Aforos superados y cero control: el – El reportero andino

“No es solo cansancio, es como si me robaran la vida todos los días”, dice Fiorella, cajera en Miraflores. Vive a unas cuadras de la estación Naranjal y cada mañana debe salir antes de las 5:00 a. m. para asegurarse de llegar a tiempo al trabajo. Lo más desesperante no es el tráfico, ni siquiera el apretujamiento dentro del Metropolitano de Lima. Es el tiempo que pasa esperándolo. “Hoy esperé una hora. Una hora… parada, cansada y con la angustia de que no llegaría”, relata.

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