Entre la apatía y el anhelo. A menos de diez meses para las próximas Elecciones Generales 2026, un 63% de peruanos asegura que no siente simpatía por ningún partido político; un desapego que se acrecienta al 66% y 65% en el norte y sur del país, respectivamente. Así lo revela la más reciente encuesta de Datum Internacional para El Comercio.
En el ámbito nacional, la afinidad por agrupaciones específicas es mínima: Fuerza Popular tiene 6%, mientras que la del resto de agrupaciones que le siguen como Perú Libre, Acción Popular, Somos Perú y Renovación Popular se sitúa en el 2%, incluso Avanza País registra solo 1%.
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En general, se marca una fuerte expectativa en la ciudadanía hacia nuevas figuras y/o agrupaciones. un 53% de peruanos afirma que preferiría votar por un candidato nuevo en política en las siguientes elecciones presidenciales (en el norte, llega al 62%). Solo un 38% se inclina hacia lo contrario; es decir, por un candidato con experiencia política.
Aunque ello no debe interpretarse como improvisación, pues al consultarse qué aspectos son los más relevantes para escoger al próximo jefe del Estado la ciudadanía destaca sus propuestas de gobierno (39%); su experiencia de trabajo (22%) y su formación profesional (22%). En ese orden. La trayectoria política solo recibe un 12%.
Y las prioridades que debe atender el próximo mandatario, en la mirada de la ciudadanía, siguen siendo reducir la criminalidad, mejorar la economía y combatir la corrupción. Por encima de otras aristas como el sector salud, educación, empleo o, incluso, el fortalecer la democracia.
Por otro lado, en el caso del Congreso de la República —que esta vez será bicameral— un 68% afirma que tendría preferencia en su voto por un partido político nuevo; frente a solo un 19% que asegura que votaría por una agrupación política ya conocida.
Esta tendencia parece reflejarse al entrar a analizar posibles candidatos. Los tres líderes que registran la mayor antipatía son Keiko Fujimori (Fuerza Popular), César Acuña (Alianza para el Progreso) y Waldemar Cerrón (Perú Libre), la cual superan ampliamente el 50%. Las tres fuerzas políticas presentes en la dirigencia del Congreso.
Pero no solo los partidos tienen un gran reto para la próxima contienda, sino también los propios organismos electorales. La desconfianza en su transparencia para elegir al próximo jefe del Estado incrementó diez puntos porcentuales, pasando de 63% en la última medición al 73%. Todo ello, en pleno proceso en marcha.

Puntos de vista
A opinión del analista político Enrique Castillo, ese 63% de antipatía hacia los partidos es, sobre todo, “un castigo” a aquellos que actualmente tienen representación en el Congreso, inmersos en escándalos o en aprobación de leyes controvertidas. Se está buscando -apuntó- “una visión nueva del país”, diferente a la que otorgan las actuales fuerzas en el Legislativo.
“Hay un hartazgo que identifica claramente de quién se quieren distanciar y, por lo tanto, buscan personajes que puedan ser distintos a los que hay ahora y que tienen influencia y predominancia en el poder”, acotó a El Comercio.
Aunque apuntó que, si bien para el Congreso sí se piden “partidos nuevos” por su descrédito, en caso de la Presidencia un “rostro nuevo” no necesariamente va a significar “partido nuevo”.
“Esa renovación, para el caso de presidente, no necesariamente está diciendo no quiero ninguno de los partidos. Lo que está diciendo es ‘quiero que me den un rostro nuevo, un discurso nuevo, una nueva visión de hacer política, alguien que sea capaz de poder dejar de lado la política sucia, clientelista y populista que tenemos ahora’”, incidió.
Por otro lado, Castillo también comentó que las cifras también recogen que existe un riesgo para la democracia. La falta de confianza en ningún partido —mencionó— puede llevar a que en la desesperación e incertidumbre se opte por “partidos vientres de alquiler, aventureros o que no tengan ningún tipo de representatividad ni tampoco una estructura detrás que pudiera dar soporte si llegara al gobierno”.
Análisis…
URPI TORRADO: “El hartazgo”
Aunque la mayoría de los peruanos afirma definir su voto considerando tanto al candidato como al partido, la data revela que ni partidos ni candidatos llenan las expectativas producto del desencanto por la política tradicional y el contexto actual. Entender lo que busca el elector podría dar algunas luces de cara al próximo proceso electoral.
Tres de cada cuatro ciudadanos no simpatizan con ninguna fuerza política. Entre quienes sí sienten cercanía, las preferencias están dispersas, favoreciendo a las agrupaciones con más trayectoria o con participación en cargos públicos. Asimismo, 68% preferiría votar para el Congreso por un partido distinto a los que actualmente tienen representación parlamentaria. Esto implica una oportunidad para aquellos que se presentarán por primera vez en las elecciones del 2026, aunque también es un gran reto pues deben dar a conocer la organización, su logo y sus propuestas, así como diferenciarse del resto. El candidato es clave para ello.
A nivel de candidatos, aunque es pronto para medirlos, se observa una tendencia similar y por tanto la búsqueda de nuevas opciones. El 53% de los peruanos preferiría votar por alguien que sea nuevo en política. Esto no significa que tenga que ser un desconocido, sino alguien con trayectoria reconocida en otros ámbitos y que genere confianza por fuera del sistema político tradicional. El hartazgo con las autoridades actuales ha abierto la puerta a perfiles distintos, alejados del desgaste institucional. Al mismo tiempo, el electorado también valora la preparación, el 44% afirma que toma en cuenta la experiencia laboral y la formación profesional del candidato. Esto refleja un deseo de cambio, pero no un salto al vacío, pues buscan a alguien con capacidad real para resolver los problemas del país. La sensación de estancamiento de los últimos años ha generado una expectativa fuerte de avanzar.
En ese contexto, indicadores como el conocimiento, la simpatía o el rechazo ayudarán a identificar qué partidos y candidatos podrían tener un rol protagónico en la primera vuelta. Sin embargo, más de la mitad de los peruanos definirá su voto tras ver entrevistas y debates, precisamente para evaluar aquello que valora, la capacidad del candidato y las propuestas.
*Urpi Torrado es CEO de Datum Internacional
Por su parte, en analista político José Carlos Requena consideró que el 63% que no simpatiza con ningún partido es consistente y entendible dada “la gran desafección que existe y la gran apatía”.
No obstante, estimó que se irá reduciendo conforme se acerque el día de la elección, por la obligatoriedad del voto. Aun así, advirtió que quien salga elegido tanto en la Presidencia como en el Congreso tendrá que ganarse su legitimidad por el respaldo limitado con el que eventualmente se llegue al poder.
“Ese es el principal riesgo, que [quien salga] va a tener que ir gobernando con un oído muy atento para poder preservar algo de apoyo popular”, afirmó.
En tanto, Requena también remarcó que “lo que va a marcar estos comicios es la expectativa de cambio y, en esa expectativa, evidentemente los experimentados terminan algo castigados”. “Pero lo que sí tienen los experimentados es, precisamente, manejo en el ritmo de una campaña, incluso, el logo. Porque ahorita mucha gente dice ‘quisiera un partido nuevo’, pero cuando se pone frente a la cédula seguramente no conoce el símbolo del partido nuevo, y en consecuencia termina inclinándose por ‘el menos malo’, para su percepción”, apuntó.
Es decir, “la novedad tiene una ventaja” en el actual contexto —subrayó Requena—, pero “el tema es saber manejarla”.