La víctima del caso de violación sexual atribuido al congresista y actual jefe de Estado, José Jerí Oré, decidió acatar la decisión de la Fiscalía Suprema, que resolvió no formalizar ni tampoco iniciar una investigación preparatoria por falta de pruebas. Sin embargo, el caso sigue irresuelto, impune, opaco.
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El expediente ahora se encuentra en la Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Canta, donde el único acusado es el empresario Marco Cardoza Hurtado, amigo de Jerí. La agraviada acusó inicialmente a Cardoza y a Jerí. Cuando era un imperativo ordenar la detención, o impedir la salida del país de Cardoza, las autoridades no lo hicieron.
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De acuerdo con la versión de la víctima, José Jerí la invitó a una reunión de Año Nuevo en la Casa Club Santa Rosa de Quives (Canta, sierra de Lima), para el domingo 29 de diciembre de 2024. También fue convocado su tío político, Marco Cardoza. Partieron desde Huaral -donde viven y tienen sus negocios- en un taxi alquilado y conducido por el amigo de Cardoza, Luis Vega Heredia. Al borde del mediodía llegaron al punto y Jerí los recibió. En el lugar había una pareja de esposos amiga del legislador. A todos les invitó a beber pisco y compartir una damajuana de vino.
La denunciante relató que por efecto de la embriaguez, o quizás por alguna sustancia, se quedó dormida en una de las perezosas de la piscina, donde los demás disfrutaban bañándose. Luego Jerí se hizo cargo de la parrilla para la preparación de los alimentos. Dijo que no vio más.
Pero el chofer, Luis Vega, declaró que Marco Cardoza llevó a la víctima a una de las habitaciones. Ella reapareció a las ocho de la noche y se despidió del anfitrión sin hacerle ningún comentario. Junto con Cardoza volvió a Huaral en el mismo taxi conducido por Luis Vega.

Declaración fiscal de la víctima en la que precisa que el aroma de su tío es el mismo que percibió en la habitación donde despertó. Foto: La República
Incongruencias y vacíos
La denunciante relató que cuando llegó a su vivienda sintió dolores en sus partes íntimas y que compartió con su hermana la experiencia de lo que había sucedido: sospechaba que se había embriagado en exceso, se quedó dormida y la condujeron a una habitación del local campestre, donde fue abusada. El mismo lunes 30 de diciembre, acusó en la fiscalía de Canta por violación sexual a su tío político Marco Cardoza y a su amigo el congresista José Jerí.
A diferencia del congresista que acudió a las citaciones para rechazar la imputación, Cardoza envió en su lugar a su abogado, quien también negó la autoría. Era evidente la conducta de Cardoza, quien tampoco accedió a someterse a la prueba de ADN. Jerí sí lo hizo, y el resultado fue que no era el suyo. Pero hasta el momento se desconoce a quién corresponde el ADN encontrado en los genitales de la mujer. Entonces, ¿por qué la agraviada acusó inicialmente a Jerí? Ni ella ni su defensa respondieron a las llamadas.
Ante la evidente actitud obstruccionista de Marco Cardoza, la Fiscalía Provincial de Huaral debió requerir de inmediato la detención del sospechoso. Recién dispuso la ubicación y captura el 5 de marzo de este año: 29 días después que Cardoza abandonó el Perú con destino a Francia, el 4 de febrero. La huida sucedió cuando Jerí todavía se encontraba en condición de imputado. De haber sido impedido de salir del país, Cardoza podría haber ofrecido su versión sobre lo ocurrido en la reunión convocada por su amigo Jerí. Pero el caso contra Jerí ha sido desestimado sin contar con el relato del otro imputado.
El mismo abogado de José Jerí, Ricardo Caldas Fernández, reconoció que el caso está incompleto y ha quedado impune. Es decir, José Jerí Oré fue elegido presidente del Congreso (26 de julio) y designado jefe de Estado (10 de octubre), sin que se resuelva el caso de violación sexual que afectó a una amiga de su entorno cercano, a quien invitó para celebrar el Año Nuevo.
De hecho, la fiscalía debió pedir la detención, o el impedimento de salida del país de Marco Cardoza, en enero de este año, cuando se negó a someterse a la prueba de ADN, según admitió el defensor de Jerí.
“Las declaraciones de los testigos ya las tenía la fiscalía desde enero. La disposición que ordena el examen de ADN fue el 13 de enero, la misma fecha para los dos investigados (Jerí y Cardoza), pero en distintos horarios. Cardoza no se presentó. A José Jerí se le tomó la muestra de ADN el día 28 de enero y el resultado salió el día 21 de marzo, casi dos meses después”, dijo el letrado Ricardo Caldas.
“Cardoza no se presentó nunca, pese a estar citado. En el mes de febrero abandonó el Perú, y, casualmente, recién la fiscalía pidió su impedimento de salida cuando el señor ya se había ido. La Fiscalía y el Poder Judicial deben ubicar al responsable de los actos que la víctima ha denunciado y así la agraviada encuentre justicia. Ella se lo merece”, dijo el abogado de Jerí.

Luis Vega Heredia afirmó que vio que Marco Cardoza condujo a la víctima a la habitación donde ocurrió el asalto sexual. Foto: La República
Un bividí incómodo
Además del ADN que no correspondía a Jerí, la Fiscalía Suprema lo excluyó del caso por los siguientes hechos:
- Luis Vega Heredia, el chofer del taxi que trasladó a Marco Cardoza y a la víctima de Huaral a Santa Rosa de Quives y viceversa, declaró que observó que luego de beber abundante pisco que invitó José Jerí, Cardoza condujo a una habitación a la agraviada y los dejó de ver por horas.
- Marco Cardoza en un chat de WhatsApp con su ex esposa, Milagros Natividad Villalobos, aparentemente le confía que había cometido la violación, el 30 de diciembre (al día siguiente del hecho): “Con lo que me dices, son 25 años (de cárcel)”. Cardoza le respondió: “He cometido ese error grave. (…) Esa denuncia es violación. Y son (25 años de prisión) y son ¼ (un cuarto) de mi vida adentro (de la cárcel). (…) Ayúdame”. A lo que ella contestó: “Y ya no me digas qué hacer porque eso no es negociable”.
- La agraviada declaró a la fiscalía que al despertar encontró a un hombre con barba y sin cabello. Y reconoció que el aroma del perfume del sujeto era el mismo que percibió cuando viajó de Huaral a Santa Rosa de Quives. Es decir, Marco Cardoza Hurtado.
Ambos datos (la calva, la barba y el perfume) corresponden a la descripción de Marco Cardoza. Entonces, ¿por qué la agraviada acusó no sólo a Cardoza sino también a José Jerí?
La pista más relevante que ha quedado pendiente de aclaración es el hallazgo del bividí mojado de José Jerí en la habitación donde se produjo la violación. El mismo Jerí declaró al periodista de investigación Daniel Yovera, de Epicentro TV: “Yo no puedo adelantar ese tipo de información porque es producto de la investigación, pero mi persona no ha sido que ha llevado ni ha entrado en la habitación para dejar el bividí”.
¿Fue Marco Cardoza quien llevó la prenda de Jerí hasta el lugar de los hechos? Ni Jerí ni su abogado Ricardo Caldas han querido decir que fue Cardoza. Tampoco se le puede preguntar a Cardoza porque está no habido.