En “El chiste y su relación con el inconsciente” (1905), Sigmund Freud cuenta el relato de la tetera prestada. En la historia, un hombre es acusado por su vecino de haberle devuelto una tetera en mal estado. El acusado se defiende con tres argumentos que se anulan entre sí: 1) la devolvió intacta; 2) ya estaba rota cuando la tomó prestada; 3) nunca se la prestaron en primer lugar.
De forma análoga, algunos críticos del tren parecen pisarse los pasadores con cuestionamientos contradictorios: 1) es chatarra y no funciona; 2) son muy altos para pasar bajo los puentes; 3) faltan trámites y especificaciones técnicas; 4) se descarrila.
No es que el tren esté exento de observaciones. En este mismo diario, el excongresista Rafael Rey ha señalado meticulosamente las incongruencias en las cifras en juego, tanto en la adquisición como en el traslado y la implementación del tren.
Los opositores de izquierda, en cambio, han disparado a quemarropa, derrapando. No comprenden que RLA cosecha votos en la centro-derecha gracias a esas críticas zurdas. Quizás por pensar en el tren de ‘Porky’ olvidaron el tren de Lenin y su idea de abolir el Estado opresor. Porque el alcalde-candidato no solo polariza con la izquierda, sino con la lenta ‘tramitología’ estatal que impide las obras. Y sobre todo con el impopular gobierno de Dina Boluarte y su incauto ministro de Transportes y Comunicaciones.
Como sugiere Alfredo Torres en la entrevista que le ha dado a Perú21TV, los trenes “son algo concreto” que puede hacer crecer la popularidad de RLA. “Luego, él puede argumentar que si los trenes no funcionan es porque el gobierno no lo deja y, con eso, puede convertirse en el líder de la oposición, que es un espacio que hoy día está vacío”, explica el presidente ejecutivo de Ipsos. Una jugada política que habría que agradecerle al titular del MTC, que pisó el palito.
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