Con este propósito, hace unas semanas llegaron a Lima desde Japón los representantes de varias bodegas con mucha historia, de distintas prefecturas de la isla, cada una con sus propias bondades y características. Sus etiquetas se presentaron en dos eventos organizados por las empresas Fuku Trading y Hinode (uno en Machu Picchu y otro en Lima) para darlas a conocer al público junto a sus productores.
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Estas son algunas de las botellas distribuidas en nuestro país, de las bodegas japonesas Midorikawa, Kawatsuru Sake Brewery y Shimizu Seisaburou Shoten.
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“Los representantes de las propias bodegas japonesas han viajado hasta el Perú para presentar sus productos y presentarse ellos mismos”, destaca Juan Carlos Ynouye, gerente nacional de operaciones de Fuku Trading, firma que se dedica a la importación y a la distribución de productos asiáticos. De esta manera, este producto puede llegar a restaurantes, hoteles, bares, supermercados y tiendas especializadas.
Juan Carlos Ynouye, gerente nacional de operaciones de Fuku Trading.
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Juan Carlos resalta el evidente interés de las bodegas japonesas por el mercado latinoamericano, pero especialmente por el Perú. Han sido capturados por las virtudes de nuestra cocina. El efecto Maido, elegido como el mejor restaurante del mundo este año, ha reforzado quizá la manera de ver a nuestro país: “El mercado peruano, a través de la cocina nikkei, está ganando bastante terreno en cuanto a su popularidad en el mundo: en Europa, Estados Unidos, inclusive en el mismo Japón. Entonces, hay una tendencia por esta cocina fusión de larga data en el Perú”.
En opinión de Juan Carlos, para comenzar a generar un mayor interés y entender la bebida japonesa es muy importante conocer la cultura, características y posibilidades del sake. Y probarlo, claro.
Ante la amplitud de los gustos (y bolsillos) nacionales, en Fuku Trading tienen una gama no solamente en variedad, sabor o características del producto, sino también en precios. Como con cualquier bebida alcohólica, existen productos prémium y otros más asequibles. Los precios pueden oscilar desde S/50 o S/60 por botella hasta los S/200 o S/250, como sucede con las botellas de vino.
En Gyu Grill House se presentaron tres cócteles con el sake como insumo principal: el Kyuri Spritz, un Sake Sour de Frutos Rojos y un Kyuri Sour acompañados por una selección de quesos y charcutería.
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Dentro de las posibilidades, encontraremos botellas ideales para maridar con platos cítricos como cebiches o tiraditos. Los que tienen más cuerpo o son más fuertes los recomiendan con cortes de carne y los más suaves con pescados.
Una innovación que sirvieron en el evento en Lima, en Gyu Grill House del Grupo Edo, fue la coctelería de espíritu nacional protagonizada por el sake. Se sirvieron, por ejemplo, un refrescante kyuri spritz, el sake sour de frutos rojos y el kyuri sour.
Pasado embotellado
Dentro de las posibilidades de sake, está la producción de la bodega Kawatsuru Shuzo, fundada en 1891, en la ciudad de Kanonji, prefectura de Kagawa. Su representante, Kaori Kawahito realza que sus botellas tienen más acidez que otros sakes y son de un color lechoso. Acompañan muy bien los platos de cortes de carne, picantes, quesos y salsas con crema, como un ají de gallina. La bodega utiliza arroz cultivado en Kagawa y agua subterránea del río Saida, combinando métodos tradicionales con tecnología moderna.
Masae Shimizu junto a su hija Yuki Shimizu de la bodega Shimizu Seizaburo Shoten.
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En cuanto a la bodega Shimizu Seizaburo Shoten, fundada en 1869 en la ciudad de Suzuka, prefectura de Mie, su representante Masae Shimizu comenta que esta bebida viene por herencia de la familia de su esposo durante seis generaciones. “Es un sake especial porque se complementa con la gastronomía contemporánea actual”, nos dice. Sus productos prémium están dentro de la carta de Maido, por ejemplo. Esta bodega es considerada entre las mejores productoras de sake del mundo.
Kaori Kawahito, de la bodega Kawatsuru SHuzo, muestra el sake de coloración blanca, distinto a los tradicionales.
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Una tercera bodega que visitó nuestro país es Midorikawa Shuzo, fundada en 1884 en Uonuma, una región de Niigata, reconocida como la mejor zona arrocera. La familia Ōdaira, que gestiona el local por cinco generaciones, tiene raíces agrícolas que se remontan al siglo XVII, con registros de cultivo de arroz desde 1600: “Seguimos produciendo nuestro propio arroz frente a la bodega, de forma artesanal, sin fertilizantes ni pesticidas, y completamente a mano”, explican sus representantes.
Kazuki Odaira y Kazuri Matsui, representantes de Midoriwa Shuzo, bodega fundada en 1884, en Uonuma, Japón.
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Con estas muestras de tradición, nos damos cuenta de que el sake es más que una bebida, y una oportunidad para conocer más de la cultura japonesa. //
Tradición sagrada
Harou Matsuzaki, experto en sake, nos introduce brevemente en su historia: “Para los japoneses, el sake es más que una bebida alcohólica: es sagrada porque el arroz es un alimento que se otorgaba a los dioses, y el sake es un derivado del arroz. Si bien es una bebida alcohólica, tiene aspectos de tradición y forma parte de su cultura. Inicialmente, se consumía en ceremonias, fiestas y celebraciones. También se toma habitualmente en el hogar japonés. En las noches, al llegar a casa, se puede beber una copa o dos”.