El Gobierno de Dina Boluarte destinó más de S/17 millones del presupuesto público para la compra de vehículos de alta gama que fueron entregados exclusivamente a altos mandos de la Policía Nacional del Perú (PNP). Entre las unidades adquiridas figuran ocho camionetas Audi para los tenientes generales, 40 Toyota RAV4 para generales y 120 Toyota Corolla para coroneles. La investigación fue revelada por la periodista Doris Aguirre de la Unidad de Investigación de La República.
La adquisición fue realizada por administración directa y tramitada a través del Sistema Electrónico de Contrataciones del Estado (Seace). En el caso de los Audis, la empresa Euroshop se adjudicó la venta con un precio de más de S/200 mil por unidad. Las camionetas RAV4 y los Corolla fueron adquiridos a Autoespar por montos que superan los S/131 mil y S/99 mil, respectivamente. El monto total de la compra ascendió a S/17.3 millones.
Las normas vigentes permiten que los altos mandos policiales cuenten con vehículos oficiales para el ejercicio de sus funciones. Sin embargo, la disposición no establece características ni marcas específicas. A pesar de ello, los modelos elegidos corresponden a vehículos considerados de lujo, lo que ha generado cuestionamientos sobre el criterio de las autoridades a cargo de la compra, en particular del comandante general Zanabria, quien aprobó la entrega de estos automóviles.
La entrega de los vehículos se realizó directamente a los beneficiarios. En el caso de Víctor Zanabria, comandante general de la PNP, recibió personalmente una de las camionetas Audi. Esta situación, revelada por Aguirre, ha sido criticada por el exceso en el gasto en medio de una crisis de recursos en muchas dependencias policiales, donde faltan patrulleros, tecnología e incluso combustible para operativos básicos.
Adquisición bajo la lupa: criterios, montos y beneficiarios
El proceso de compra no fue licitado como parte de un plan de modernización general de la PNP. Por el contrario, se trató de una adquisición puntual dirigida únicamente al personal de más alto rango. Esta decisión contrasta con la situación de cientos de comisarías del país que enfrentan serias carencias de logística, lo que debilita las acciones de prevención del delito y la atención a la ciudadanía.
Las camionetas de lujo fueron asignadas solo a los tenientes generales, los oficiales de mayor jerarquía. A cada uno le fue entregado un Audi Q5 valorizado en más de S/200 mil. El precio supera por amplio margen el valor de las unidades utilizadas normalmente por otras dependencias policiales. Se trata de vehículos que incluyen accesorios de confort y alto rendimiento, como tapicería de cuero y pantallas digitales.
El resto de unidades también fueron dirigidas exclusivamente a oficiales superiores. Los generales recibieron camionetas Toyota RAV4, modelo híbrido, mientras que los coroneles accedieron a sedanes Toyota Corolla. La periodista Doris Aguirre destacó que el criterio de asignación se centró en el rango, sin considerar las necesidades operativas de cada región ni el contexto de criminalidad que afecta al país.
Críticas por despilfarro y falta de prioridades
El general en retiro José Baella cuestionó severamente la compra, calificándola de “falta de criterio”. En su opinión, los recursos debieron destinarse a reforzar las comisarías y a mejorar la operatividad de las fuerzas del orden. El exoficial subrayó que se necesita con urgencia mayor inversión en uniformes, patrulleros, combustible y equipos tecnológicos para combatir el crimen.
A lo largo del país, los testimonios de agentes policiales y ciudadanos revelan una realidad de abandono. Comisarías sin patrulleros operativos, escasez de chalecos antibalas y carencia de computadoras o radios de comunicación son problemas frecuentes. En ese contexto, la entrega de vehículos de lujo a la cúpula policial ha generado indignación, especialmente en regiones afectadas por la delincuencia.
En regiones como Pomacanchis, en Cusco, hay apenas un patrullero para toda la zona. La misma situación se repite en distintas provincias del país. Mientras tanto, los altos mandos de la PNP ahora se movilizan en vehículos de alta gama financiados con dinero público, en un contexto donde la inseguridad y la desigualdad siguen en aumento.
