“Solo dime que estás bien. Tan solo un mensaje, bro. Te amamos con todo el corazón”. Con estas palabras, Camilo se dirigió a su hermano Carlos Alberto Tovar Benjumea, de 45 años, quien está desaparecido desde el 30 de enero del 2025. Ese día hablaron por última vez por teléfono, cuando se encontraba en Trujillo, La Libertad.
Natural de Villavicencio Meta, Colombia, Carlos Alberto emprendió un viaje con destino a Argentina, siguiendo una ruta que incluía escalas en Ecuador, Perú y Bolivia. Era la segunda vez que hacía ese recorrido, recuerda Camilo. Desde esa fecha no ha vuelto a tener noticias de su hermano. Él incluso ha viajado a nuestro país realizando una desesperada búsqueda.

Casos de personas desaparecidas crecen cada año. Foto: Ricardo Cervera.
“Siete meses sin noticias suyas. La angustia pasa a desesperación, por momentos. Confío en que estaremos juntos de nuevo, no vamos a dejar de buscarlo”, señala Camilo.
El caso es seguido por el Consulado de Colombia en Perú y se ha derivado a la División y Búsqueda de Personas Desaparecidas.
A veces la verdad pasa muy cerca, pero llevará años descubrirla o tal vez eso no suceda nunca. Dos personas, una que está perdida y otra que lo busca, se cruzan sin saberlo en la misma calle y por veredas opuestas, y el rastreo seguirá siendo infructuoso.
Cifras que espantan
En Perú, 12.374 personas tienen el estado de alerta de persona desaparecida solo entre enero y julio del 2025 (51 en promedio por día). Una situación que esconde verdaderos dramas, abandonos y, a veces, finales felices. De ese total 7.137 (57,68%) son mujeres, mientras que 6.437 (52,02%) son niños, niñas y adolescentes, según el Sistema de Denuncias Policiales (Sidpol).
Otro dato revelador es que, de ese total de desaparecidos 6.463 fueron ubicados. De ellos, 3.789 (58,63%) son mujeres y 3.419 (52,9%) son menores de edad. Asimismo, 141 personas (2,18%) que estaban desaparecidas fueron halladas fallecidas. Es decir, aún 3.348 mujeres aún permanecen desaparecidas, mientras que 3.018 niños, niñas y adolescentes aún permanecen sin ser ubicados.
Las regiones con mayor estadística de desaparecidos son Lima 4.706, Cusco 801, Arequipa 723, Junín 552 y Lambayeque con 543 casos.
Más del 57% del desaparecidos de la lista que tiene el Gobierno es de sexo femenino. He ahí un punto importante: se pierden más mujeres. “Constituye un punto importante, que requerirá de futuros análisis”, sostiene Katherine Flores de la asociación Familiares por Justicia.
Desinterés del Estado
“El actual retroceso de derechos en el país incrementa la situación de vulnerabilidad de todas las mujeres porque es claro el desinterés del Estado”, afirma Liz Meléndez, directora del no gubernamental Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, que impulsa la campaña “Búscalas, no estamos todas”. Esta iniciativa promueve mejorar el sistema de búsqueda de personas desaparecidas, sobre todo mujeres y jóvenes que representan la mayoría.
En tanto, el CHS Alternativo expone varios de los problemas que aparecen entre la desaparición y el eventual hallazgo o la constatación de la muerte. Por lo general, dicen los especialistas, muchos de los casos se revuelven en horas o pocas días después de la denuncia. Por eso son tan relevantes las primeras 48 horas.
Si una persona se encuentra ausente de su domicilio habitual y se desconoce su paradero, se considera desaparecida. Si tienes conocimiento de un caso, puedes presentar una denuncia policial de manera presencial. No es necesario que pasen 24 horas de su desaparición para que realices una denuncia.
Hay que tomar en cuenta que cualquier persona puede presentar una denuncia por desaparición, no solo los familiares, y debe ser atendido con inmediatez, urgencia y prioridad por la Policía Nacional del Perú.
Denuncias se multiplicaron
De acuerdo al Sidpol, en el año 2022 las denuncias de personas desaparecidas alcanzaron los 18.862. Según el Sidpol 11.524 fueron mujeres y también se registraron 10.539 menores de edad. En el 2023 la cifra descendió a 18.192 personas desaparecidas mientras que en el 2024 también bajó a 17.737 casos (ver infografía).
El incremento de denuncias de personas desaparecidas en los últimos 10 años es sustancial. Entre los años 2005 y 2007, se registraron 2.407 denuncias de personas desaparecidas, lo que nos daba un estimado de dos denuncias por día. Sin embargo, entre los años 2021 y 2023 (periodo equivalente), se reportaron 21 mil 963 denuncias por desapariciones, lo que daba un estimado de 20 denuncias diarias. Es decir, las denuncias se multiplicaron en la última década, según CHS Alternativo.
Cabe precisar que la desaparición de personas se agrava por la edad, el nivel de desarrollo y madurez, por lo que niñas y adolescentes mujeres son más propensas a sufrir esta situación. Además, su vulnerabilidad se acrecienta y podría relacionarse con otras formas de violencia como la física, sexual o psicológica; o con delitos como la inducción a la fuga, secuestro, trata de personas e incluso feminicidio.
El otro inconveniente es metodológico. Fiscalías, comisarías, morgues, Registro Nacional de las Personas y Ministerio del Interior no tienen una única base de datos. Los casos y las motivaciones de cada uno de ellos son múltiples: hay desde secuestros planeados por redes de trata hasta accidentes, suicidios, cuadros psiquiátricos o fugas intencionales.
En todos los casos, el Estado no debe descuidar la búsqueda de ninguna persona desaparecida. Ante ello, si bien se han implementado recomendaciones desde diversos sectores, aún existen algunas pendientes que permitirán un mejor abordaje del problema.
ENFOQUE
“Desaparecidos: la crisis que no queremos ver”
(Ricardo Valdés, exviceministro del Interior)
Pocos sucesos resultan tan traumáticos como la desaparición de un ser querido. Desaparecen un promedio de 18 mil personas anualmente.
En los últimos seis años se dictaron normas que ordenan a las autoridades registrar de inmediato la denuncia y actuar con celeridad, especialmente si la víctima es un menor, una mujer en situación de violencia o una persona con discapacidad.
El DS 010-2024-IN regula procedimientos, atención, articulación interinstitucional y sistemas de difusión. Es una buena norma, pero en la práctica no funciona: las limitaciones abundan. Entre ellas, la pronta difusión de la alerta Amber.
Así mismo, en la PNP, la División de Personas Desaparecidas necesita ser revalorizada; debería ser un honor trabajar en ella. Las comisarías son el eje del sistema, pero no están preparadas: desconocen la posible conexión de las desapariciones con delitos graves. Urge un cambio real.