
Lo que comenzó como una protesta local por la concesión del transporte hacia Machu Picchu terminó convertido en un escándalo de alcance global. La crisis que mantiene en vilo al principal atractivo turístico del país no solo ha afectado a miles de visitantes y familias cusqueñas que dependen del turismo, sino que ahora ocupa titulares en medios de gran prestigio internacional, que advierten sobre los peligros de una gestión deficiente que amenaza incluso el título de “Maravilla del Mundo”.
Las imágenes de más de 1.400 turistas evacuados tras quedar varados por bloqueos, los llamados de organizaciones internacionales y las críticas al manejo del santuario histórico han encendido las alarmas. La coincidencia entre las coberturas de Bloomberg, CNN y El País es clara: Machu Picchu atraviesa una de sus peores crisis de imagen en décadas. Lo que ocurre en Cusco ya no se percibe como un conflicto local, sino como un escándalo que daña la reputación del país en el escenario internacional.

El diario El País de España publicó una extensa crónica en la que advierte que el caos en Machu Picchu amenaza con hacerle perder su estatus de Maravilla del Mundo. Según el medio, la alerta emitida por New7Wonders ha caído como un “baldazo de agua fría” para la sociedad peruana y, especialmente, para el sector turístico y hotelero de Cusco.
El periódico recuerda que la masificación turística sin planificación, la venta irregular de entradas y los problemas en el sistema de transporte han marcado la experiencia de los visitantes en los últimos años. Además, cuestiona la postura del gobierno, que intentó restar importancia a la advertencia alegando que la Unesco no ha incluido al santuario en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro.
El País también hace memoria sobre la fallida digitalización de la venta de entradas con Joinnus en 2024, que desató un paro indefinido y bloqueos en las vías férreas. Hoy, pese a una plataforma mixta de ventas, los inconvenientes persisten y siguen generando descontento. Para el gobernador regional de Cusco, Werner Salcedo, el panorama es alarmante: “El 60% de la economía cusqueña está ligada al turismo. No podemos permitir que decisiones mal tomadas afecten a miles de familias”, declaró.
El medio europeo concluye que, mientras el Ejecutivo apuesta por minimizar el problema, el riesgo de que Machu Picchu quede fuera de las Nuevas 7 Maravillas sería un golpe fatal para el turismo y la reputación internacional del país.

La cadena CNN fue más dura al señalar que Machu Picchu está en riesgo de perder su “credibilidad” como una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo. Citando a la organización New7Wonders, el medio recordó que el reconocimiento obtenido en 2007 no es solo honorífico, sino que implica un compromiso de conservación, gestión responsable y cumplimiento de estándares internacionales.
Jean-Paul de la Fuente, director de New7Wonders, aseguró en entrevista con CNN que esta crisis debe entenderse como “un llamado de atención para poner la casa de Machu Picchu en orden”. Aunque aclaró que aún es prematuro hablar de una exclusión, insistió en que los problemas de masificación, venta irregular de boletos, fallas en el transporte y conflictos sociales requieren soluciones estructurales de corto y largo plazo.
CNN también recogió la respuesta oficial del Ministerio de Cultura, que intentó minimizar la advertencia señalando que la Unesco es la única entidad competente en materia de patrimonio mundial. Sin embargo, el medio subrayó que la declaración de New7Wonders ha tenido gran impacto porque pone en tela de juicio la capacidad del país para gestionar su principal atractivo turístico. Además, recordó que no es la primera vez que el santuario enfrenta crisis similares: en 2023 y 2024 ya hubo bloqueos que afectaron el acceso al sitio arqueológico.

El medio económico Bloomberg destacó que las protestas por el contrato de los buses hacia Machu Picchu paralizaron durante varios días el transporte ferroviario y obligaron al gobierno a evacuar a más de mil visitantes. Según la ministra de Turismo, Desilu León, 679 turistas fueron los últimos en ser retirados de la zona, tras quedar aislados sin otra forma de abandonar Machu Picchu.
La publicación advierte que esta nueva crisis llega en un momento especialmente sensible: la industria turística aún no logra superar el golpe de la pandemia y la reiteración de bloqueos en los últimos años amenaza con deteriorar definitivamente la imagen del destino. “Un turista extranjero que viene a Perú y no puede visitar Machu Picchu puede decidir cambiar de destino”, advirtió Juan Stoessel, vicepresidente de la Cámara de Turismo de Cusco, citado por Bloomberg.
El reportaje también puso la lupa sobre la falta de transparencia en la concesión del servicio de buses, que genera cerca de US$32 millones al año. La exviceministra Madeleine Burns explicó que el proceso no se licitó a tiempo, lo que dejó la sensación de favoritismo hacia una empresa en particular. Para Bloomberg, este conflicto refleja un problema más profundo: la coexistencia de múltiples actores (gobierno central, autoridades regionales y comunidades locales) con intereses contrapuestos sobre Machu Picchu.