“Yo siempre he estado en la política, pero más me he dedicado a mis temas profesionales, y a temas del plan de gobierno y esas cosas”, dice Carlos Neuhaus para explicar que no es un recién llegado a la vida partidaria ni al PPC. De hecho, postuló a regidor de la municipalidad de Lima por ese partido en dos ocasiones, en 1986 y 1989, aunque la fortuna le fue esquiva. Hoy, con 74 años y un ritmo frenético que combina su práctica empresarial con los compromisos políticos, lidera los esfuerzos por fortalecer la alianza que el PPC tiene con Roberto Chiabra. Sus horarios son milimétricos, apenas le dejan tiempo para surfear de vez en cuando. Además, usa metáforas deportivas para describir lo difícil que serán los comicios del próximo año. Sabe que no son favoritos, pero quiere dar la sorpresa.
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Pareciera que al PPC le han caído todos los años encima. Desde el 2011 no tiene congresistas electos y su último candidato a la presidencia, el señor Beingolea, en el 2021 quedó decimoprimero, con 1.9 de los votos.
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Sí, bueno. Lamentablemente fue una campaña muy austera la de él y le volaron casi todos los candidatos al Congreso por Lima. Así que entró al ring con una mano amarrada atrás. Porque eso no se le permitió salir y tratar de conseguir algún recurso y Alberto tuvo que bandearse con lo que tenía. Entonces, fue un poco ir contra la corriente y en subida. Y bueno, los años son experiencia. El PPC es un partido que fundó el doctor Bedoya…
Con casi 60 años.
Así es, hemos sobrevivido. Hay partidos que han tenido bastantes golpes y ya no están. Nosotros hemos sabido sobrevivir cuando hemos salido a recoger firmas. Tenemos abuelo, padre y nieto que se inscriben. El PPC siempre ha sido un partido de cuadros, que ha tenido la capacidad de convocar gente. En el caso nuestro, cuando ya logramos la inscripción, pudimos convocar más de 100 personas para el plan de gobierno.
Es interesante hablar del poder de convocatoria del PPC porque durante años han tenido la imagen de que son un partido de abogados limeños.
Bueno, felizmente ya no hay tantos abogados.
Usted mismo es un administrador.
Yo estudié Administración y Economía. A López Aliaga le preguntaron por qué no va con el PPC y él respondió que es un partido de abogados de Confiep y de Capeco.
¿Eso le dijo López Aliaga?
No, no, se lo dijo a Milagros Leiva. Entonces yo volví y le dije que por favor me diga dónde están, no los encuentro. Pero sí, ayer hemos tenido una reunión con gente del plan de gobierno bastante interesante y abogados hay…
Como es la tradición.
Como es la tradición y la realidad en nuestro país. Si uno ve el Congreso, muchos han estudiado derecho.
Siento que está pidiendo que no estigmaticen a los abogados del PPC.
Bueno, mal de muchos, consuelo de tontos. Muchos se dedican a esa profesión. Y quizá son los más famosos porque aparecen en los programas, con las interpretaciones legales. Siempre hay un abogado penalista o corporativo, o un constitucionalista.
Y en los últimos años se ha judicializado la política.
Totalmente. Y yo no puedo hablar mal de los abogados, porque mi abuelo y mi padre eran abogados y tengo una hija que es abogada. Pero lo que estamos viendo es que la justicia está muy enferma. Uno voltea por aquí, y hay de todo como en botica. Estamos viendo un espectáculo que no quisiéramos tener. Y ya no sabemos a quién creer. Yo me creo medianamente informado, pero llega un momento en que te preguntas quién tiene la razón, esta persona o la otra.
Ahora, el otro problema del PPC es que lo ven netamente limeño. Tengo una duda. ¿Alguna vez han tenido un diputado o un congresista de regiones como el Cusco o Punto?
Sí, claro. De Huancavelica también.
¿Han tenido? ¿Electo?
Senador, sí, el papá de Patricia Benavides.
¿Y en el Cusco?
No me acuerdo, pero también hemos tenido.
¿Seguro? ¿En Puno?
En Puno no lo sé. Hemos tenido en Tacna, hemos tenido en Arequipa, hemos tenido en Loreto, hemos tenido en Piura, hemos tenido en Chiclayo. Y yo he viajado bastante en estos últimos años por el Perú.
¿Y encuentra bases del PPC?
Sí. Algunos trabajan más, algunos trabajan menos, pero sí hay. He estado en Huánuco, por ejemplo, me invitaron a la universidad, con gente del PPC. He estado en Iquitos. He estado en Tarapoto, en Lamas.
Claro, pero entiendo que debe tener claro que igual existe la percepción de que son netamente limeños.
Claro, existe esa percepción y hay que cambiarla y por eso yo me muevo por todo el país.
Ahora, si tiene claro que debe revertir esa percepción, que la alianza que acaban de formar, integrada por el PPC y por Unidad y Paz, del general Chiabra, que es otro movimiento nacido en Lima, ¿no es una desventaja?
No. El general Chiabra es una persona que ha vivido en todo el Perú. Y hay gente de todos lados. Somos unidos es un partido netamente provincial, y está con nosotros. Hemos buscado eso. Y lo que me ha frustrado un poco es que nosotros siempre hemos hablado de que los que pensamos parecido debemos hacer el esfuerzo de ir juntos e ir en alianzas.
Habla de las opciones del centro a la derecha.
Sí, en el caso nuestro, del centro para la derecha. Hemos dicho: Oye, juntémonos, pongamos los egos a un ladito y pensemos en el país.
Pero ese llamado no ha tenido éxito.
No, no pues. Los egos han sido más fuertes. Lo que sucede es que todos los partidos han creado bases y al generar bases también generan expectativas en sus afiliados. Y muchos entran a la política porque quieren ir al Congreso, porque quieren ser regidores, alcaldes o gobernadores regionales, tener algún puesto público. Unos los hacen para servir el país y otros para servirse del país. El tema es saber diferenciar quién es quién.
¿Le preocupa esa sobreoferta de candidatos y expectativas que hay en la derecha? Porque si uno ve las encuestas hay tres candidatos arriba que son más o menos lo mismo.
Con estilos distintos.
Sí, aunque tranquilamente podrían compartir ministros si llegan al poder.
Sí, es posible que pueda suceder eso. Hay temas en el poder que son menos políticos que otros. Y yo siempre he pensado, y en eso coincidimos con el general Chiabra, que tenemos una triplicidad, cuatriplicidad en temas de obras. Y se podría racionalizar eso, tener un Ministerio de Obras Públicas, por ejemplo, o un Instituto de Obras Públicas, donde todas las construcciones del Estado se hagan, priorizándolas. O sea, acá construyen por aquí y por allá. Hay grandes obras que a veces asumen los gobiernos regionales y para las que no están capacitados. Y si tenemos, por ejemplo, una sola entidad preocupada por obras, vamos a tener concentrados ahí, tipo Banco Central, a los mejores ingenieros, a los mejores arquitectos, y además Contraloría va a poder fiscalizar mejor, porque ahora están por todos lados, desparramando esfuerzos, y además si son malos funcionarios los botan de un sitio y caen en otro, y siguen dando vueltas.
Ahora quiero insistir con esto. Al PPC se le identifica con la derecha, pero si hay una sobreoferta en este sector, si hay muchos candidatos de la derecha, ¿eso no los perjudica a ustedes?
Bueno, ya estamos lanzados a la competencia. Pero cinco años atrás, en esta misma época, los posibles presidentes eran otras personas. Y el Perú es de sorpresas.
Claro. Según las encuestas iniciales, el señor Forsyth debería ser en este momento el presidente.
Sí. O el señor Lescano. Y obvio, para las próximas elecciones esto tiene que corregirse. Ojalá que al final la gente diga: “Yo me voy por esta persona que me parece más seria, que no se pelea con todo el mundo y que me ofrece la perspectiva de mejores resultados”. Lo que queremos, al final de cuentas, es alguien que nos solucione los problemas.
¿Usted considera que ese factor es importante? Porque, efectivamente, las personas que están en este momento en los primeros lugares de las encuestas están peleándose unos contra otros, lanzándose dardos.
Así es. Pasan por arriba las balas.
Y eso -dice usted- le conviene a los que están más rezagados.
Eso no le conviene al país. Yo no creo que le guste a la gente estas matonerías de los candidatos, de un lado o del otro. Allí está el achorado, ¿no? Y ya pues, te mechas, ¿y después qué? O sea, ofréceme soluciones. ¿Cómo me vas a resolver el tema del agua potable? ¿Cómo me vas a resolver el tema de infraestructura? ¿Cómo vamos a hacer con las carreteras que tenemos que hacer para conectar la selva con la costa? ¿Cómo tenemos que terminar de hacer una carretera que sea una buena longitudinal de la sierra? ¿Cómo podemos hacer para que el agua llegue a los valles de la costa? ¿Cómo podemos hacer para que el agricultor pequeño saque sus papas de la sierra? O sea, esos son los problemas que hay que resolver.
Ahora, para llegar a la alianza que tienen con el señor Chiabra participaron de un diálogo que estuvo impulsado por Jaime de Althaus, ¿quiénes más estuvieron allí y por qué no se logró una cosa más amplia?
A ver, eran Jaime de Althaus, Gonzalo Prialé, Lucho Villanueva y Fernando Cilloniz, que ha regresado a tratar de buscar una unión. Y, bueno, se ha trabajado un tema de seguridad. Han participado técnicos de seis partidos. Ha habido el tema del agua también. Se ha hecho un documento que se ha publicado. Y esta semana hemos tenido la primera reunión para el tema de la salud.
Así que el diálogo continúa a nivel programático.
Sí.
¿Y con quiénes han conversado?
En eso ha estado Fuerza Popular, Avanza País, ha estado Renovación, ha estado Fiorella Molinelli. El APRA también estuvo. Jorge Castillo ha estado muy preocupado de hacer estos esfuerzos comunes. Pero ahí no tocamos temas políticos. Decían: “¿Cuál es el problema de la seguridad?”. Y se hacía un trabajo técnico para identificar, levantar y presentar sugerencias. Se ha hecho un trabajo en seguridad bien interesante, y nosotros lo estamos integrando en nuestro plan de gobierno.
¿Y los otros partidos también podrían hacer lo mismo?, ¿Podría haber propuestas idénticas?
Bueno, evidentemente algunos partidos dijeron no, yo quiero este otro tema. Eran temas adjetivos, pero no sustantivos. Y como no se generó consenso, se dijo: Bueno, mira, estamos de acuerdo en todo, y en esto que no genera consenso, tú ya responderás en tu plan de gobierno. Y las conversaciones son normales, he estado en varias de las reuniones, incluso muchos se conocen de antes.
¿Y siguen conversando, a pesar de que el señor López Aliaga piensa que ustedes son abogados de Confiep?
Sí, bueno. Yo creo que se le ha chispoteado ahí.
Se le chispotean muchas cosas al señor López Aliaga.
Es un amigo, y lo estimo mucho, pero a veces debemos conversar en privado.
¿Postularía al Senado, o esperaría a algún otro cargo en el caso de que gane?
A ver, yo soy una persona a la que le gusta la acción. Me es muy difícil soportar discursos que no llegan a nada. Incluso en las mismas reuniones nuestras, yo soy más de hacer, con una hora o dos horas de conversación ya está. Pero yo he tenido que ir varias veces al Congreso, desde que estaba en Cofide. Y para los Panamericanos me tocaba ir con cierta frecuencia, para mostrar los avances. Entonces, conozco eso.
Está claro que para usted era un poco insoportable ir al Congreso.
Yo prefiero estar en donde hay acción.
En una entrevista con Fernando Vivas, en RPP, dijo que le preocupaba mucho el populismo de este Congreso, que había iniciado una farra fiscal. ¿A qué proyectos concretos se refería?
Bueno, por ejemplo, lo que está sucediendo con se saquen las CTS, el que se saquen los dineros de las AFPs.
¿Le preocupaba, por ejemplo, que se redujera el IGV, de 18 a 14 por ciento?
Yo creo, el Congreso no tiene iniciativa en gasto. A mí lo que me preocupa es que cuando empieza una cosa, el otro que está al costado va a pedir lo mismo. Dice: ¿Por qué le dan a Juan y no me dan a mí? Y ahí la economía se empieza a desordenar. PPK quiso hacer eso, bajar el IGV, pero se dio cuenta de que no alcanzaba. O sea, sí me preocupa porque genera distorsión. Ahora, igual hay que ver algunos mecanismos especiales para atacar el tema de la falta de formalidad.
¿Qué le preocupa exactamente?
Me preocupa que estén bajando a uno y no a otro, porque lo que va a suceder es que el otro va a reclamar lo mismo.
Usted está hablando del supuesto beneficio que le van a dar a las municipalidades.
Bueno, al margen de a quién se la den, es el principio. Se desordena un poco. Y para controlar eso, uno va a tener que tener más burocracia.
¿Y ha conversado de eso con el señor Chiabra, por qué él votó a favor de reducir el IGV?
No he conversado de eso. Pero, de lo que he conversado con él, a mí me parece que es una persona que sí le interesa la disciplina fiscal. O sea, puede haber votado, no sé por qué, pero sí le interesa la disciplina fiscal. Tiene muy claro que el sector privado es el generador de los recursos. Si no hay buena cantidad de recursos, no van a haber escuelas, no van a haber hospitales, no va a haber infraestructura, etcétera. Entonces, sí, hemos tenido una conversación larga sobre temas nacionales. Y creo que él, de lo que hemos hablado, la tiene clara.
Ahora, el común de la gente no hace una diferencia entre uno y otro congresista. Para la gente, todos están desprestigiados. ¿No es un peligro eso? Quieren llevar como candidato a alguien de este Congreso.
Mira, el Congreso es el reflejo del país. Y hay gente muy buena y hay gente todo lo contrario. Entonces, lamentablemente a él y a otros pocos les cae.
Ahora, un sector de la derecha ve como velasquista al señor Chiabra, hubiera preferido que él fuera más cercano a Pinochet.
Él, digamos, se puso en la época que él era teniente y empezaba su carrera, cuando Velasco quiso recuperar lo que perdimos y el Perú se armó hasta los dientes, claro que eso generó una deuda pública tremenda, pero es lo que en ese momento sucedía. Y él, desde el punto de vista militar, tenía que seguir órdenes. Era una persona joven. Hasta que llegó Morales Bermúdez, todos los ministerios eran…
Dirigidos por generales.
O eran marinos o de la Fuerza Aérea. Mire, nosotros hemos tenido largas conversaciones y pensamos de acá para adelante, el pasado es historia.
Última pregunta. ¿Cuál es el desafío más grande de estas elecciones para el PPC?
Bueno, esto es como lo de un maratonista, que debe atropellar desde atrás y que va a tener que hacer un esfuerzo extraordinario para llegar adelante. Y estamos confiados. Tenemos, digamos, las ganas y las fuerzas. Quizás la economía no tanto, pero hoy día, con redes sociales, hay miles de formas de compensar eso.
¿No encontraremos donantes anónimos para la campaña del PPC?
No. No habrá. Pero sí quiero decirle lo siguiente. Ningún banco está aceptando cuentas de partidos políticos. Entonces, vamos a tener otra vez la minería informal, el narcotráfico, financiando algunos partidos. Porque, como dice el refrán, de dónde pecata mía si no es de la sacristía.