo en condiciones difíciles, con constantes ruidos y siendo testigo de las peleas que ocurren dentro del centro de detención.
“El centro de detención es una locura. Es realmente malo. Hay 90 personas durmiendo allí, y es muy ruidoso, hay peleas. Es una locura. No me gusta para nada”, relató Dioses, quien pasó su tiempo en un ambiente hostil y sobrecargado, sin poder comprender por qué estaba allí.

El caso de Junior Dioses resalta una problemática más amplia en el contexto de las políticas migratorias de EE. UU. bajo la administración de Donald Trump, que también afectó a residentes permanentes legales. Aunque se pensaba que los titulares de “green card” estaban más protegidos, cada vez más personas con este estatus se ven atrapadas en las redadas migratorias, y algunos incluso enfrentan la deportación.
En el caso de Dioses, las autoridades iniciaron el proceso de deportación basándose en dos cargos menores en su historial. El primero ocurrió a principios de la década de 2000, cuando Dioses no se detuvo a tiempo ante una señal de un oficial de policía, algo que, según su abogado Adam Crayk, ocurrió debido a que Dioses no notó las luces de la patrulla y continuó hasta que finalmente se detuvo.
El segundo cargo, que data de 2019, es por conducta desordenada tras una discusión con un vecino, la cual no involucró violencia y fue solo un altercado menor.

Crayk explicó que estos delitos no califican como “crímenes de turpitud moral”, un concepto legal que podría justificar la deportación bajo la ley de inmigración de EE. UU. En una entrevista con KSL News, el abogado afirmó que las autoridades migratorias no comprendieron correctamente la naturaleza de estos cargos.
“El fiscal de inmigración ha presentado cargos de deportación por acusaciones que ya fueron evaluadas en su propio estado, y que no constituyen delitos relacionados con la corrupción moral”, dijo Crayk. Este tipo de errores en el proceso son lo que él considera una violación del debido proceso, al no tener en cuenta la legislación existente y la falta de gravedad de los cargos de Dioses.
A lo largo de su detención, Junior Dioses se sintió incomprendido y despojado de su dignidad. “Me siento realmente mal porque no soy un criminal. Yo solo trabajo más duro”, afirmó visiblemente afectado. Crayk, su abogado, fue aún más directo al señalar que este incidente nunca habría ocurrido si Dioses hubiera aterrizado en Utah, donde las autoridades migratorias locales conocen mejor su situación.
“Si hubiera aterrizado en Utah, donde conocemos a los fiscales de inmigración, nada de esto habría ocurrido. Junior habría salido del aeropuerto sin problemas”, aseguró.

El caso de Dioses ha generado gran atención en los medios estadounidenses. Fox 13 y Newsweek intentaron contactar con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) para obtener una explicación sobre la detención, pero hasta el momento no han recibido respuesta.
Este suceso pone en evidencia las complicaciones que enfrentan muchos inmigrantes, incluso aquellos con residencia legal, al regresar al país tras un viaje al extranjero.