Fredrik Gustafson, Head of Group Business Development, de Saab AB, estuvo en Lima participando en reuniones para fortalecer la marca en varios campos, como el de la defensa, donde además de participar en el proceso de renovación de la flota de combate de la Fuerza Aérea del Perú, es socio del SIMA en la producción de embarcaciones.

¿La apertura de oficinas Business Sweden en Perú tiene relación con que Saab, a través del Gripen, participe en el proceso de renovación de la flota de cazas de combate de la FAP?
La apertura no está directamente vinculada al proceso del Gripen, sino que es un reflejo del fortalecimiento general de la relación comercial entre ambos países. Existen empresas suecas con más de 100 años de presencia en el Perú, lo que evidencia una relación histórica y sólida. Desde Saab vemos esta apertura como una señal positiva de que Perú es un país prioritario para Suecia en cooperación y desarrollo conjunto. Además, permite trabajar como “Team Sweden” y fortalecer iniciativas en defensa y en otras áreas de innovación y sostenibilidad.
¿Cómo va ese proceso y de qué manera impactará en las relaciones con el Perú en otros campos de la defensa que también buscan modernizarse?
Saab participa activamente en el proceso y mantiene un diálogo constante con las Fuerzas Armadas. Sabemos que existe un presupuesto y estamos a la espera de la siguiente fase. Si Saab resultara seleccionada, esto impulsaría la colaboración en otras áreas de defensa que requieren modernización. Sin embargo, incluso si no ganamos este programa, la relación continúa: Saab trabaja con el Perú desde hace décadas, especialmente con SIMA, que ya produce nuestras patrulleras en el Callao y en Chimbote. La relación con las Fuerzas Armadas seguirá siendo de largo plazo.
¿Por qué considera que el Gripen es la mejor opción para ser utilizado en la región frente a otros sistemas como el F-16 y el Rafale?

El Gripen-E fue desarrollado para un país con una amenaza avanzada, pero con un presupuesto limitado, lo que lo convierte en un sistema altamente moderno, flexible y costo-eficiente. Gripen E es un avión completamente nuevo y permite actualizaciones continuas mediante software sin depender del fabricante. Además, resulta más económico en operación y mantenimiento. Es una solución ideal para países como el Perú, que requieren capacidades avanzadas con sostenibilidad operativa.
Años atrás el SIMA y Docksta Shipyard, filial del grupo Saab, concretó la producción local de patrulleras Combat Boat 90. ¿Cómo fue esa experiencia y cómo marcha el proyecto a la fecha?
La experiencia ha sido muy exitosa. Las primeras cuatro patrulleras CB90 ya fueron fabricadas en el Callao y han demostrado un excelente desempeño tanto en la costa como en la Amazonía. Recientemente se firmó un nuevo contrato para producir nuevas unidades, esta vez en los astilleros de Chimbote. Saab y SIMA han logrado una sólida relación basada en transferencia tecnológica, lo que permite que Perú fabrique estas embarcaciones de manera autónoma.

¿La experiencia con las patrullera CB90 ha sido la única que han tenido en el Perú o hay otras?
Saab ha producido cerca de 300 CB90 en el mercado global y ha realizado producción local en distintos países, como México, donde también se fabricó el modelo IC-16, una “hermana” de la CB90 con características muy similares. En el Perú, la cooperación principal ha sido con SIMA a través de las CB90, pero la experiencia global demuestra que este modelo de producción conjunta funciona muy bien en distintos mercados.
Parte de la ventaja diferencial de Saab en este tipo de contratos es el modelo de transferencia tecnológica y cooperación industrial u offset. ¿Puede explicar en qué consiste y cuáles son las ventajas para los países que contratan con ustedes?
Suecia es un país pequeño y Saab, depende de alianzas para desarrollar tecnología de punta. Por eso nuestro modelo siempre incluye cooperación industrial local. Este enfoque permite que el país comprador tenga control, autonomía y capacidad para mantener, operar y desarrollar los sistemas adquiridos. Escuchamos las necesidades de cada país y construimos modelos conjuntos que pueden involucrar universidades, industrias locales o incluso sectores no militares. Gracias a la red sueca de empresas, podemos ofrecer soluciones completas y sostenibles que fortalecen capacidades nacionales y aseguran independencia tecnológica.
¿Qué otras necesidades han identificado en el Perú y se podrían solucionar con la tecnología que ofrece actualmente Saab?
Perú tiene proyectos clave como SIVAN (Sistema de Protección y Vigilancia Amazónico y Nacional) y también de vigilancia internacional, en los cuales Saab puede aportar capacidades como radares terrestres, radares aéreos de alerta temprana, sistemas de guerra electrónica, comunicaciones, mando y control, y sistemas de misiles antiaéreos. Con más de 400 productos en nuestro portafolio, Saab puede apoyar integralmente el fortalecimiento de la vigilancia nacional y el desarrollo operativo de las Fuerzas Armadas. Actualmente, el Perú está analizando los requerimientos de su futuro sistema de defensa aérea de corto alcance, donde Saab ofrece la solución RBS 70 NG con un radar Giraffe 1X, y un Sistema Móvil de Defensa Aérea de Corto Alcance (MSHORAD).
¿En qué momento se encuentra la industria de defensa en América Latina en general, y en el Perú, en particular?
La región muestra un desarrollo desigual. Los astilleros militares son uno de los sectores más avanzados, con capacidades reales de exportación y programas complejos de modernización de submarinos y fragatas. En sensores y sistemas electrónicos la situación varía por país. En la industria aeronáutica, por ejemplo, Brasil destaca con Embraer y Perú ha tenido iniciativas importantes como la línea del KT-1. Se observa también una rápida expansión del sector de drones y sistemas no tripulados, donde existen oportunidades de cooperación.
¿Cómo ve el futuro de la industria de defensa en la región, qué productos o soluciones van a ser las más demandadas? ¿Qué sectores ofrecen mayores oportunidades para trabajar proyectos con Suecia?
Los desafíos de la región son similares a los de Europa: históricamente cada país muchas veces desarrolla capacidades individualmente, cuando lo ideal en la situación nueva sería concentrar esfuerzos a nivel regional. La demanda crecerá en áreas como drones, sensores, modernización naval y vigilancia. Más allá del sector defensa, existen grandes oportunidades en minería, telecomunicaciones, ciberseguridad y farmacéutica, donde empresas suecas ya tienen presencia. La relación no solo implica traer tecnología sueca al Perú, sino también que la industria peruana pueda aportar valor en Suecia.
¿Cómo manejan la alta competencia regional, especialmente frente a proveedores del sector Defensa de EE.UU. y Asia?
La competencia es normal y en muchos casos cooperamos con quienes también son nuestros competidores. En defensa las decisiones no sólo son comerciales, sino también políticas: un programa como la adquisición de un avión de combate define una relación estratégica de al menos 30 años. Por eso es fundamental que exista confianza entre países y una visión compartida de desarrollo a largo plazo.
¿Cómo están respondiendo a las nuevas amenazas globales, como ciberseguridad, drones, conflictos?
La innovación es el ADN de Saab. El 20% de nuestras ganancias se reinvierte en investigación y desarrollo, lo que nos permite avanzar en tecnologías críticas como software, ciberseguridad, sistemas no tripulados y defensa electrónica. La cooperación internacional es clave: como país pequeño, Suecia ha construido una red de alianzas que nos permite integrar conocimiento global en cada nueva solución.

¿Cuál ha sido el papel de Saab frente a la guerra con Ucrania? ¿Qué productos han colocado en el país?
La situación en Ucrania es un tema sensible y, por ello, es importante ser precisos. Saab hasta ahora no ha realizado muchas entregas directas. Sin embargo, sí hemos visto que varios países que contaban previamente con productos Saab han decidido donarlos a Ucrania como parte de sus paquetes de apoyo. En esos casos, Saab ha tenido un rol indirecto al acompañar los procesos de reposición o modernización de las capacidades de esos países. En cuanto a Ucrania específicamente, lo que ha llegado al terreno son principalmente sistemas de soporte y equipos que ayudan a fortalecer la defensa del país, entregados por terceros.
