El cadáver del economista José Miguel Castro Gutiérrez fue hallado en el baño de su domicilio en la mañana del domingo 29 de junio. Cuando ocurrió el incidente, su padre, el excongresista Julio Castro Gómez, y su esposa, Paula Maguiña Ugarte, se encontraban en el domicilio. Ambos han declarado a la policía que la última vez que vieron a José Miguel Castro, lucía sereno, sin ninguna evidencia de perturbación o angustia.
Durante las diligencias de inspección de la residencia, los agentes de la División de Investigación de Homicidios (DIVINHOM) detectaron siete manuscritos, además de documentos judiciales, en el estudio de la cónyuge del fallecido. Julio Castro Gómez, quien era testigo en ese momento, declaró que los escritos pertenecían a su hijo José Miguel Castro, de acuerdo con las actas a las que tuvo acceso La República.
Son dos manuscritos que tienen la apariencia de borradores de otros textos personales dirigidos a los más íntimos amigos de José Miguel Castro.
El primero está destinado a “Sandra” y hace referencia al periodo en que laboraron juntos cuando Castro ejerció como presidente del directorio de la Caja Metropolitana de Lima (2011-2014), durante el mandato de la exalcaldesa Susana Villarán.
El texto dice:
Querida Sandra:
Recuerdo que la última vez que nos vimos, antes de mi viaje a Canadá, fue en mi casa para ver el partido Perú-Francia.
Espero puedas encontrar en estas líneas algo de reivindicación del gran trabajo que hicimos en la Caja.
Es solo el principio.

Primer manuscrito de José Miguel Castro hallado en una caja de documentos judiciales. Foto: La República
Un puñado de letras
El tono del manuscrito no evidencia malestar, agobio o desesperanza. Más bien se percibe cierto respiro luego de haber atravesado un periodo de inestabilidad e inseguridad y recuerda por eso buenos tiempos en la Caja Metropolitana.
Pero el segundo manuscrito, que Castro preparaba para remitir a varias amistades, es algo más inquietante. El contenido parece reafirmar que el exgerente municipal se sentía más tranquilo.
Esto es lo que escribió:
Queridos A…Z…
Recuerdo que la última comunicación que tuvimos les dije algo así como: ¡Lo peor está por venir!
Hoy les puedo decir que lo peor ya vino y se fue.

Julio Castro Gómez confirma que los escritos son de su hijo José Miguel Castro. Foto: La República
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“Sí es su letra”
La frase: “Lo peor ya vino y se fue”, no parece una despedida. Más bien Castro pretende (o pretendía, se desconoce si llegó a terminar la carta) comunicar que ha pasado por un periodo terrible y que estaba dispuesto a encarar una nueva etapa en su vida.
Los manuscritos fueron encontrados en una caja de documentos judiciales dentro del estudio de la esposa de José Miguel Castro, donde también se hallaron notificaciones judiciales relacionadas con el caso contra Susana Villarán por recibir fondos ilícitos de las empresas Odebrecht y OAS.
El padre de José Miguel Castro, Julio Castro Gómez, quien estuvo presente durante las diligencias, confirmó que su hijo era el autor de los textos, según el acta: “(Había como) siete hojas sueltas con manuscritos, indicando el testigo (Julio Castro Gómez) que la letra corresponde al occiso (José Miguel Castro), lo cual se procede al recojo y lacrado”.
Querida Sandra:
Recuerdo que la última vez que nos vimos, antes de mi viaje a Canadá, fue en mi casa para ver el partido Perú-Francia.
Espero puedas encontrar en estas líneas algo de reivindicación del gran trabajo que hicimos en la Caja.
Es solo el principio.
Queridos A…Z…
Recuerdo que la última comunicación que tuvimos les dije algo así como: ¡Lo peor está por venir!
Hoy les puedo decir que lo peor ya vino y se fue.