Tenía 16 años y era extrovertido. Cuando L.O.J., recibió una llamada telefónica, jamás imaginó que la muerte le acechaba. Apenas salió de su vivienda ubicada en la cuadra 4 del jirón Guisse, en el Callao, recibió una ráfaga de tiros. La emboscada fue tendida la noche del 3 de julio por dos sicarios.
Ser menor de edad en Perú se ha convertido en un reto de supervivencia. En los últimos nueve años han sido asesinados 437 adolescentes que hacen parte del panorama violento al que se enfrentan. De ellos, 348 eran varones y 89 mujeres.
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Casos como el de un menor de 16 años victimado a balazos cuando practicaba deporte en el parque Pedro Ruiz Gallo, en el Callao; o el de otro menor de 17 años acribillado en el puente peatonal María Auxiliadora, en San Juan de Miraflores; o el de otro menor de15 años asesinado en el Callao, el domingo 21 de septiembre, dan cuenta del riesgo inminente al que se enfrenta la población juvenil.
De acuerdo con información del Ministerio Público en el 2017 murieron 19 adolescentes; en el 2018 acabaron con la vida de 46 menores; en el 2019 fueron eliminados 38; mientras que, en el 2020, en plena pandemia, la cifra subió a 47 menores víctimas de homicidios.
En el 2021 las cifras no mejoraron, pues, 60 menores fueron víctimas mortales; en tanto en el 2022 fueron 58 los homicidios.
La aterradora tendencia continuó en el 2023 con el asesinato de 44 menores; en el 2024 aumentó a 62 homicidios y, finalmente, en el 2025 la cifra subió a 63 adolescentes victimados.
A propósito de los preocupantes datos, La República consultó con Carlos Bromley, médico psiquiatra, sobre los patrones de comportamiento de una persona proclive a cometer un crimen, especialmente en contra de un menor de edad.
“Son personas que tienen ciertos rasgos en su forma de ser, es decir, en la estructura de su personalidad, y esto sí se puede identificar desde etapas muy prematuras de la vida, desde la infancia, desde la adolescencia; entonces, las personas que van a cometer crímenes hacia un menor de edad son personas que desde muy jóvenes no respetaban la vida en general, porque son personas que muchas veces, incluso, durante su infancia, comenzaron haciendo daño a animales. Tienen conductas de manipulación hacia sus padres o, incluso, hacia sus parejas u otras personas”, afirmó el especialista.
Para los agentes de la División de Homicidios las causas de los casos de asesinatos a adolescentes son básicamente las venganzas, ajuste de cuentas, el tráfico de estupefacientes y la intolerancia.
En razón de ello, detallaron que en las zonas urbanas se presenta el mayor número de homicidios.
“Si lo comparamos proporcionalmente con los lugares donde habitan más los peruanos, encontramos que muchos son los casos de sicariato, pero también las riñas, la violencia intrafamiliar y los ataques por grupos residuales.
Según el Sistema Nacional de Defunciones actualizado, hasta el 16 de agosto, se habían registrado 61 homicidios de menores: 48 adolescentes y 13 niños.
Diez días después, el número subió a 67, con un aumento en ambos grupos etarios. El 7 de septiembre, la cifra alcanzó los 76 asesinatos y, finalmente, el 10 de septiembre se confirmó un total de 78 casos, de los cuales 59 corresponden a adolescentes y 19 a niños menores de 12 años.