
El Ministerio de Salud (Minsa) decretó una alerta sanitaria nacional tras detectarse un brote de la bacteria Ralstonia pickettii que infectó a 28 pacientes en hospitales peruanos, vinculada a un lote contaminado del sedante Edetoxin, utilizado en unidades de cuidados intensivos. Aunque los casos se concentran en recién nacidos, esta bacteria puede afectar a pacientes con defensas bajas y causar infecciones graves si no se detecta a tiempo.
Ralstonia pickettii es una bacteria ambiental de tipo gramnegativo y aeróbico que se encuentra de manera natural en el agua, el suelo y las plantas, pero que también puede habitar sin causar daño en el cuerpo humano. Estudios publicados en Current Microbiology and Infection (CMI) y PubMed Central indican que este microorganismo puede formar parte de la flora comensal de la cavidad oral y del tracto respiratorio superior en personas sanas, permaneciendo generalmente asintomático. Descrita por primera vez en 1973, pertenece al grupo de bacilos no fermentadores de glucosa y está emparentada con especies como Ralstonia solanacearum y Ralstonia mannitolilytica.
Aunque es un patógeno poco frecuente, su relevancia médica ha aumentado por su capacidad de adaptarse a ambientes hospitalarios y mostrar resistencia a ciertos antibióticos. Los especialistas lo consideran un patógeno oportunista, pues solo provoca infecciones graves cuando el sistema inmunológico del paciente está debilitado. En individuos sanos representa un riesgo mínimo, pero puede causar enfermedades significativas en personas inmunocomprometidas o con condiciones crónicas, subrayando la importancia de su monitoreo en entornos clínicos.

De acuerdo con el CMI, los pacientes con fibrosis quística (FQ) son el grupo más vulnerable a la infección por Ralstonia pickettii. En ellos, la bacteria puede colonizar los pulmones y provocar infecciones respiratorias crónicas o neumonías de evolución prolongada. También se han registrado casos en personas con enfermedades como la diabetes mellitus, la cirrosis alcohólica o en pacientes sometidos a tratamientos intensivos que requieren hospitalización prolongada.
Las infecciones más comunes asociadas con este microorganismo incluyen:
- Neumonía, especialmente en pacientes con fibrosis quística o ventilación mecánica prolongada.
- Bacteriemia o sepsis, vinculada a catéteres y dispositivos intravenosos contaminados.
- Endocarditis, infección del revestimiento interno del corazón.
- Meningitis, cuando la bacteria alcanza el sistema nervioso central.
- Osteomielitis y artritis séptica, en casos de infección diseminada.
- Infecciones urinarias y de heridas, aunque son menos comunes.
Estas infecciones pueden complicarse si no se identifican a tiempo, ya que el microorganismo puede presentar resistencia a múltiples antibióticos, lo que dificulta su tratamiento.

El diagnóstico de Ralstonia pickettii se realiza mediante cultivos bacterianos en medios como agar MacConkey o a través de sistemas comerciales de identificación. Sin embargo, los expertos recomiendan métodos más precisos, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que permite detectar la bacteria en fases tempranas o en pacientes con infecciones mixtas, como los que padecen fibrosis quística.
Uno de los principales desafíos frente a esta bacteria es su resistencia antimicrobiana. Estudios del CMI reportan que ciertas cepas muestran resistencia a múltiples antibióticos debido a la producción de la enzima β-lactamasa OXA-60, que degrada varios antibióticos del grupo de los carbapenémicos. Los porcentajes de resistencia observados en aislados clínicos son los siguientes:
- Ciprofloxacino: 17%
- Trimetoprima-sulfametoxazol: 26%
- Aztreonam: 60%
- Piperacilina-tazobactam: 45%
- Ceftriaxona: 40%
- Ceftazidima: 30%
- Imipenem-cilastatina: 38%
- Aminoglucósidos: >60%
El tratamiento suele requerir la combinación de varios medicamentos, incluyendo:
- Quinolonas
- Cefalosporinas de tercera o cuarta generación
- Aminoglucósidos
Los resultados terapéuticos dependen del tipo de infección y del estado inmunológico del paciente. En los casos más graves, especialmente cuando hay dispositivos contaminados como catéteres o sistemas intravenosos, es indispensable retirar el material infectado para controlar la propagación de la bacteria.

Aunque las infecciones por Ralstonia pickettii siguen siendo poco comunes, su presencia en ambientes hospitalarios y su capacidad de resistir tratamientos convencionales la convierten en un microorganismo de creciente interés clínico. Investigaciones publicadas en PubMed Central subrayan que este tipo de bacterias debe considerarse una causa importante de infecciones asociadas a la atención médica, sobre todo entre pacientes inmunodeprimidos.
En algunos casos, los médicos enfrentan dificultades para distinguir entre una verdadera bacteriemia y una pseudobacteriemia (cuando la contaminación ocurre fuera del cuerpo), lo que puede derivar en tratamientos innecesarios. Por ello, los expertos recomiendan implementar protocolos de control de infecciones más estrictos y fortalecer la vigilancia microbiológica en hospitales.
