Un amor para la historia, la novela publicada en noviembre de 2024 por el congresista Guillermo Bermejo, una suerte de viaje por su vida afectiva, habla del muchacho que se convirtió en agnóstico debido al rigor del colegio católico y que se reencontró con la vida piadosa años más tarde, en el seno del adventismo. El político al que un sector de la izquierda consideraba un radical en 2021 y al que la derecha ve como un peligro por su presunta cercanía con la subversión es también un hombre de fe. ¿Usará esa convicción para convencer a los electores de que tiene una propuesta viable? Bermejo, responde.
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Mucha gente lo vocea como el candidato de la coalición Venceremos, ¿por qué quiere ser presidente? ¿no ha tenido bastante tortura con ser congresista?
Sí (sonríe). Con mi esposa nos reímos mucho de que he perdido la mitad del cabello en estos cuatro años y fracción, pero hay una responsabilidad política que asumir, hay una expectativa ciudadana interesante que nos llevó primero a construir el partido y lo hicimos bastante rápido. Y a partir de ahí, el tema más emocionante para nosotros fueron las alianzas. Conversamos absolutamente con todos. Algunos no coincidían con nuestra lógica, otros sí, como el caso de Nuevo Perú, como el caso de UP. Y hoy creo que somos la única alianza de izquierda que tiene posibilidades de enfrentar a la derecha en este país.
¿Y ha sido fácil llegar a este entendimiento con el Nuevo Perú? En el 2021 usted los veía como tibios, casi caviares.
Es que sí, mira, yo creo que todo cambia, como la famosa canción de Mercedes Sosa
¿Cambió mucho la señora Verónika Mendoza?
Yo creo que todos hemos cambiado mucho. Algunos no tuvimos la capacidad en el 2021, y antes, de entablar puentes en vez de muros. Creo que nos pusimos muchos muros, nos etiquetamos fácilmente, de radicales, de caviares, cuando lo que la población está esperando son soluciones concretas en un país donde la democracia está vapuleada, donde la gente, más del 60%, no la ve como una solución. La gente está esperando respuestas y la respuesta para recuperar el ánimo con la democracia, creemos nosotros, que es la Asamblea Constituyente. Y ese ha sido el puente que nos ha unificado a todos en el sector de la izquierda.
Vamos ahí, ¿esta idea de la Asamblea Constituyente no es riesgosa? Se lo digo porque si uno ve las encuestas, ustedes no aparecen en los primeros lugares.
Excepto en la cerrada, la que se filtró de Ipsos, que pone a cuatro candidatos adelante. Pone a Keiko, al alcalde de Lima, a (Carlos) Álvarez y a mí. Y hacen una proyección de quienes podrían pasar a una segunda vuelta.
Quiere decir que, en esa encuesta, la derecha está arriba y usted aparece en cuarto lugar.
Sí.
Por eso mismo, ¿qué los hace suponer que ustedes tendrían mayoría en una Asamblea Constituyente?
Las encuestas, hay encuestas de universidades y hay encuestas de la derecha, que no son nuestras, que indican que más del 70% de la población quiere una Asamblea Constituyente y es lo más democrático, porque lo que nosotros planteamos es primero que se vote sí o no por la Constituyente.
Dígame una encuesta que diga eso.
Tendría que revisar la fecha exacta, pero sí, hay un apoyo de más del 70%. No haríamos una propuesta como esta si no tuviéramos una base. Pero, a ver, al margen de las encuestas, el sentir de las movilizaciones por qué era, por la Asamblea Constituyente, además de Pedro Castillo y otras cosas.
¿Habla de las protestas que vinieron después del intento de golpe del señor Castillo?
Del mensaje de Pedro Castillo, sí.
¿Pero esas protestas no eran contra el Congreso?
Eran contra varias cosas. Porque este país, y eso es bueno, tiene una visión negativa de las instituciones en general y del Congreso en particular. Pero, además, ya tiene propuestas. El movimiento agrario, los ganaderos, los estudiantes, todos saben que si no cambiamos el rumbo económico de este país, todo va a seguir colapsando. Es una advertencia que nosotros hacemos hace 20 años.
¿Diría que ha sido un buen congresista?
Eso te lo tiene que decir la gente. Yo lo puedo ver en función a dos cosas, para ver si estás haciendo bien o mal las cosas. Primero, que el enemigo te odie y, luego, que el pueblo te apoye.
Bueno, está claro que hay gente que lo detesta desde la derecha, pero no sé si efectivamente el pueblo lo respalda.
Pero los hechos lo demuestran. Si no, no hubiéramos podido constituir el partido, no tendríamos 75 bases a nivel nacional, no podrías llenar los locales cuando vamos a provincias. Pero, reitero, el análisis de si uno es bueno o malo lo debe hacer la población. Yo sigo haciendo mis compras en el mercadito, sigo saliendo a los lugares a los que iba antes de ser congresista, y la gente es muy amable.
Ha firmado al menos 13 proyectos que crean o declaran de interés nacional la creación de universidades en Puno, Ayacucho, Moquegua, Cajamarca, Junín, Madre de Dios. ¿De dónde sale el dinero para tantas universidades?
Es que no funciona así.
¿No? ¿Cómo funciona?
Son proyectos de ley declarativos.
Hay unos que dicen directamente que se creen estas universidades.
Sí, pero en general son declarativos. Yo, cuando llegué al Congreso, también pensaba que eran malos. Lo que pasa es que cuando vives en la ciudad no tienes la capacidad de ver las necesidades de las regiones. Y en el campo, porque todas estas regiones son meramente agrícolas, ocurre un fenómeno que nos debe poner tristes a todos. El Estado ha descuidado tanto la agricultura, que los padres de familia están vendiendo la chacra y se van al monte a sembrar coca. Y con lo poco que tienen mandan a los hijos a las capitales, para que allá encuentren trabajo o estudien. Ni te hablo de universidades, porque el acceso es bajísimo. El acceso está elitizado, económica e intelectualmente. Esa realidad contradice lo que pasa en el mundo, donde la universidad se masifica. Y la única manera de que puedas hacer visible este problema es con un proyecto declarativo.
Un proyecto declarativo que no tiene sustento económico.
No, lo vas buscando. Esa bronca la tienes cuando se da presupuesto para ciertos sectores. Y es una pena decirlo, pero tienen que pelearse todos para que ese presupuesto vaya a una región en especial. Y ha pasado. Se hizo con un proyecto declarativo para la Universidad de Huanta y hoy ya existe. Ahora, yo no creo que deba ser así. Debería ser como con la Constitución del 79, donde las empresas mineras garantizaban el funcionamiento de las universidades.
Pero eso no pasa ahora, ninguno de sus proyectos está asociado a una empresa.
No, pero escúchame, lo que tú peleas en el Congreso es la realidad objetiva y política. ¿O qué hago? ¿Me opongo a la declaración de necesidad pública de una universidad? No pues.
No, simplemente no se le engaña a la gente. Porque se juega un poco con las ilusiones del pueblo, pero no se tiene claro si esas universidades van a funcionar.
No, no es así, no se juega con las ilusiones de nadie. Esa es la mirada que tienen algunos, pero no es cierto. Porque cuando vienen los alcaldes y viene la gente organizada, saben que es un tema declarativo, y saben que es el primer paso para seguir peleando. Hay toda una campaña en algunos medios que dicen: “Quieren sacar esto para caerles bien”. Y no es así, es lo que te reclama la gente.
Bueno, sin duda se ganarán algunos votos con eso.
No, porque fíjate, yo no soy autor de ninguna de esas leyes.
Pero se ha sumado a esas leyes.
Por supuesto que me tengo que sumar, porque nos llama la gente a pedirnos.
Sin saber de dónde va a salir la plata para las universidades.
Pero eso no se va a hacer mañana. Una ley declarativa es eso. Declaramos el Día Nacional del Pisco. ¿Significa que el Estado va a garantizar la producción del pisco? No.
¿Cuál diría que es el problema que más agobia en este momento a los peruanos?
Es complejo. A mí me da risa porque hay un debate en este momento. Dicen: “¿Qué es peor en este momento, la minería ilegal o el narcotráfico?”. Y no entienden que están asociadas. La minería ilegal, que hay que separar de la informal, genera una economía que está partiendo las instituciones. Yo estuve en Madre de Dios mucho antes de ser congresista, en 2018, me pidieron hacer un artículo. Y encontré lo mismo que encontré en el VRAEM, una sola carretera de penetración, un montón de policías y militares y, sin embargo, ahí estaba La Pampa. Y no tocan a esos mineros. Eso genera una economía que está rompiendo a la Policía, a las Fuerza Armadas, a la SUNAT, al Poder Judicial, al Ministerio Público. Con el VRAEM es lo mismo. No hay un lugar donde haya más bases militares y policiales, donde haya tanto personal y, sin embargo, ese lugar sigue produciendo más del 50% de la cocaína en el Perú. Y eso genera, obviamente, la delincuencia. ¿De dónde tienen plata para tener armamentos, explosivos, granadas? ¿Y a quién se las compran?
¿Habla de los grupos que operan en la zona urbana?
Pero es que con esa economía te tienes que expandir. Es como las películas que veíamos de los gringos, la mafia de Chicago va expandiéndose, la mafia de Nueva York también. Y es igualito con la mafia de acá. Tienen que meter su plata en algún lugar. ¿A dónde va? A los traficantes de terrenos, por ejemplo. Y esos se empoderan, a la mala, corrompiendo autoridades y luego cobrándole cupo a todo el mundo. Por eso, ante las leyes que ha hecho el Congreso, yo les he dicho: “Ustedes no están entendiendo el fondo del problema, mucho menos la psicología de la delincuencia, van a fracasar”. Un sicario, un narcotraficante, sabe que el día que lo agarran le dan 30 años, que no va a salir de la cárcel. Así que si le pones 35 años le da igual. Esa no es la solución.
Ahora, si efectivamente el tema de las extorsiones, de los asesinatos que se cometen día a día, es el principal problema para la población, ¿la izquierda no tiene ahí una desventaja? Se lo digo por lo siguiente. La gente asocia a la izquierda con la defensa de los derechos laborales, la defensa de los derechos humanos, pero no siento que la gente piense que la izquierda puede hacer un buen trabajo relacionándose con las fuerzas del orden.
Es interesante eso, porque quien ha dejado este desastre es la derecha.
¿Usted dice que la izquierda podría trabajar armoniosamente con la Policía?
Por supuesto que sí. Yo recibo, a gente de la Policía y las Fuerzas Armadas que está harta de la corrupción que hay al interior de sus instituciones. ¿Tú crees que los buenos policías de este país, que son la mayoría, y los buenos militares de este país, que son la mayoría, están de acuerdo con esa costra que se tira la plata para comprarse carros? ¿Tú crees que el policía que se rompe el lomo combatiendo la micro comercialización en su barrio está de acuerdo con los que dejan pasar la cocaína del VRAEM?
Obviamente no están de acuerdo, pero no sé si estén de acuerdo con ustedes, con la izquierda.
Bueno, las Fuerzas Armadas y la Policía no son instituciones ajenas al Estado, están dentro del Estado, y tienen que respetar el mando. Y el mando es la presidencia de la República. Y nosotros queremos que puedan trabajar bien. Te doy un ejemplo. De la Policía Nacional han expulsado cuatro mil policías en cuatro años. Ese es un ejército. ¿Y son procesados por qué? Narcotráfico, extorsión, secuestro y todo lo que viene detrás. ¿Eso te parece normal en una institución? ¿Y por qué pasa esto? Porque están apurados y como no quieren gastar en la formación de los policías, en tres o en seis meses ya los mandan para la calle.
Yo quiero insistir con la relación entre la izquierda y la Policía. Usted, por ejemplo, tiene una acusación por pertenecer a Sendero Luminoso. ¿Usted cree sinceramente que la Policía podría confiar en un candidato que tiene este señalamiento?
Confían. Fíjate que nosotros estamos apoyando a sindicatos de la Policía, de las Fuerzas Armadas, que no han recibido apoyo de ninguna bancada. Mira, nosotros fuimos a Moquegua para intermediar en una toma que hizo la población que vivía dentro del establecimiento minero. Y la Policía está muy agradecida, cuando hemos ido a intermediar con huelgas que han sido más o menos violentas.
¿La Policía está agradecida con la izquierda?
Sí, claro.
Eso es nuevo.
Es que las cosas se solucionan en este plano con gestos humanos, más allá de ideologías. ¿Tú crees que toda la Policía piensa como un fascista? No. Hay policías que son progresistas, que entienden que la problemática es diferente, dentro de las Fuerzas Armadas también. Hay gente que admira lo que hizo el general Velasco y tienen otra impronta sobre lo que se debería hacer de aquí en adelante con las Fuerzas Armadas. Yo no puedo pensar ni imaginarme que se crea después que las Fuerzas Armadas son herederas de Montesinos. Yo quiero creer que mis Fuerzas Armadas son herederas de Bolognesi y que mi Marina es heredera de Grau.
¿El mejor candidato para su coalición de izquierda es un hombre acusado por terrorismo?
Absuelto dos veces por terrorismo.
Y nuevamente denunciado por la Fiscalía.
¿Y no te parece que eso ya es un abuso por parte de las autoridades? Dime si en algún país del mundo, una persona absuelta dos veces por dos salas penales, con seis magistrados de alta calificación que solo se dedican a este tipo de temas, que te declaran inocente por unanimidad, tiene esta situación. Yo fui secuestrado y torturado. Yo he sido exiliado político y a mí Naciones Unidas me pidió que no regresara al Perú porque no se confía en la justicia del país.
Congresista, ¿por qué los colaboradores de la Fiscalía se inventarían unos cargos contra usted de ese tipo?
Porque viven de eso. La República sacó que los colaboradores de la Fiscalía se fueron en huelga porque no les cumplen.
Bueno, es la manera en la que trabaja la Policía, con un sistema de recompensas.
Ojo, eso no son recompensas. Y te digo por qué. Cuando yo fui detenido, me pidieron lo mismo. Luego de la golpiza que me pegaron, en los 17 días que me tuvieron ilegalmente detenido, me decían: “Danos un nombre”. Y yo les decía: “¿Qué te voy a decir? ¿A quién quieres que meta un pleito de estos?”. Y tenían una lista de nombres. Y yo dije no. Esos que acusan están libres hoy. Son verdaderos senderistas que están libres. Lamentablemente, la lógica de canjear tu libertad por acusar a otro se ha masificado en este país. Se ha hecho un concierto de colaboradores de Fiscalía que a la larga no pueden colaborar con nada.
¿Ya no le recuerdan lo que dijo en el 2020? ¿Eso de que si llegan al poder no lo soltarían?
Pero fue sacado de contexto. ¿Quién gana una elección y entrega el gobierno así? Porque la conversación era con un interlocutor que decía: Si ganan y hacen lo que ofrecen, les van a dar un golpe de Estado. Pero si gano las elecciones, ¿por qué tendría que entregar yo el gobierno? Luego lo sacaron de contexto y comenzaron a inventar cosas que no eran. Nosotros somos absolutamente democráticos.
Parecía era la frase de un pequeño tirano, de alguien que quiere perpetuarse en el poder.
¿Así lo venden, no? Pero no es cierto, eso fue editado, sacado de contexto. Nosotros somos la generación que luchó contra la tiranía de los 90, en las calles. Nos golpeaban, nos gaseaban, nos detenían. Fuimos la generación que derrotó a la dictadura. Y quienes hemos peleado porque no haya abusos, nos hemos mantenido fieles al espíritu democrático, aun creyendo que esta democracia todavía hay que perfeccionarla.
¿Alguna vez piensa que usted podría ser el candidato que la derecha quisiera enfrentar? Se lo digo porque lo podrían estigmatizarlo rápidamente. Le podrían decir terrorista, populista, pequeño tirano que quiere perpetuarse en el poder.
No, mira yo no hago la campaña pensando en la derecha. Yo sé que ellos van a tener la típica campaña del terruqueo, porque hoy si de algo adolece la derecha es de ideas. Yo no le escucho una sola propuesta a la derecha para el país, excepto eso de que: “Ahí vienen los comunistas, ahí vienen los terrucos”. Y la gente ya se dio cuenta estos dos años y medio con Boluarte, sobre todo en la época de las protestas, porque lo vivió en carne propia, qué es el terruqueo. Ya es una cosa muy gastada, que si no les funcionó el 21 menos le va a funcionar ahora.
Mencionó a la señora Boluarte, ¿qué pasó con ella? ¿En qué momento hizo el viraje?
Es que ella nunca fue izquierda. Cuando se decide que Pedro Castillo sea el candidato a la presidencia, quien la propuso para la plancha fue Cerrón.
Su examigo Cerrón.
Yo te digo que siempre estaré agradecido de lo que construimos. Yo no niego lo que hicimos ni a quienes nos acompañaron. Para mí la decepción vino cuando ya estábamos en el gobierno. Tal vez fui iluso, tal vez muy idealista. Pensé que todos llegábamos en la misma dinámica.
¿Cómo definiría ahora la señora Boluarte?
Es una traidora y no me asombra, porque a ella, desde un primer momento, lo único que le interesaba era ser ministra. Y a mí me llamó varias veces para que defendiera su estancia en su ministerio.