Elmer, llévame donde Trump, una crónica de

Mandarlo a Nueva York con su acordeón sobre las cejas, no tiene que arrebatar a la oposición (estén atentos a sus imágenes en NY, apostaría a que aflojará el ceño y sonreirá).

Dina ha aprendido -y Elmer toma nota- que es mejor tener a los ex colaboradores con chamba que despotricando contra ella. Si Gustavo no fue un Alberto Otárola 2 como premier, tampoco lo será como ex premier.

“Schialer ha olido la debilidad presidencial y actúa para darle en la yema del gusto. ‘Torre Tagle Travel’ se encarga de todo, desde asegurar el destino hasta ayudar a convencer a los congresistas”

Elmer sí es único. Hay que verlo levantando la mirada con talante de sabio, hacer una pequeña fricción del pulgar con el resto de los dedos y fruncir sutilmente los labios y la nariz cual gourmet que anticipa las bondades de la cena pescando el aroma y el chisporroteo de lo que se viene.

Pero el canciller no huele ni oye comida, sino viajes presidenciales. “[El vicepresidente de EE.UU, JD Vance] le dijo, señora presidenta, ¿por qué no nos visita en Washington?’. A mí, eso me suena invitación, no sé ustedes, a mí (…) es una invitación, sobre todo de un vicepresidente a una jefa de Estado”, dijo orondo en la conferencia tras el consejo de ministros del miércoles pasado.

Fuentes diplomáticas ven en este comentario de Vance nada más que una fórmula de cortesía no muy distinta de la que haríamos usted y yo a un personaje extranjero en un encuentro casual como fue el de Dina y JD en el Vaticano. Que pueda dar pie a una visita de ley, claro que sí, pero esta se trabaja en silencio y se anuncia cuando está lista en los canales oficiales de Estado. ¿Por qué Schialer se anticipa y fuerza cada visita?

Huelo la respuesta desde los últimos días del 2024 cuando Palacio nombró al 2025 Año de la Recuperación y Consolidación de la Economía Peruana. Ello daba pie, según explicaron el PCM, el canciller y otros ministros, a una agresiva diplomacia económica encabezada por la presidenta. Ya en el 2021, cuando Pedro Castillo enfrentó dura oposición congresal que le negó algunos viajes, voceros de la cancillería difundieron la idea de la ‘diplomacia presidencial’ para convencernos de que un presidente viajero, por más antipático que caiga en su tierra, es la mejor palanca para una política exterior que atraiga inversiones. La idea se ha adaptado para Dina. Con un añadido: la presidenta muere por viajar.

Schialer, nuestro personaje en el candelero, ha olido -mirada alzada, fricción de pulgar con dedos, rostro impactado por aroma- la debilidad presidencial y actúa para darle en la yema del gusto. ‘Torre Tagle Travel’ se encarga de todo, desde asegurar el destino hasta ayudar a convencer a los congresistas. El canciller ha tenido éxito incluso en su apuesta más temeraria. Desde Roma, en plenas exequias del papa Francisco, en representación de la presidenta a la que el Congreso negó el permiso, se lanzó a decir que Dina debía ir a la entronización del nuevo papa. Nadie le hizo caso hasta que, ¡zas!, el papa resultó peruano y ahí estuvo ella, en primera fila sentada al lado de Vance.

Fue allí que Elmer -es mi lectura de gestos- olió otro viaje y fue a cazarlo ¡Lo vimos en cámaras! Por lo que vimos en cámaras, se acercó a facilitar la conversación -en realidad, a traducir, pues ni Dina fluía en inglés ni Vance en español- y en ese intercambio presumo que se gestó lo que a Elmer sonó a invitación. O sea, muy probablemente fue su obra de canciller intérprete.

Lo del viaje a Ecuador, por distancia corta y amistad de vecino estratégico, quedó mejor. Schialer apenas tuvo que explicar que Dina sí saludó y conversó con Gustavo Petro a pesar de la frialdad gestual que se ve en el video de la foto oficial. Añadió algo que nadie preguntó porque cuesta visualizarlo: que Dina fue ovacionada en Quito. Cómo no le va a gustar a la presidenta viajar a realidades paralelas.

Los ministros se estresan pues saben que cada que la política se pone ‘en modo viaje’, su agenda para trabajar con el Congreso se trastoca. Una fuente ligada a la política exterior me enseñó una carta en la que Arana, siendo ministro de Justicia, le pidió a Schialer que lo retire de la comitiva para ir al entierro de Francisco.

Era su manera de expresar la incomodidad que probablemente sienten otros ministros ¿Habrá pronto pedido de permiso para Washington? ¿Arana cambiará de ánimo y se pondrá en ‘modo viaje’? ¿Elmer logrará que Trump remita una invitación oficial? ¿Qué otros viajes cavila? Frente a la miseria de la desaprobación local, Elmer Schialer procura a Dina esa realidad paralela de alfombra roja, puerta giratoria y codeo con los top del mundo.

By admin

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *