Perú alberga un potencial de 20 mil megawatts (MW) en recursos eólicos, pero solo ha puesto en producción una vigésima parte (1.021 MW). Para remontar esta brecha, hay en cartera 45 proyectos debidamente identificados por el COES Sinac – con estudios de pre-operatividad aprobados – los cuales necesitan vencer un sinnúmero de dificultades para llegar al ansiado ‘ready to build’ (inicio de construcción).
Es el caso de la obtención de los permisos de desarrollo y construcción, “lo cual es un aspecto crítico para el país”, apunta Pierina Scavino, country head de Vestas Perú, empresa danesa especializada en la instalación y operación de centrales eólicas.
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Permisos ambientales
“Me atrevería a decir que la aprobación de los permisos es el Talón de Aquiles de varios países en la región, como Perú y Chile, donde los procesos son más largos que en otras partes del mundo”, señala la especialista.
De acuerdo a Vestas, esto puede demorar un proyecto eólico hasta en dos años adicionales en su fase de desarrollo, es decir, entre su concepción (’greenfield’) y el ‘ready to build’, considerando los plazos legales.
“De allí la necesidad de que se cumplan los plazos establecidos para la resolución de aprobación o desaprobación de los estudios ambientales en manos de la Dirección General de Asuntos Ambientales (DGAE) del Minem”, refiere Scavino.
Ocurre, sin embargo, que la DGAE “no cuenta con los recursos ni el personal necesarios para abordar la cantidad de expedientes que hay por revisar”, lo cual lleva a que los plazos no se cumplan y que se genere incertidumbre entre los inversionistas, manifiesta la especialista.

La aprobación de los permisos ambientales es el Talón de Aquiles de los proyectos eólicos, apunta Vestas.
Como consecuencia, hay varios proyectos en etapa de evaluación de impacto ambiental que “están en manos del Minem y que se encuentran fuera de plazos”, añade.
Logística y transmisión
No menos importante es contar con tarifas portuarias competitivas para el transporte de turbinas eólicas, porque las que se pagan en el Perú duplican y hasta triplican las de países vecinos, como Chile y Argentina.
Se trata, indica Scavino, de un asunto crucial porque el desarrollo de centrales eólicas requiere componentes de grandes dimensiones, los cuales solo pueden ser trasladados por vía marítima.
“Por eso estamos trabajando con las autoridades portuarias para tener una tarifa específica para el sector eólico porque, al final, el transporte tiene un costo que se traslada a los proyectos y merma su competitividad”, explica.
Esa es la razón, anota, de que los proyectos eólicos suelan ubicarse en la costa y lo más cerca posible de los puertos, donde “la logística es más noble”.

“Sin transmisión eléctrica no hay transición energética”, señala Vestas.
Finalmente, Scavino solicita no descuidar la construcción de líneas de transmisión eléctricas, necesarias para transportar la producción de las centrales eólicas hasta los centros de consumo.
“La infraestructura de transmisión debe de avanzar en tándem con la generación. Una tiene que ir de la mano con la otra para que el consumidor peruano se beneficia de una mejora en los costos. Sin transmisión no hay transición energética”, anota.
