— ¿Usted que es uno de los penalistas más reconocidos de nuestro país reconoce que existe un desmadre institucional en el sistema judicial?
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La historia del Perú es la historia de una república en construcción y por eso el sistema de justicia casi siempre está en crisis, sometido al poder, principalmente en su momento al poder militar y económico. Esta crisis actual tiene un componente adicional que es una guerra entre las instituciones, hay una guerra entre el Congreso, el Ministerio Público, concretamente la Fiscalía de la Nación, la Junta Nacional de Justicia, el Poder Judicial. Antes la crisis del sistema era escondida, solo los poderosos la conocían y los litigantes la sufrían. Hoy es evidente por los medios de comunicación.
— ¿Por qué esta crisis interinstitucional?
Para que funcionen bien las instituciones, la autoridad tiene que aceptar estar sometida al poder. El poder debe ser sometido a un control; en el Perú las autoridades no quieren someterse a ese control.
— ¿Pero los jueces y fiscales no están sometidos al poder mediático? ¿El sistema judicial actual ha renunciado a la imparcialidad para complacer a la opinión pública?
La justicia mediática fue denunciada por primera vez en el caso del expresidente Fujimori. Hablé entonces de la justicia mediática que influye decisivamente en jueces y fiscales. A los jueces les quita independencia e imparcialidad y a los fiscales les quita objetividad. Recuerdo mucho a un juez en la Corte Suprema que me dijo: tú podrás decir que tu cliente es inocente o culpable, pero los titulares dicen que es culpable. Lo condenó. Anuló la sentencia absolutoria.
— Pero esa es una renuncia total a la imparcialidad.
Completamente, y es una crisis que existe. ¿Quién hace que un juez sea imparcial? Primero su conciencia. Hoy no solo existe justicia mediática, también hay fuertes ideologías que son las que van gobernando el sistema de justicia. Sesgos que afectan la independencia, la imparcialidad.
— ¿Y cuál es el sesgo que hoy predomina?
Depende de los casos. Por ejemplo en el Caso Lava Jato se notó que hay un sesgo político, porque la fiscalía atacó duramente a un sector político y al otro, no. Si comparamos como se trató a Keiko y PPK, al mismo Ollanta, no fue la misma vara de Vizcarra y Susana Villarán. Y yo sé por muy buena fuente que la ex fiscal de la Nación, Patricia Benavides, lo primero que le dijo al equipo Lava Jato fue: me cambias la orientación, porque si te están cuestionando que tiene sesgos ideológicos, demuéstrame que no; la misma fuerza que sigues para Keiko, para Alan García, para PPK, síguela para Susana Villarán, para Martín Vizcarra.
— La mayor preferencia fue con Vizcarra. Lo han tratado con guantes de seda.
En el caso del expresidente Vizcarra, yo sí tengo serios indicios para afirmar que a nivel de la fiscalía de alguna manera tenía un trato preferente, quizás por haber destruido al fiscal Chávarri. Como abogado de la exministra de Salud, Elizabeth Hinostroza, ministra del régimen de Vizcarra, yo conocía que había un caso totalmente armado por las pruebas rápidas y la fiscalía no reacciona todavía. Es increíble.
— ¿Salió libre por sus tentáculos?
Decir que el Poder Judicial lo ha beneficiado sería injusto. La sala que ha dejado sin efecto la prisión preventiva y que se mantenga la comparecencia simple es una de las mejores, si no es la mejor en lo que es actualmente el mejor subsistema de justicia que tiene el Poder Judicial y que ve los casos más complejos de organización criminal. Es una sala de jueces independientes y ha marcado jurisprudencia. Ha dicho: ¿si Martín Vizcarra participa en un juicio y concurre a todas sus audiencias, si la comparecencia simple que hoy tiene funciona, cómo saltar a una prisión preventiva?
— ¿Tenemos la seguridad de que Martín Vizcarra se presentará el día de la lectura de sentencia?
No la tenemos. Pero la prisión preventiva no puede ser el anticipo de una pena, eso es lo que ha marcado esta sala.
— Si Vizcarra fuga como Nadine, la famosa sala quedará mal parada.
Tú sabes que yo he sido abogado de Ollanta. A mi modo de ver, ella ha sido arbitrariamente condenada y, tratándose de una familia que ya fue destruida una vez, comprendo su decisión.
— Bueno, José Graña Miró Quesada terminó en libertad justamente por contar los pecados de Ollanta y de Nadine.
Respecto a las colaboraciones eficaces de los Graña, pienso que han sido fabricadas como muchas colaboraciones. Esto lo denuncié desde el caso de Fujimori cuando decía que había una fábrica de colaboradores eficaces. Todos los Colina decían que ninguno había matado. Entonces, al final habían matado el general Hermosa y Fujimori porque todos los Colina decían: yo soy un chofer, soy contención, yo cuido, yo no disparo. De la información que los Graña han brindado, el 70-80% es la información que ellos obtuvieron o que Jorge Barata les dijo.
— ¿Está diciendo que en el Perú se arman colaboraciones eficaces?
Sin duda alguna. La colaboración eficaz es una técnica de investigación buena, ha funcionado en muchos países, en Italia destacó muchísimo para desarmar a la mafia y acá si Matilde Pinchi Pinchi sabemos que Montesinos no estaría preso. Hay buenas colaboraciones eficaces. Pero con el tiempo, ¿qué sucedió? Dos grandes problemas para mí. Uno: dejar que las declaraciones de los aspirantes se usen. Y segundo: como no había plazos, los tenían a los aspirantes cinco, seis, siete, ocho años para poderlos utilizar cuando querían. Como no le daban su acuerdo, tenían a la persona desesperada. Además, las reuniones de fiscales y colaboradores era sin abogados. Este Congreso, en medio de tantas cosas malas, dio una buena ley y restituyó que no puede haber reunión sin abogado. Las declaraciones hoy se graban.
— Ya se sentenció por segunda vez al expresidente Toledo, y si uno revisa las dos sentencias condenatorias (la de IIRSA y la de Ecoteva) el testimonio de Jorge Barata es central.
El tema es de quién es la casa, de quién es la oficina, ¿se pagó la casa que tienen en la playa en Punta Sal? Es evidente que era a favor de Toledo y su señora, quién manejaba Ecoteva, porque la suegra del expresidente Toledo es la titular de esa empresa. Ese caso desde el comienzo estaba muy sólido. En el otro caso, en el de IIRSA, si el sistema quisiera ser justo, no puede hablarse de colusión desleal de un presidente, porque este delito sólo lo cometen los funcionarios que participan en los procesos de contratación. El presidente de la República no participa.
— ¿Alguna opinión sobre la salida de la procurada Silvana Carrión? Ella le ha echado la culpa al alcalde López Aliaga y al ministro Santivañez.
Es una consecuencia de la debilidad de la Procuraduría General de la República. No tiene justificación técnica y el retiro afecta el funcionamiento de la Procuraduría Ad Hoc. No veo quién con la misma experiencia pueda reemplazarla.
— ¿Y que puede decir del Eficcop?
La primera etapa, cuando enfrenta el régimen del presidente Castillo, es un hito muy importante, porque es la primera vez que la justicia se enfrenta al poder en ejercicio. Fue extraordinario para la justicia peruana. Se demostró que los poderosos si podían ser tocados.
— ¿Cuándo empieza la caída del Eficcop?
Cuando arrancan los líos entre la fiscal de la Nación y Marita Barreto: qué te saco, que no te saco, viene el caso Valkiria, el agente Roberto, el filósofo Jaime Villanueva. Convirtieron la labor en un chihuahua porque el régimen de la presidenta Boluarte sí logró lo que no pudo el expresidente Castillo: desactivar el músculo de la fiscalía.
“La probabilidad de que absuelvan a Castillo por el caso de rebelión es muy alta”
— ¿Delia Espinosa podrá continuar como fiscal de la Nación? La JNJ resolverá pronto si la suspende.
Y además está la denuncia constitucional. Hay una alta posibilidad de que el Congreso descabece de una vez al Ministerio Público y lo declare en reorganización. Creo que el Congreso ya decidió cortarle la cabeza a la fiscal de la Nación.
— ¿Por qué lo lo dice?
Porque la denuncia constitucional contra la fiscal de la Nación ha volado. Mira la lentitud con las denuncias constitucionales que tiene el presidente Castillo. El Congreso tiene una muy mala lectura o se ha aliado al grupo de Castillo. No entienden que la probabilidad de que lo absuelvan por el caso de la rebelión es muy alta, porque para que sea delito de rebelión tienes que agregarle golpe de Estado alzándote en armas y no dando un discurso.
— Ya sacaron a Betssy Chávez.
A Betssy Chávez no la saca la Sala Penal Especial, la saca el Tribunal Constitucional. Y sobre un tema muy concreto, la detención arbitraria generó la nulidad de la prisión preventiva. Por eso nada más. Igualito que Vizcarra. No han dicho que sea inocente.
— ¿Cuál fue el error de Delia Espinoza?
Entrar en una guerra abierta con el gobierno y tener el mismo problema que tuvo la anterior fiscal de la Nación. Si un fiscal quiere que sus casos se desarrollen, tiene que tener una buena coordinación sana y transparente institucional con el Congreso porque son los parlamentarios los que levantan la inmunidad.
— Hablemos de su amigo fiscal, Pablo Sánchez. Resulta que no era muy independiente. Gorriti lo mandoneó y suspendió una diligencia.
Ese es un tema que comentan. En el caso Los Cuellos Blancos, las fiscales provinciales decidieron unirse con IDL para poder hacer que se desarrolle, era el único camino y Pablo Sánchez aprobó esta alianza porque entendió que sino el caso no salía adelante.
— ¿ Los familiares de las víctimas dicen que la ley de amnistía es francamente una aberración y un canto a la impunidad. ¿Usted qué piensa?
La solución no debió ser la ley de amnistía solamente. Hoy existe la justicia restaurativa. Un ejemplo es Colombia. En lugar de meter a una momia de 90 años a la cárcel, todos los hijos de las víctimas estudian gratis en la Universidad Católica. Entonces la justicia es restaurativa y no solo es venganza.