
El Perú despide a uno de sus más ilustres historiadores. Waldemar Espinoza Soriano falleció a los 89 años, según confirmaron sus familiares. Hace unos días, a través de su cuenta oficial en Facebook, habían informado que se encontraba en estado de salud crítico y hospitalizado.
Etnólogo, investigador y docente por más de cuatro décadas, Espinoza Soriano dedicó su vida al estudio de la historia andina prehispánica y colonial, produciendo una vasta obra que se ha convertido en referencia obligatoria para las nuevas generaciones.
Nacido en Cajamarca el 6 de julio de 1936, cursó estudios secundarios en el histórico Colegio San Ramón, donde comenzó a escribir sobre mitos y leyendas locales. En 1953 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), compartiendo aulas con Mario Vargas Llosa, José María Arguedas, Pablo Macera y Luis Guillermo Lumbreras.

Fue alumno de Raúl Porras Barrenechea y Luis E. Valcárcel, referentes de la historiografía peruana. En San Marcos obtuvo su bachillerato con la tesis Rebeliones indígenas y mestizos en la sierra septentrional del Perú (1756-1821) y luego alcanzó el grado de Doctor en Humanidades con especialidad en Historia.
En 2018, la Decana de América le otorgó el grado honorífico de profesor emérito, reconociendo su contribución académica y su amor inquebrantable por la institución.
Espinoza fue becado por el Instituto de Cultura Hispánica para realizar investigaciones en el Archivo General de Indias en Sevilla, España. También recibió apoyo de la Fundación Guggenheim de Nueva York para continuar sus estudios en archivos de Perú, Sucre (Bolivia) y Buenos Aires (Argentina). Asimismo, la Organización de Estados Americanos (OEA) lo respaldó en su investigación sobre la historia de los pueblos Cayambes y Carangues.
A lo largo de más de 45 años de docencia, enseñó en la UNMSM y formó a generaciones de historiadores, transmitiendo el rigor del trabajo de archivo y la importancia de la investigación etnohistórica. Su producción incluye 31 libros y 218 artículos especializados. Su obra más conocida, Los incas, economía, sociedad y Estado en la era del Tawantinsuyo (1987), es considerada un texto fundamental para entender la organización social, económica y política de los incas.
En 1990 recibió las Palmas Magisteriales en el grado de Maestro, otorgadas por el Ministerio de Educación. En 2018, San Marcos lo distinguió como Profesor Emérito, en reconocimiento a su trayectoria académica y aportes a la historiografía.
En 2024, el Ministerio de Cultura, a propuesta de la Biblioteca Nacional del Perú, declaró diez de sus obras como Patrimonio Cultural de la Nación. Entre ellas figuran Rebeliones y alborotos indígenas y mestizos en la sierra septentrional del Perú Virreynal, El alcalde mayor indígena en el Virreinato del Perú, Los Huancas, aliados de la conquista, La destrucción del imperio de los incas, y Virreinato peruano: vida cotidiana, instituciones y cultura.
Estas publicaciones, elaboradas entre 1957 y 1997, se convirtieron en fuentes de consulta obligatoria para investigadores y estudiantes interesados en la historia andina.
El amor de Espinoza por su alma mater lo llevó a donar entre 80 mil y 90 mil libros de su colección personal a la Biblioteca Central Pedro Zulen de San Marcos. Entre ellos destacan textos peruanos y europeos, algunos con ediciones de los siglos XVI y XVII, que coleccionó durante cinco décadas.
“Él estuvo muy pendiente del traslado de los libros a la biblioteca de San Marcos. Estaba agradecido con su universidad y siempre expresaba su gratitud a San Marcos, que le dio todo”, recordó su discípulo Dino León Fernández, doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Historia por la UNMSM.
Con su partida, el Perú despide no solo a un académico de prestigio, sino también a un maestro que supo transmitir su pasión por la historia a generaciones de estudiantes. Su obra seguirá siendo un faro para comprender las raíces andinas, la complejidad del Tawantinsuyo y los procesos coloniales que marcaron el destino del país.
El legado de Waldemar Espinoza Soriano se mantiene vivo en cada página de sus investigaciones y en el recuerdo de quienes lo tuvieron como maestro y guía.