Un nuevo crimen ha enlutado a la Policía Nacional del Perú. Esta vez, la tragedia ocurrió en Loreto, donde el suboficial de tercera Fernando Ríos López fue cruelmente asesinado mientras intentaba auxiliar a una mujer víctima de violencia familiar. El agente, que acudió solo al llamado de emergencia, fue apuñalado en el abdomen por un sujeto de 60 años identificado como Porfirio Escobar Tirado.
El hecho ocurrió la noche del martes 24 de junio, en el kilómetro 3 de la carretera Iquitos-Nauta, distrito de San Juan Bautista, cuando la víctima intentaba intervenir una pelea doméstica. Según testigos, el policía intentó calmar al agresor, pero este reaccionó con furia y lo atacó con un cuchillo, causándole una grave herida en el abdomen.
A pesar de la gravedad de la lesión, el valeroso agente logró comunicarse con su familia durante el trayecto al hospital. “Los amo, hijos”, fue el conmovedor mensaje que dejó antes de perder el conocimiento. Horas más tarde, en la mañana del miércoles 25, falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Iquitos, tras un desesperado esfuerzo médico por salvarle la vida.
El suboficial Ríos, de 33 años, deja a dos niños de 3 y 7 años en la orfandad y pertenecía a la comisaría 9 de Octubre. Tenía más de una década sirviendo en la institución.
ASESINO NO SE ARREPIENTE
La familia del agente exige justicia. “Le mataron a mi hermanito, el único hombre de la casa. Solo Dios puede quitar la vida, no el hombre”, clamó entre lágrimas su hermana. Su cuñado también pidió que sobre el homicida caiga todo el peso de la ley.
El atacante, Porfirio Escobar Tirado, fue retenido por los vecinos cuando intentaba escapar y luego llevado a un centro médico, pues presentaba heridas leves. En declaraciones captadas por la televisión, no mostró arrepentimiento y hasta negó haber golpeado a su pareja. “Ni un chingote le he dado”, dijo, asegurando que reaccionó porque el policía lo “había agredido”.
El sujeto fue conducido a la sede de la División de Investigación Criminal de Iquitos (Depincri), donde es investigado por el delito de homicidio. La Policía Nacional lamentó profundamente el fallecimiento del agente y recordó que murió cumpliendo con su deber de proteger a una víctima de violencia doméstica.
Mientras tanto, los compañeros del agente caído y la población loretana exigen que este crimen no quede impune. El caso ha conmocionado no solo a Loreto, sino a todo el país.