Nuevos detalles revelados en Cuarto Poder revelarían que la muerte de José Miguel Castro, exgerente de Susana Villarán, se trataría más de un homicidio que suicidio, con el fin de silenciarlo.
Como se recuerda, José Miguel Castro, fue hallado sin vida el pasado 29 de junio en el baño de su departamento en Miraflores y la policía refirió primero de un suicidio, pero los peritos forenses aseguran que las características de la herida son incompatibles con esa versión.
Según el informe pericial de necropsia médica legal N.º 001895-2025, las características de corte no son compatibles con las de un suicidio, pues la herida mide 27 cm de longitud, con anchura máxima de 5.0 cm y máxima profundidad de 4.5 cm, situada entre 5 cm por debajo del ángulo mandibular y 10 cm por encima de la horquilla esternal.
Además, la herida es lineal, de bordes lisos. Miguel Pérez Arroyo, criminólogo, indicó que la profundidad de 4.5 cm comprometió la arteria carótida, lo que hace prácticamente imposible que él mismo se lo hubiera provocado.
Así también, explicó que el corte es inusual y prácticamente es un cercenamiento, situación que resulta imposible que se haya realizado el mismo José Miguel Castro.
Cabe mencionar que José Miguel Castro estaba dispuesto a colaborar, corroborando que Odebrecht y OAS sí hicieron aportes a las campañas de Susana Villarán en el 2014 y 2013 por más de 11 millones de dólares a cambio de beneficios.
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Sumado a ello, Paula Maguiña, viuda de Castro, detalló ante la Dirincri una situación que complica aún más el caso. Describió que la puerta del baño donde apareció el cuerpo estuvo cerrada y luego apareció abierta, sin rastros de sangre, con un pie asomando.
“Quiero precisar que durante el 29 de junio, mi hijo menor me contó que él había bajado cuando yo me estaba bañando y mi suegro estaba bañándose en el baño de su cuarto. Es así que mi menor hijo baja en compañía de su amigo porque querían ir al baño y tocó la puerta del baño del primer piso y nadie contestó. Intentó abrir y no pudo abrir, entonces entraron a la cocina, tomaron agua y nuevamente subieron y se fueron a su cuarto y cerraron la puerta”, señala la declaración del 3 de julio.
“Quiero precisar que, cuando mi suegro baja, él vio la puerta del baño del primer piso abierta y ve un pie”, añade.
Asimismo, reveló que su esposo tenía planes de reinsertarse laboralmente tras el juicio y que nunca quiso hacer algo que afectara a sus hijos:
“Yo no puedo imaginar a mi esposo haciendo algo que pueda lastimar a mis hijos (…). Teníamos planes a futuro, quería reinsertarse laboralmente y podríamos reunirnos todos como familia”, finaliza.
Al respecto, el Ministerio Público ya abrió investigación por homicidio y analiza nuevas pruebas; exámenes toxicológicos, llamadas telefónicas y el testimonio de un testigo hasta ahora desconocido (el amigo del hijo menor de Castro), quien estuvo presente esa madrugada en el departamento.
Al mismo tiempo, Miguel Pérez Arroyo, también resaltó que se debería hacer una prueba de campo.