A veintidós días de la elección de la nueva directiva del Congreso de la República —la última del quinquenio 2021-26—, las agrupaciones políticas representadas en ese poder del Estado no logran todavía definir si postularán a uno de los cuatro cupos de la Mesa y menos todavía quiénes serán sus candidatos.
Como lo informó Perú21 semanas atrás, en el Bloque Democrático (BD), que aglutina a Alianza para el Progreso, Fuerza Popular, Avanza País, Perú Libre, Somos Perú y Acción Popular, se mantiene el compromiso de incorporar en este último año a grupos que hasta el momento no tuvieron la oportunidad de asumir la conducción del Parlamento. En esa línea, indicaron, el aspirante a la presidencia podría salir de la bancada de Somos Perú cuyo Comité Ejecutivo Nacional se reunirá a mediados de mes para analizar el tema.
“Nadie del bloque ha manifestado hasta el momento su interés en asumir la presidencia del Congreso, pero le tocaría a Somos Perú (SP). A la fecha no hay nada formal, no han dicho: ‘yo quiero’. Eso es lo primero que tenemos que definir”, indicó una fuente. Y es que en la antesala de las elecciones generales de 2026 y en medio de las críticas al Legislativo por sus normas populistas y lo onerosa que será la restitución de la bicameralidad, no hay mucho entusiasmo por hacerse de la presidencia.
La mochila de Valer
Lo concreto es que, a la fecha, en el BD todas las miradas se dirigen al partido del corazón. De allí han surgido los nombres de José Jerí, Ana Zegarra y Héctor Valer. El primero habría expresado internamente su desistimiento; a la segunda, en el BD la ven políticamente inexperta. En cuanto a Valer, trascendió que varios partidos del conglomerado de derecha no respaldarían a quien fue el fugaz tercer primer ministro de Pedro Castillo —estuvo apenas cuatro días en el puesto— y que renunció lanzando amenazas veladas al Parlamento.
“Si a nosotros no nos dieran el voto de confianza nos iremos, se reestructurará el gabinete y habrán perdido (…) la primera bala de plata del Congreso, para (que) luego el señor presidente (pueda) utilizar la bala de oro que es la disolución del Congreso porque puede interponer una nueva moción de confianza”, refirió entonces. A eso se suman las graves denuncias en su contra por violencia familiar y una investigación fiscal que se le abrió por presunta colusión para beneficiarse de un contrato con una municipalidad. En ese contexto, se supo, se baraja un cuarto nombre: Alfredo Azurín. Lo único cierto es que a 22 días de la elección, el panorama sigue siendo incierto.
SABÍA QUE
José Luna Gálvez ha sostenido por lo menos dos reuniones con legisladores de grupos de izquierda con miras a conformar una lista para la Mesa Directiva.
Hasta el momento, sin embargo, no se han discutido nombres de posibles candidatos, solo puntos comunes de interés.
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