Entre los implicados, el informe registra a oficiales de rango medio, aunque el grueso de los investigados es personal subalterno. Varios de estos últimos han trabajado en unidades especializadas como el grupo Terna, que son policías que, vestidos de civil, realizan operativos para capturar ladrones o traficantes minoristas de drogas.
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La información que fue dirigida el mes pasado al entonces jefe de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (Dirnic), general PNP Zenón Loayza Díaz, refiere que los efectivos se han involucrado con la criminalidad de diversas maneras, que van desde suministrar armamento o vehículos hasta la entrega de información reservada a cabecillas de los grupos criminales.
La modalidad delictiva que reúne más casos de efectivos se refiere a la entrega de información reservada de operativos o investigaciones policiales a integrantes de organizaciones criminales. La segunda modalidad más registrada es el abastecimiento de armas de fuego, municiones, grilletes o de autos oficiales a las bandas (ya sea cediendo unidades o transportando a miembros de las bandas).
Otro rubro detectado en los casos fue el encubrimiento de los efectivos para entorpecer y obstruir investigaciones, con el fin de favorecer a las organizaciones criminales.
Las 242 carpetas fiscales en la que están los cerca de 300 efectivos están repartidas en diferentes fiscalías especializadas contra la criminalidad organizada. Sin embargo, las fiscalías supraprovinciales, que investigan a organizaciones criminales a escala nacional , concentran la mayor cantidad con 15 casos.
La fiscalía provincial especializada en crimen organizado del noroeste, que comprende a Lima Norte, registra nueve casos.
— Los últimos casos—
En un reciente caso está involucrado el suboficial Alejandro Morales Rivera, de 32 años, efectivo de la comisaría de Bocanegra del Callao que colaboraba para Los Yepes, una organización criminal dedicada a la extorsión de transportistas y comerciantes del puerto chalaco.
En agosto pasado, se allanaron viviendas de la organización y también el casillero que tenía el suboficial en la comisaría. En el interior se hallaron armas y municiones que no pertenecían a la institución policial.
La fiscalía especializada investiga también a Los Piratas, un grupo criminal integrado por al menos 20 policías de inteligencia destacados en Tarapoto. Comunicaciones interceptadas muestran cómo los efectivos policiales coordinaban asaltos con precisión operativa, empleando información reservada y recursos institucionales para sus ataques.
—En busca de soluciones —
La Fiscalía Especializada en Crimen Organizado recomienda al comando que se “intensifiquen la inteligencia y contrainteligencia a fin de detectar tempranamente redes de corrupción y de efectivos que integran estas organizaciones”.
El exviceministro de Seguridad Pública Nicolás Zevallos coincidió en que la policía debería implementar mecanismos de inteligencia para detectar estos casos y procesarlos rápidamente. “Eso implicaría fortalecer la inspectoría para que también cumpla sus funciones”, dijo.
En esa línea, Zevallos añadió que los procedimientos de sanción son lentos y proteccionistas para los policías cuestionados. “Automáticamente interponen algún recurso”, agregó el también director del Instituto de Criminología.

Nicolás Zevallos señalaque la policía debería implementar mecanismos de inteligencia para detectar estos casos y procesarlos rápidamente. (Foto: Renzo Salazar / El Comercio)
Este Diario solicitó una entrevista formal a través de la Dirección de Comunicaciones de la PNP, pero no obtuvimos respuesta concreta hasta el cierre de esta edición. También se buscaron los comentarios del jefe de la PNP, general Óscar
